Sudáfrica lleva un tiempo enfrentándose a una delicada situación hídrica. En 2018, Ciudad del Cabo estuvo a punto de ‘cerrar el grifo’ debido a la grave sequía que asoló la urbe en la primera mitad del año, y convertirse de esa manera en la primera cuidad del mundo en quedarse sin suministro.
Ahora, y aunque ese ‘Día cero’ en el que 4 millones de personas tendrían que hacer cola para recibir su suministro de agua diario está pospuesto, urge encontrar una solución ante situaciones extremas, como la experimentada en abril del pasado año.
Para hacer frente a la situación, la propuesta de un equipo de ingenieros, glaciólogos y expertos financieros es el proyecto Southern Ice, con el que estudian la posibilidad de ‘secuestrar’ un iceberg antártico y arrastrarlo hasta la costa del país africano. El agua obtenida de su deshielo serviría como abastecimiento para 4 millones de personas.
El proyecto Southern Ice estudia la posibilidad de ‘secuestrar’ un iceberg antártico y arrastrarlo hasta la costa de Sudáfrica
La increíble iniciativa parte de una idea de Nicholas Sloane, de salvamento marítimo de Sudáfrica, que propone un “plan desesperado para una situación extrema”: desplazar 2.000 kilómetros una masa de hielo que debería tener idealmente 1.000 metros de largo, 500 metros de ancho, 250 metros de profundidad y pesar 125 millones de toneladas. "Cubriría aproximadamente el 20% de las necesidades de agua de Ciudad del Cabo durante un año", según el creador de la iniciativa. Para localizar el iceberg, se emplearán tecnologías de sonar y radar, que revelarán si los posibles fallos estructurales que puedan hacer inviable el desplazamiento. El arrastre se realizaría con dos remolcadores valorados en unos 25 millones de euros. Al llega a tierra, se cubriría con una capa térmica especial para protegerlo de elementos externos que acaben con su vida útil. Tras ello, se cortarían los bloques de hielo para su almacenamiento.
Los inconvenientes
En primer lugar, el coste de la operación se estima en 200 millones dólares. Gran parte de esa cantidad será financiada por dos bancos sudafricanos y Water Vision AG, una compañía suiza de tecnología e infraestructura del agua.
Por otro lado, la solución da un respiro a corto plazo pero no se mantiene en el tiempo. Además, no da una respuesta inmediata: se tarda 90 días en completar solo el viaje en mar. En este trayecto, además, el iceberg perdería volumen (se calcula que hasta un 8%) por la erosión de las corrientes de agua, o incluso podría romperse.
Quizá la desalación sería una alternativa más factible, aunque de momento los sudafricanos van a tener la posibilidad de probar el agua de un iceberg.