Marina Silva, candidata socialista a la presidencia de Brasil, apuesta por la mejora de las condiciones de saneamiento del país a través de alianzas público-privadas (PPPs).
"Daremos prioridad al tratamiento de alcantarillado por medio de alianzas con el sector privado", indicó Silva esta semana en el marco de un debate presidencial televisado con la actual mandataria Dilma Roussef.
Según datos del Instituto Trata Brasil, menos de la mitad de los brasileños tienen acceso al alcantarillado y sólo el 38% de las aguas residuales son tratadas. Esto generó, en 2011, casi 400.000 casos de diarrea en todo el país, siendo el 53% de esos casos en niños de 0 a 5 años, además de una enorme contaminación ambiental en los ríos urbanos de las grandes ciudades y en zonas paradisíacas como la Bahía de Guanabara.
La candidata del partido de centro-izquierda PSB señaló que reforzará las medidas implementadas entre el 2003 y 2008, cuando ocupó el cargo de ministra del Ambiente, entre las que figuran el pago a las empresas de aguas por aumentar el tratamiento de las aguas residuales y el programa de saneamiento de cuencas hidrográficas Prodes.
Creado en el 2001 por la autoridad del agua ANA, el Programa de Descontaminación de Cuencas Hidrográficas (PRODES), paga por el tratamiento de aguas residuales con el objeto de reducir los niveles de contaminación en las cuencas hidrográficas.
En las últimas encuestas publicadas, Marina Silva empataría en la primera vuelta con Dilma Rousseff y vencería por un margen de 7 puntos en la segunda vuelta de las elecciones.