El pasado 29 de octubre, la Comunidad Valenciana sufrió una de las riadas más devastadoras de su historia. La magnitud del desastre dejó cifras alarmantes: 123 depuradoras fuera de servicio, 150 kilómetros de colectores inutilizados y más de 800 kilómetros de redes de alcantarillado seriamente dañados. La situación puso en jaque el ciclo integral del agua y obligó a 684.169 personas a quedarse sin acceso a agua potable. En el epicentro de esta crisis, el canal Júcar-Turia, una infraestructura clave que abastece a más de dos millones de valencianos, sufrió graves roturas, comprometiendo aún más el sistema.
A pesar de estos estragos, el trabajo incansable de cientos de profesionales, apoyados por un dispositivo de coordinación sin precedentes, ha permitido alcanzar logros extraordinarios en apenas un mes. Hoy, el 99,99% de la población afectada ha recuperado el acceso al agua potable, las 123 depuradoras dañadas han sido reactivadas y los puntos más críticos de la red de alcantarillado, colmatados tras el paso de la riada, ya están resueltos.
Un esfuerzo titánico para devolver la normalidad
El video difundido por el entorno del Centro de Coordinación Operativa Integrado (Cecopi), encargado de liderar esta emergencia, muestra no solo la magnitud de la catástrofe, sino también los avances alcanzados. Edificio a edificio, casa a casa, familia por familia, equipos de técnicos y operarios han trabajado día y noche para devolver la normalidad a las infraestructuras hidráulicas.
El proceso de recuperación incluye actuaciones clave como:
- La restitución de más de 24 kilómetros de tuberías dañadas y la recuperación de la conexión de colectores afectados.
- La limpieza y acondicionamiento de 126 kilómetros de colectores generales.
- La puesta en marcha del Plan Vertidos Cero, diseñado para preservar el medio ambiente en la zona afectada, con especial atención al parque natural de la Albufera.
Estas labores no solo han restablecido los servicios esenciales, sino que han sentado las bases para una gestión hídrica más resiliente y sostenible.
El desafío del alcantarillado y el saneamiento
Las redes de alcantarillado y colectores fueron algunas de las infraestructuras más castigadas por la riada. Más de 800 kilómetros sufrieron daños graves, provocando un colapso crítico que dejó a cientos de miles de personas sin saneamiento básico. Gracias al esfuerzo conjunto de instituciones, empresas y profesionales, los puntos más conflictivos han sido resueltos, aunque todavía quedan kilómetros de redes por reconstruir.
Además, el canal Júcar-Turia, una de las infraestructuras más emblemáticas y necesarias para garantizar el suministro de agua, sigue siendo objeto de trabajos prioritarios. Su restablecimiento definitivo figura como uno de los objetivos clave marcados por las autoridades en la etapa actual de recuperación.
Héroes del agua y el desafío pendiente
Los verdaderos protagonistas de esta reconstrucción son los cientos de hombres y mujeres del sector del agua que, desde el primer día, han trabajado sin descanso para devolver la normalidad. Su esfuerzo ha sido esencial para que gestos cotidianos, como abrir un grifo o tirar de la cadena, vuelvan a ser posibles en las zonas afectadas.
A pesar de los avances, todavía queda mucho por hacer. La reconstrucción total de las infraestructuras dañadas, junto con la implementación de medidas preventivas como el Plan Vertidos Cero, son pasos fundamentales para garantizar que el sistema hídrico de la Comunidad Valenciana sea más resistente frente a futuros episodios extremos.
Esta crisis ha dejado claro que la colaboración entre instituciones, empresas y ciudadanos es esencial para superar los retos más complejos. La reconstrucción del ciclo integral del agua no solo es un logro técnico, sino también un ejemplo de resiliencia y solidaridad que marca un camino a seguir para futuras emergencias.