El equipo de especialistas que desde finales del año pasado controla el interior de la cámara ha verificado los problemas ambientales ya denunciados por Salvemos Cabana, que favorecen el crecimiento de vegetación y la aparición de hongos en puntos localizados y suponen un riesgo para la conservación de las pinturas que atesora el monumento, considerado el principal exponente gallego del período neolítico.
El control de las pinturas comenzó a a efectuarse tras la queja presentada por la Plataforma ante la Diputación Provincial de A Coruña -y no antes-, en la que se pedía la inmediata suspensión del convenio de colaboración con el Ayuntamiento de Cabana de Bergantiños por su errónea política de gestión centrada en la masificación del yacimiento, ya que según los datos publicados por el consistorio se habrían superado las 30.000 visitas tan sólo en 2015.
Desde la cesión de la actividad cultural del dolmen en 2014 comenzaron las críticas desde el ámbito social y político a la asunción de competencias por parte del Ayuntamiento de Cabana de Bergantiños. Salvemos Cabana, colectivo entre cuyos objetivos está la defensa del patrimonio sociocultural además del ambiental, advirtió entonces del riesgo de convertir este enclave arqueológico, monumento prehistórico de referencia en Galicia, en una sala multiusos para la realización de actividades tales como conciertos y/o actos deportivos con la presencia masiva de público, por la problemática que podría generar en su conservación, como de manera lamentable ha terminado sucediendo, habiendo llegado el caso al Parlamento autonómico.
En estas circunstancias resulta muy difícil comprender cómo el responsable político de Contratación, Patrimonio y Equipamentos de la Diputación Provincial de A Coruña Xesús Soto, perteneciente al Bloque Nacionalista Galego (BNG), pudo hacer caso omiso de los informes técnicos negativos presentados por el Servicio de Arquitectura y Patrimonio del propio organismo que desaconsejaban la renovación del convenio y acceder a la firma de un nuevo acuerdo que favorece sin ningún género de duda a los intereses del Partido Popular en la Comarca de Bergantiños y finalmente perjudica al propio enclave, pues se está usando el monumento y su entorno inmediato como un mero salón de actos para la realización de todo tipo de actividades, muchas de las cuáles no tienen la más mínima relación con el contexto arqueológico del lugar.
El Dolmen de Dombate, un bien público que debe ser gestionado integralmente por la Xunta de Galicia
Considerando la situación actual, sólo es posible concluir que la Diputación Provincial de A Coruña no se encuentra en condiciones de controlar de manera adecuada su patrimonio. En el caso del Dolmen de Dombate, la volubilidad en su gestión sirve además de precedente para que a partir de ahora el monumento pueda ser utilizado como un mero parque temático descontextualizado de su realidad arqueológica según convenga.
Por eso es fundamental que la Dirección Xeral de Patrimonio de la Xunta de Galicia se haga cargo del monumento con el objetivo de primar la conservación a la masificación, tal y como hubiese sido preceptivo desde el primer momento.