La investigación derivada de AMBER, un consorcio colaborativo enmarcado en el proyecto Horizonte 2020 coordinado por la Universidad de Swansea y en el que participa la Universidad de Oviedo, ha descubierto que los ríos de Europa tienen al menos 1,2 millones de barreras que interrumpen el flujo del agua. La profesora Eva García Vázquez y la doctora Sara Fernández, del Departamento de Biología Funcional, y el profesor Eduardo Dopico, del Departamento de Ciencias de la Educación, han estado involucrados en esta investigación.
Los resultados publicados en Nature muestran que Europa tiene probablemente algunos de los ríos más fragmentados del mundo. El estudio detectó miles de grandes presas, pero también una miríada de estructuras más bajas como presas, alcantarillas, vados, compuertas y rampas que no estaban inventariadas y que son las principales culpables de la fragmentación de las aguas fluviales.
Utilizando modelos de barreras y comprobaciones exhaustivas sobre el terreno, el estudio estimó que hay al menos 0,74 barreras por km de cauce de río. Estos datos sirvieron para crear el primer inventario paneuropeo completo de barreras, el Atlas de barreras AMBER. "El nivel de fragmentación de los ríos en Europa es mucho mayor de lo que nadie había anticipado", dice Barbara Belletti, geomorfóloga fluvial que dirigió el estudio en el Politecnico di Milano y ahora está en el CNRS, el Centro Nacional Francés de Investigación Científica.
"Muchas barreras están obsoletas y eliminarlas brinda oportunidades de restauración sin precedentes", dice Carlos de García de Leániz, coordinador de AMBER; "Nuestros resultados se incorporan directamente a la nueva Estrategia de Biodiversidad de la UE y ayudarán a reconectar al menos 25.000 km de ríos de Europa para 2030".
Según Eva García Vázquez, investigadora principal de AMBER en la Universidad de Oviedo, "en España, como en otros países del sur de Europa, el cambio climático está teniendo un mayor impacto que en latitudes superiores. Por eso es imprescindible gestionar los ríos de forma más sostenible para garantizar la salud de sus ecosistemas, conciliando las reservas de agua con la biodiversidad fluvial".