La sostenibilidad y la perspectiva ambiental desde los pueblos indígenas es un problema que se ha generalizado gracias al uso indebido de los recursos naturales, por las actividades industriales, comerciales y agroindustriales que, por un lado, benefician a quienes las impulsan y, por el otro, traen consigo una serie de alteraciones que afectan al ambiente, transformando o trastornando su comportamiento.
Esto, según los expertos, se convierte en un círculo vicioso, pues el daño viene como una cadena, eslabón tras eslabón, y al llegar al punto de origen vuelve a dar vuelta como un engranaje.
Empero, los sectores indígenas organizados, preocupados por rescatar los recursos naturales, han buscado soluciones que contribuyan a detener ese deterioro. Por ello, son parte importante para el desarrollo de este II Congreso Nacional de Cambio Climático, Xela 2016, pues al compartir sus experiencias, aunadas a las vivencias de los demás participantes, se provocará que de forma conjunta se busquen nuevas soluciones.
En este sentido, la mitigación juega también un papel importante en Guatemala, ya que el cambio climático es un factor que afecta la vida del ser humano, y en las comunidades no es la excepción, ya que en los últimos años se han registrado lluvias intensas, sequías prolongadas y cambios de temperatura, afectando en un alto porcentaje a la población agrícola; este fenómeno natural provoca atrasos en el desarrollo de las comunidades, de tal manera que la población debe implementar medidas de adaptación por los impactos que genera el cambio climático.
La representante de la Asociación de los Cuchumatanes, Marta Julia Tax, expuso los procesos forestales que han implementado en el área occidental, siendo uno de ellos los Bosques Energéticos, los cuales consisten en el cuidado de bosques y uso eficiente de la leña. Este proyecto inició cuando el boscaje comunitario fue afectado por la plaga del gorgojo.
Por lo anterior expuesto la asociación inició con la plantación de 17,000 mil árboles, que después de 4 años fue ingresado al proyecto PIMPEP, por su desarrollo en la comunidad de San Miguel Sigüila, Quetzaltenango, obteniendo un incentivo forestal de 45 mil quetzales, que beneficia a la comunidad.
Otro de los proyectos de mitigación expuestos en el II Congreso Nacional de Cambio Climático es el de estufas ahorradoras. Este proyecto es de gran ayuda para las comunidades guatemaltecas, ya que disminuye el uso de leña, adaptables a toda región, ayudando a las familias en el factor económico y a la vez contribuyendo a la reducción de gases de efecto invernadero.
Estos temas motivan a los asistentes a ser parte de un cambio transgeneracional, en actitudes, pensamientos y comportamientos hacia el ambiente, porque merece todo respeto y es necesaria para vivir en paz con la naturaleza.