El pasado 15 de Noviembre se inauguró el primer Laboratorio análisis de Aguas adjunto al Sistema Nacional de Áreas Protegidas de Cuba (SNAP). El proyecto se enmarca dentro del convenio de cooperación de la Universidad de Alcalá, el instituto IMDEA Agua, ambos de España y el Centro de Investigaciones y Servicios Ambientales (ECOVIDA), de Cuba.
Con un presupuesto de 36.000 € financiados por la III Convocatoria de Ayudas para la realización de acciones de cooperación solidaria de la Universidad de Alcalá, el laboratorio cuenta con la más moderna tecnología para la cuantificación de los principales parámetros fisico-químicos y microbiológicos del agua.
El laboratorio, instalado en las infraestructuras de la Estación de Monitoreo y Análisis Ambiental de Sandino, pretende satisfacer las demandas de las 3 áreas protegidas colindantes: Parque Nacional Viñales, Parque Nacional Guanahacabibes y la Reserva de la Biosfera de Sierra del Rosario. Pero su capacidad analítica va mucho más allá, lo que le permitirá ofrecer servicios ambientales y de salud pública a otros organismos o empresas interesados, ya sea a nivel regional como nacional.
Conocer el estado de las masas de agua es clave para mitigar uno de los problemas ambientales más significativos de las comunidades rurales en las áreas naturales protegidas: la contaminación por vertidos de aguas residuales sin previo tratamiento, procedentes de actividades agrícolas, ganaderas y domésticas. Ello facilitará trazar un plan de actuación y vigilancia para la detección de las zonas más vulnerables, y por ende tomar medidas con el fin de atenuar los focos de contaminación.
El proyecto, liderado por la profesora y directora adjunta del instituto IMDEA Agua Dª Irene de Bustamante, pretende ser mucho más ambicioso que dotar a la contraparte cubana de capacidad analítica, al potenciar la formación de investigadores en el uso y gestión del agua, apoyar los servicios ambientales ofrecidos por ECOVIDA, fortalecer las relaciones institucionales entre las partes integrantes y fomentar la formación y concienciación del uso y conservación del recurso hídrico entre la población local.
En palabras de Raquel García, una de los integrantes del equipo técnico español, e investigadora predoctoral del instituto IMDEA Agua “el proyecto ha sido todo un éxito, y estamos convencidos que el laboratorio se puede convertir en un referente científico-técnico en el occidente de Cuba. Nosotros sólo hemos hecho la parte más fácil, ahora le toca a ellos trabajar día a día para impulsar el laboratorio y asegurar su mantenimiento”.