¿Cómo puede ayudarnos la ciencia y la innovación a 'pescar' las basuras marinas? Con el objetivo de avanzar en el conocimiento de esta materia, Conama publica “Basuras marinas. El papel de la ciencia y la investigación”, un informe que recopila más de 60 proyectos y tribunas relacionadas con las basuras marinas, donde se muestran los avances realizados en España.
En el documento, se cuenta con opiniones de expertos de diferentes ámbitos tanto sobre el estado de los océanos como los desafíos a los que tienen que hacer frente los investigadores en este ámbito. “Se precisa un cambio de paradigma: no se trata de limpiar el mar de basuras, sino de evitar que sigan llegando residuos”, explica Enrique Montero, director del programa Ecopuertos en Granada, en una de las tribunas del informe.
Este informe constituye también una aportación importante a la acción piloto “Hacia un Mediterráneo libre de plásticos” de la iniciativa BLUEMED. Dentro de esta acción piloto, Conama forma parte del grupo nacional de basuras marinas de BlueMed (Spanish National Hub), creado como punto de encuentro de actores involucrados en la lucha contra la contaminación por plásticos de nuestros mares y océanos, con un foco específico en el mar Mediterráneo.
Los países que participan en BlueMed han constituido estos grupos nacionales con la idea de compartir y colaborar, todos con este objetivo común de prevenir y solucionar la contaminación por plásticos. Así mismo, la Comisión Europea ha facilitado la creación de la plataforma SEMED, donde todos los participantes tienen la oportunidad de compartir contenidos, buscar colaboradores y emprender acciones conjuntas con otros países o regiones del Mediterráneo.
¿Cuáles son las principales demandas del sector?
En una consulta a los responsables de los proyectos, se han identificado, además, algunas de las principales demandas en el sector para mejorar la recogida y tratamiento de las basuras marinas en España. Según se recoge en el informe, la gran mayoría opta por abrir más líneas de investigación en ámbitos como los microplásticos, el estudio de los entornos fluviales, los residuos flotantes, la producción de residuos por sectores, los procesos de biodegradación y la acuicultura y la pesca.
“No hay información sobre microplásticos a pocos metros de la costa, una zona de transición crítica dónde se produce el mayor intercambio de desechos entre el continente y el mar”, cuenta en otra de las tribunas recopiladas, Anna Sánchez-Vidal, investigadora del programa Paddle Surfing for Science de la Universitat de Barcelona.
Otra de los reclamos del sector es establecer protocolos homogéneos en el muestreo y reducir las barreras administrativas para solicitar permisos y autorizaciones para la realización de estudios. También destacan la importancia de aumentar la financiación y formación, así como facilitar la gestión de los residuos recogidos. “Es vital conocer la capacidad de biodegradación de los materiales actuales y los que se están desarrollando que dicen ser biodegradables”, reclama en este sentido Natalia Sánchez-García, investigadora del proyecto Bioplastic Lab.
Por último, resaltan la importancia de seguir trabajando en la sensibilización ciudadana sobre el problema de las basuras marinas en España, que, en algunos casos, se ha visto agravado debido a los retrasos originados por la crisis de la COVID-19 y al incremento de residuos como mascarillas y guantes, entre muchos otros.
¿Cómo son los proyectos de basuras marinas en España?
Los datos recogidos en este documento muestran que, aunque algunos de sus principales ámbitos de actuación son la demarcación noratlántica (62%) y la levantina balear (30%), los proyectos se extienden por toda la costa española. Sus temáticas abarcan el fondo marino, los ecosistemas acuáticos o los sedimentos, entre otros.
En cuanto a sus promotores, una gran parte de ellos están liderados por asociaciones, fundaciones y ONGs (42%), sin embargo, únicamente llegan al 17% de la financiación recabada. Por el lado contrario, se encuentran los proyectos liderados por empresas que suman un 10% de los proyectos, pero alcanzan casi el 45% de la financiación, lo que supone casi la mitad de ellos. Por su parte, los centros de investigación y las universidades suman un 41% de los proyectos y alcanzan casi el 30% de la financiación, lo que muestra una situación de mayor equilibrio que los dos casos anteriores.