En el mundo del agua los hot topics o temas calientes, aquéllos que preocupan a las personas que en él trabajan o que alrededor de él se mueven, son distintos dependiendo de la atalaya desde la que se otean. Y probablemente dependen más de la atalaya, o de la responsabilidad profesional de cada uno, más que de la propia persona. Si no se tienen responsabilidades directas sobre un tema, uno puede dedicarse con mayor facilidad a analizar nuevos temas y nuevos puntos de vista, a riesgo de hacer propuestas utópicas y, aunque bien intencionadas, desconectadas de la realidad. Pero si se tienen dichas responsabilidades, uno debe preferentemente hacer una regresión a lo esencial y centrarse en mantener la actividad cotidiana, con lo cual el riesgo es que la mente quede encerrada en la cápsula de lo conocido y deje de explorar nuevos paradigmas.
En muchos casos los explotadores y gestores por un lado, y los investigadores por el otro, nos desconocemos demasiado
Esta reflexión emerge de una reunión de hace unos meses en la que estuve invitado. Éramos unos cuantos profesionales que trabajamos en la gestión del agua en una primera y segunda líneas (explotación de EDAR y administración gestora) convocados por un grupo de excelentes y reputados investigadores universitarios, que ya antes habían convocado a otros profesionales de otros perfiles y que más tarde iban a convocar a algunos más. Se trataba de recoger opiniones diversas para ayudar a dilucidar cuáles eran los temas que cada uno de nosotros pensaba que eran más acuciantes en el campo de las aguas residuales y su gestión, es decir cuáles eran los temas calientes del momento relacionados con este tema.
Para sorpresa mútua, en las listas de temas que manejábamos unos y otros no había casi coincidencia alguna. A los explotadores y gestores de EDAR no nos parecía que los microcontaminantes orgánicos aún presentes en las aguas depuradas pudieran tener tanta transcendencia para los ecosistemas (“con lo bien que sale el agua!”, dijimos), pero los investigadores universitarios se quedaron boquiabiertos al oirnos decir que, si el servicio actual costaba más de lo que se ingresaba y que existían muy serias dudas de cómo abordar futuras mejoras o ampliaciones, en algunos casos críticas, que cómo se podrían poner membranas de ósmosis inversa a la salida del tratamiento para poder eliminar tales contaminantes traza. O de las dificultades –por no decir perturbaciones- que sufre el proceso biológico por la entrada masiva de aguas pluviales al sistema de saneamiento durante episodios de tormenta, algo tan fácil de recordar y mencionar en charlas y escritos como difícil de resolver en la realidad. No sé el resultado de las otras reuniones con los otros profesionales, pero es posible que algo parecido sucediera en mayor o menor medida.
Es importante incorporar al abanico de hot topics del momento el abordar cómo dar el mismo servicio con unos recursos menguantes
Sirva esta simple e inocua anécdota para poner de manifiesto que en muchos casos los explotadores y gestores por un lado, y los investigadores por el otro, nos desconocemos demasiado. Parecemos –o quizás somos- aquel equipo de fútbol en el que la delantera juega frecuentemente a mucha distancia del resto del equipo y que no hay quien baje a buscar balones, ni quizás tampoco quien los suba desde la media. Y todos sabemos qué les suele pasar a este tipo de equipos cuando llega la hora de los partidos importantes y es el momento de dar la talla.
Aprovechando que hoy en día las posibilidades de comunicación son virtualmente ilimitadas, estimo que es muy necesario remendar los descosidos que de este tipo pueda haber en los distintos ámbitos, porque no hay progreso sin innovación, pero tampoco puede haber innovación que desarrollar si no se conocen las principales limitaciones con que se encuentran los profesionales del sector. Y dentro de estas limitaciones están las económicas, que condicionan de manera notable el que lo necesario y lo deseable puedan terminar siendo posibles en un horizonte a corto y medio plazo.
Por ello, es importante incorporar al abanico de hot topics del momento el abordar cómo dar el mismo servicio con unos recursos menguantes, es decir, estudiar cómo utilizarlos de la manera más eficiente posible y así conseguir la máxima protección de la salud pública y del medio ambiente. La gestión del agua en tiempos de crisis no debería ser sólo cosa de explotadores y administraciones, sino que debería ofrecer también nuevas oportunidades a los investigadores para encontrar temas en los que trabajar. Y de su mano, llevar a explotadores y administraciones a cotas de excelencia que sin ellos y sin esta intereacción jamás lograrían. El barco lleva tiempo embarrancado y para devolverlo a la navegación, además de brazos que empujen, hace falta ingenio que indique en qué dirección y de qué forma hay que hacerlo.