Jordania, uno de los países más áridos del mundo, ha firmado un acuerdo con inversores franceses para la construcción de una de las mayores plantas desalinizadoras a nivel global, según informa The New Arab.
Según la agencia estatal de noticias Petra, se trata del mayor proyecto de infraestructuras de la historia del país. El primer ministro, Jafar Hassan, informó al Parlamento de que el proyecto está valorado en más de 5.000 millones de dólares.
La iniciativa está dirigida por el especialista francés en infraestructuras Meridiam, en colaboración con SUEZ, Orascom Construction y VINCI Construction Grands Projets.
En su página web oficial, Meridiam afirma que la planta suministrará más de 300 millones de metros cúbicos de agua potable al año a Ammán y Aqaba, beneficiando a más de tres millones de personas.
“Este proyecto aumentará en casi un 60% el suministro total anual de agua doméstica disponible para los hogares”, señaló Meridiam, añadiendo que incluiría unos 445 kilómetros de tuberías para transportar el agua desalinizada desde el Mar Rojo.
El ministro jordano de Agua e Irrigación, Raed Abu al-Saud, destacó el “potencial transformador” del proyecto y lo describió como un avance significativo en la seguridad hídrica de Jordania. Señaló que “marcará un cambio significativo en el panorama de la seguridad hídrica de Jordania”, según informó Petra.
Se espera que el proyecto se complete en unos cuatro años, según las recientes declaraciones del primer ministro.
Este acuerdo se produce tras la decisión de Jordania de abandonar un plan anterior para conectar el Mar Muerto y el Mar Rojo mediante un sistema de tuberías.
En 2013, Israel, Jordania y los palestinos habían firmado un memorando de entendimiento para esa iniciativa, que incluía la construcción de una planta desalinizadora en el Mar Rojo. Sin embargo, el creciente descontento en Jordania por el estancamiento de las conversaciones de paz entre Israel y Hamás provocó un cambio de prioridades. En junio de 2021, el entonces ministro de Aguas, Mohammad al-Najjar, declaró que el proyecto Mar Rojo-Mar Muerto era “ya cosa del pasado”.