A nivel mundial, más de 3.000 millones de personas corren el riesgo de contraer enfermedades porque se desconoce la calidad del agua de sus ríos, lagos y aguas subterráneas. Mientras tanto, una quinta parte de las cuencas hidrográficas del mundo están experimentando fluctuaciones dramáticas en la disponibilidad de agua, y 2.300 millones de personas viven en países que padecen “estrés hídrico”, incluidos 721 millones en áreas donde la situación del agua es “crítica”, según una investigación reciente llevada a cabo por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y sus aliados.
“Nuestro planeta se enfrenta a la triple crisis del cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación y los desperdicios. Estas crisis tienen un grave impacto en los océanos, ríos, mares y lagos ”, dijo la directora ejecutiva del PNUMA, Inger Andersen.
“La recopilación constante de datos completos y actualizados es vital para administrar nuestros recursos hídricos de manera más sostenible y garantizar el acceso al agua potable para todos”, añadió Andersen.
Históricamente, se han reunido pocos datos sobre el estado global de los ecosistemas de agua dulce. Para remediar este vacío, el PNUMA recurrió a tecnologías de observación de la Tierra para rastrear, durante períodos prolongados, hasta qué punto están cambiando los ecosistemas de agua dulce. Los investigadores estudiaron más de 75.000 cuerpos de agua en 89 países y encontraron que más de 40% estaban gravemente contaminados.
Las cifras, presentadas el 18 de marzo en una reunión de alto nivel de la ONU sobre los objetivos relacionados con el agua de la Agenda 2030, sugieren que el mundo se está quedando atrás en el impulso global para proporcionar agua potable a toda la humanidad. Los datos del PNUMA indican que el mundo no está en camino de lograr la gestión sostenible del agua para 2030 y los esfuerzos tendrían que duplicarse durante los próximos nueve años para alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 6, que exige “Garantizar la disponibilidad y la gestión sostenible del agua y el saneamiento para todos”.
Coordinado por ONU-Agua y el PNUMA, junto con otras siete agencias de las Naciones Unidas, el resumen de progreso es parte de la Iniciativa de Monitoreo Integrado, un programa global diseñado para ayudar a los países a monitorear e informar sobre los avances hacia las metas del ODS 6. El PNUMA es responsable de tres de los 11 indicadores: la calidad del agua ambiental, la gestión integrada de los recursos hídricos y los ecosistemas de agua dulce.
Los datos que ha recopilado el PNUMA se están analizando ahora para rastrear cómo presiones ambientales como el cambio climático, la urbanización y los cambios en el uso de la tierra, entre otros, afectan los recursos de agua dulce del mundo.
Andersen dijo que la información serviría de base para la toma de decisiones ambientales en los más altos niveles.
Acción acelerada
Con el fin de acelerar la acción nacional sobre el agua, en 2020 se lanzó el Marco de Aceleración Global del ODS 6, el cual busca movilizar la acción entre los gobiernos, la sociedad civil, el sector privado y las Naciones Unidas para alinear esfuerzos, optimizar el financiamiento y mejorar la capacidad y gobernanza en la gestión de los recursos hídricos.
Cada año, las Naciones Unidas celebran el 22 de marzo como el Día Mundial del Agua para crear conciencia sobre el papel fundamental del agua en la seguridad alimentaria, la producción de energía, la industria y otras facetas del desarrollo humano, económico y social. Este año, el tema del día es “valorar el agua”. Se reconoce que la gestión eficaz y equitativa del agua tiene efectos catalizadores en toda la Agenda 2030.