Impulsar la gobernanza del agua se traduciría en una mayor cohesión frente a este recurso vital, mejorando no solo la eficiencia y uso responsable, sino su conservación por parte de toda la sociedad. Sin embargo, aunque se han dado algunos pasos importantes, la participación de la ciudadanía aún no está completamente integrada en algunos aspectos. ¿Cómo podría mejorarse? ¿Qué buenas prácticas hay en el sector en este sentido? Nos lo cuenta Consuelo Juan, directora de Sostenibilidad de Empresa Metropolitana de Abastecimiento y Saneamiento de Aguas de Sevilla, S.A. (EMASESA).
Estos temas fueron, precisamente, algunos de los asuntos objeto de debate del Comité Técnico sobre Gobernanza del Agua de Conama 2020. Los análisis en el seno de este grupo pusieron, además, las bases del informe ‘El camino hacia una nueva cultura de la gobernanza del agua’ publicado recientemente por Conama y la Asociación Española de Abastecimientos de Agua y Saneamiento (AEAS).
PREGUNTA: Conseguir la implicación ciudadana es muy importante para proteger un recurso vital como el agua. ¿De qué manera se puede impulsar la participación de los ciudadanos en la gestión urbana del agua?
RESPUESTA: Efectivamente, el agua es un bien imprescindible para la vida, es un derecho humano primario, fundamental y universal. Entre sus características principales se encuentra la transparencia y es así como se puede lograr que las personas se involucren en la mejora de su gestión, con transparencia. Los operadores de agua debemos ser transparentes con las personas para facilitar la participación ciudadana: informando con claridad de los problemas que tenemos, las posibilidades para mejorar y los retos que tenemos por delante; compartiendo y haciendo partícipe a las personas, con transparencia, de las medidas que se pueden adoptar y comunicando cómo sus aportaciones e ideas han permitido mejorar dichas decisiones; así como generando espacios de confianza y trabajo colaborativo, con resultados concretos y nítidos, que la ciudadanía pueda constatar en cualquier momento. Abrir y mantener en el tiempo escenarios de participación abierta, mucho más allá de procesos meramente consultivos.
P.: ¿Qué iniciativas se están llevando a cabo en este sentido en EMASESA? ¿Cómo ha sido la acogida ciudadana de los procesos de participación pública?
R.: Las políticas públicas se dirigen a mejorar el bienestar de las personas por lo que es esencial contar con ellas para hacer mejores políticas públicas. Desde EMASESA estamos comprometidos desde hace varios años con el principio de participación ciudadana, para lo que hemos diseñado y puesto en marcha numerosas iniciativas de participación, con resultados bastante relevantes. En todo caso, como principal iniciativa en esta materia, se encuentra sin duda el Observatorio del Agua EMASESA, articulado en mesas asesoras centradas esencialmente en la mejora de la dotación infraestructural, la calidad de los servicios, la orientación a las personas y el conocimiento y en la proyección ambiental. La acogida del Observatorio ha sido extraordinaria, no sólo por la ciudadanía en general, representada a través de asociaciones de vecinos y asociaciones de consumidores y usuarios, sino también por parte de entidades públicas, colegios profesionales, grupos sectoriales, grandes clientes, proveedores, grupos ecologistas, universidades y expertos independientes, entre otros muchos. Todo ello en el marco del Plan EMASESA 2030, que es resultado precisamente de un amplio proceso de participación.
P.: ¿De qué manera se puede pasar de una participación pública habitual a una mayor implicación de la ciudadanía y los actores interesados en los servicios del agua urbana?
R.: Como en otras muchas cuestiones es difícil encontrar soluciones mágicas en este sentido. Cada territorio y cada realidad precisa de sus propias fórmulas. En todo caso, desde EMASESA, venimos percibiendo que es esencial establecer relaciones de participación directa y horizontal, lejos de otros modelos más verticales. Asimismo, hemos comprobado que resulta clave contar con todos los agentes principales, siempre bajo unos principios de legitimidad, conocimiento y representatividad. Y, como elemento central, hemos constatado la satisfacción de las personas y entidades participantes. Con la efectiva incorporación y consideración de sus aportaciones en los procesos de toma de decisiones de la empresa, comprueban que sus ideas son tenidas en cuenta y producen cambios. Esto último es fundamental.
En este sentido, estamos impulsando también una nueva línea de trabajo, en materia de Ciencia Ciudadana, que confiamos siga facilitando la implicación ciudadana en la gestión del ciclo integral del agua en Sevilla y su área metropolitana. La Ciencia Ciudadana va a suponer la aplicación de metodología científica en la que se cuenta con la involucración de los propios usuarios de servicios y ciudadanía en los procesos de estudio que se desarrollen en EMASESA, favoreciendo así la incorporación del conocimiento práctico de la vida cotidiana en el marco de análisis científicos, con el objeto de desarrollar soluciones socio-técnicas a múltiples desafíos, ambientales y sociales, a escala local y a escala global, interrelacionados entre sí.
