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Banco de agua: instrumento flexibilizador de la asignación del recurso

Sobre el blog

María del Mar Borrego-Marín
Profesora e Investigadora Postdoctoral. Economía Aplicada, Universidad de Sevilla.

Publicado en:

Portada iAgua Magazine
  • Banco agua: instrumento flexibilizador asignación recurso

Los bancos de agua son un mecanismo que permite la reasignación voluntaria de caudales para dar respuesta tanto a cambios coyunturales como estructurales en la disponibilidad del recurso.

En los bancos de agua, los usuarios están supeditados a la actuación de un organismo regulador, que tiene un papel centralizador de las operaciones al actuar como intermediario único y obligatorio en todas ellas. De esta manera, el banco de agua transfiere agua de unos usos a otros bajo la vigilancia de esta institución.

El objetivo de este instrumento no es solo “crear” mercado entre los usuarios del recurso, sino también garantizar la equidad interterritorial y minimizar posibles conflictos sociales en épocas de escasez. De este modo, los bancos de agua pretenden dar solución a problemas ambientales ligados a la sobreexplotación de las masas de agua o reducir los conflictos sociales asociados a la escasez de agua. A través de un proceso de negociación voluntario, se pone en contacto a potenciales vendedores y compradores de agua minimizando los costes de transacción.

Este instrumento cuenta, además, con regulación específica en la Ley de Aguas. Asimismo, al posibilitar operaciones de compraventa de manera centralizada, se establece un control adecuado por parte de la Administración de las posibles externalidades negativas generadas, evitando igualmente cualquier tipo de comportamiento especulativo.

Dentro de los bancos de agua se distinguen distintos tipos según su finalidad. Así, cabe distinguir entre bancos de agua para la reasignación del recurso entre usuarios, bancos de agua para la consecución de fines ambientales y bancos de agua para la gestión del riesgo de la disponibilidad del recurso, que se implementan mediante la negociación de contratos de opción sobre el agua entre usuarios con distinta aversión al riesgo.

El banco de agua se ha mostrado como un instrumento de gestión eficiente del agua en épocas de escasez en otros países como Estados Unidos

Entre las razones que justifican su existencia, encontramos razones técnicas, ya que el banco de agua se ha mostrado como un instrumento de gestión eficiente del agua en épocas de escasez en otros países como Estados Unidos; contextuales, se ajusta a la normativa española; y científicas, de modo que la literatura especializada ha identificado factores de éxito y fracaso en la implementación de los bancos de agua, asociados en gran medida al diseño del instrumento y a las características de las explotaciones y los regantes, y las opiniones y actitudes de estos.

En España, dada la circunstancia de que el uso de riego agrícola es el uso consuntivo de agua más importante a nivel nacional, podríamos cuestionarnos si los bancos de agua son un instrumento adecuado para flexibilizar la asignación de agua para riego, y en caso afirmativo, qué características debieran tener en su diseño para que fueran ampliamente aceptados por los usuarios.

En este contexto nace el proyecto AQUAEBANK (Percepción y gestión de los bancos de agua como instrumento de mejora en la eficiencia del uso de los recursos hídricos en Andalucía), que tiene como objetivo estudiar la potencialidad de los bancos de agua como instrumento de gestión de la demanda en demarcaciones cerradas –imposibilidad de aumento de la oferta de agua– y fuerte incertidumbre en cuanto a la disponibilidad del recurso –impacto creciente de las sequías como consecuencia del cambio climático–.

El objetivo es identificar los factores que determinarían el éxito de los bancos de agua con el fin último de hacer una propuesta de diseño eficiente de este instrumento. Para alcanzarlo, vamos a analizar y valorar las preferencias de los regantes en el diseño de los bancos de agua, así como los determinantes que justificarían su participación en los mismos (factores económicos, técnicos, institucionales o culturales).

En definitiva, se espera dotar a la gestión del recurso de un instrumento que permita flexibilizar la asignación de agua para riego en épocas de sequía, y que alivie el impacto de la reducción de la disponibilidad del recurso que se espera sea creciente a consecuencia del cambio climático.