El cambio climático se suma a los problemas que rodean al uso del agua en el mundo, señalaron especialistas del Tecnológico de Monterrey.
En el panel “¿Cómo distribuimos el agua?, Impacto del cambio climático en la gestión de los recursos hídricos”, realizado la tarde de ayer, seis profesores del Campus Monterrey ofrecieron un panorama sobre las implicaciones que ha tenido dicho fenómeno en la conservación del vital líquido.
La profesora y consultora ambiental Ana Yael Vanoye, manifestó que el aumento de temperatura en el planeta que se ha registrado en los últimos años provoca catástrofes que merman los recursos hídricos.
“Una atmósfera más caliente implica que se absorbe mayor cantidad de humedad, se provocan lluvias más intensas, océanos más calientes, se evapora más agua y esto implica huracanes más intensos. Ese mismo calor evapora agua del suelo, lo que genera sequías intensas y de mayor frecuencia”, explicó.
Añadió que se espera que estos fenómenos sean más frecuentes y urgió a tomar medidas para mejorar el ahorro de agua.
Dicha variabilidad en el ambiente, lapsos de tiempo muy secos y luego otros muy húmedos, provocan más problemas, por lo que el cambio climático sí ha generado más estrés en este tema, manifestó Aldo Iván Ramírez, profesor investigador de la Escuela de Ingeniería y Ciencias.
Añadió que antes del cambio climático ya se hablaba de mejorar la gestión del agua, y que otro problema que podría traer graves consecuencias es el aumento del nivel del mar, ya que 8 de las ciudades más grandes del mundo se encuentran en costa.
“Hay mucha infraestructura hidráulica que, porque así tiene que ser, está en zonas bajas, como las plantas tratadoras de agua, entonces esa infraestructura está muy susceptible a sufrir graves daños”, dijo.
Un aspecto que influye en el cambio climático es la baja efectividad en el tratamiento de las aguas residuales, tanto en el uso agrícola, urbano e industrial, señaló el profesor Miguel Ángel López, investigador del Centro del Agua.
El destino de estas aguas negras es el océano, lo que implica la destrucción de los arrecifes de coral; apuntó que tan solo en el caribe de 1970 a la fecha ha desaparecido el 70 por ciento de esta estructura subacuática.
“Nosotros estamos destruyendo los principales fijadores de CO2 del planeta, nuestra principal maquinaria para regular el clima”, indicó.
A diferencia de lo que se piensa comúnmente, hay poca agua en el planeta, sostuvo Gerardo Mejía, docente del Departamento de Tecnologías para el Desarrollo Sostenible.
“Si consideramos un radio de la tierra de 6 mil 400 kilómetros, con un espesor promedio del océano de tres kilómetros, la cantidad de agua comparada contra el volumen de la tierra es muy pequeña”, explicó.
Además, de dicha masa muy poca es potable, por lo que es indispensable hacer buen uso del vital líquido.
Otra problemática es la mala distribución del agua, ya que desde hace años, por política pública, el uso de la misma se ha centrado en la población rural y la producción de alimentos, pero en la actualidad la gente ha migrado a las zonas urbanas, estableció Mario Manzano.
“Cómo invertir una política pública de agua, que estaba enfocada a la producción primaria hacia el México rural, a una política de agua urbana, donde está claro, las ciudades tienen prioridades sobre todos los demás recursos o entornos”, dijo el profesor de la carrera de Ingeniero en Desarrollo Sustentable.
La solución a la gestión del agua puede llegar a través de acciones pequeñas, como tener una buena plomería, o de decisiones difíciles, las cuales no se quieren tomar, afirmó Ismael Aguilar, profesor de Economía de la Escuela de Ciencias Sociales y Gobierno.
“La decisión difícil es dejar de consumir y compartir la carga, y no nos gusta compartir la carga”, señaló.
El evento fue organizado por el Centro del Agua, así como el Programa Estudiantil de Sostenibilidad (PES), Student Energy, y las sociedades de alumnos de las carreras de Ingeniería en Desarrollo Sustentable e Innovación y Desarrollo, (SAIDS y SAI2D).