Una publicación realizada por especialistas del Tec de Monterrey compila el hallazgo de contaminantes antropogénicos en ríos y océanos ubicados en diferentes partes del mundo; incluso en la región antártica en donde la presencia del hombre es prácticamente nula, se han encontrado micro concentraciones de fármacos y narcóticos que las personas están volviendo a ingerir y que además afectan la vida de otras especies como animales, peces y plantas.
Los contaminantes procedentes de actividades humanas que se encuentran en cuerpos de agua se han convertido en un problema ambiental mundial y debido a su falta de remoción pueden traer consecuencias a las especies que habitan en lugares contaminados, indicó la científica de origen oaxaqueño Itzel Yolotzin López Pacheco, quien además es atura de dicha publicación.
Aunque en el mayor de los casos sabemos que las aguas residuales atraviesan por un proceso de tratamiento antes de ser vertida en los cuerpos de agua; los procesos como “lodos activados” aparecen no estar removiendo las cargas contaminantes derivadas principalmente de cinco grupos:
- Farmacéuticos (Paracetamol, Aciclovir, Aspirina, Ofloxacin, Diclofenaco, Ibuprofeno, Naproxeno).
- Agroquímicos (Atrazina, Carbendazim, Diuron, Fipronil, Glifosato).
- Narcóticos (Cocaína, Codeína, Metadona, Nicotina).
- Industria alimentaria (Bisfenol A, Cafeína, etc).
- Industria del cuidado personal (DEET, Parabenos, Triclosan, Triclocarbán, Protectores solares).
“El artículo de la investigación está pensado desde una perspectiva de ver exactamente en qué lugares se ha encontrado el reporte de estos contaminantes, hicimos una búsqueda entre 2017 y 2018 en la base de “Scopus” y esto nos llevó a determinar un ciclo de los contaminantes antropogénicos”, explicó la maestra en biotecnología Itzel López.
Este ciclo de contaminantes se basa principalmente en el ciclo natural del agua, toda vez que el individuo desecha naturalmente la sustancia que va a las aguas residuales, de ahí que pasa a un proceso de tratamiento el cual no logra remover por completo las concentraciones que van a dar a las fuentes superficiales como ríos y océanos, así como a las fuentes subterráneas y para ser nuevamente aprovechados por el ser humano.
“Hay un estudio en donde tomaron botellas de agua embotellada que tienen todavía esa traza de contaminantes entonces los volvemos a consumir de forma directa”, indicó la especialista del Tecnológico de Monterrey.
La investigación arrojó un “mapeo” en donde se puede localizar puntualmente la ubicación de aquellos cuerpos de agua en el mundo en donde se reportó la presencia de contaminantes antropogénicos y su tipo en países como: Estados Unidos, Canadá, Colombia, Brasil, Italia, España. Hungría, el Mar Mediterráneo, Australia, India, Irán, la Península Antártica, entre otros.
El caso de México no es la excepción ya que hay estudios que datan de años anteriores que por falta de actualización no fueron considerados para esta investigación.
“Aunque las concentraciones que se han encontrado en los cuerpos de agua no son muy altas, una exposición crónica generaría repercusiones en la salud de las personas”, advirtió la investigadora oriunda de Oaxaca, México.
El estudio también habla del impacto de estos contaminantes en los seres vivos tomando en cuenta estudios aplicados en animales de laboratorio como ratones, peces y plantas, encontrando alteraciones reproductivas, cambios en el comportamiento, el crecimiento, rango de vida y supervivencia.
Por ejemplo, en el bagre negro (Rhamdia quelen) cuando es expuesto a diclofenaco (200 ng/L) se ve afectada su actividad hepática, el pez cebra (Danio rerio) cuando es expuesto a concentraciones de ibuprofeno reduce su crecimiento, su habilidad de responder a estimulos externos y su capacidad de movimiento, enunció Itzel López.
La exposición a agroquímicos causa tambien un daño en las especies, el pez cebra cuando es expuesto a atrazina aumenta su posibilidad de cancer y provoca alteraciones neuronales, asimismo la exposición a narcoticos como anfetaminas puede cambiar su comportamiento de nado. Además de estas consecuencias, las especies pueden bioacumular estos contaminantes, y pueden pasar de las especies menores a superiores mediante las cadenas alimenticias.
“Como humanos estamos teniendo un contacto nuevamente con los contaminantes que estamos desechando, pero también las especies que viven en estos ambientes sufren repercusiones por esta condición”, indicó López Pacheco.
La cantidad de contaminantes antropogénicos que se encuentran en diferentes cuerpos de agua nos lleva a considerar que, aunque los procesos actuales de las plantas de tratamiento de aguas residuales pueden reducir la carga general de contaminación, no son suficientes para la remoción total de estos contaminantes y que la presencia de estos contaminantes en todo el ciclo de agua es un problema ambiental y de salud pública a escala mundial, por lo cual, el desarrollo de tecnología para la remoción de estos contaminantes en cuerpos de agua debe ser de máxima importancia, especialmente en los procesos de potabilización de agua para uso y consumo humano, puntualizó la especialista del Tecnológico de Monterrey.