La energía hidroeléctrica es atractiva. Con más o menos detalle, es popularmente conocido el hecho de que el agua es capaz de hacer girar una turbina que, de alguna manera, suministra electricidad a la red. “Y, además, no contamina”, que está muy de moda, aunque no sea del todo cierto.
La hidroelectricidad es aceptada y aprobada socialmente por una gran mayoría; sólo a los que de verdad les toca sufrir sus desventajas se posicionan en contra suya, las cuales son más bien desconocidas pero inevitables. También es comúnmente sabido que los proyectos hidroeléctricos no se pueden tomar a la ligera: estos proyectos faraónicos conllevan una inversión inicial altísima y los periodos de amortización de la misma, dependiendo del tipo de central, superan con creces los de los demás tipos de energías.
Por seguir con lo negativo, los recursos hídricos de cualquier país están acotados. Evidentemente, se necesita agua para este tipo de generación eléctrica, y el agua está temporal, espacial y desigualmente distribuida. En España, estos recursos están ampliamente explotados desde que, allá por la década de los 50 y 60, se pusiera en marcha una inmensa obra hidráulica con proyectos de este tipo.
Sin embargo, y frente a todo lo dicho hasta ahora, no hay que pensar que el potencial hidroeléctrico español esté “estancado”. La posibilidad de renovar y mejorar algunas de las centrales ya instaladas es una realidad, así como también lo es la mejora de la gestión de los recursos hídricos.
En mi Trabajo de Fin de Grado titulado: “Estudio de viabilidad de la central hidroeléctrica de Ubao-Toquillo” (septiembre 2015), que fue premiado como mejor TFG 2016 por la Cátedra de Aquae de Economía del Agua, analizo la viabilidad, eficiencia y productividad de dicha central, actualmente operativa y situada en Oñati (Gipuzkoa).
El objetivo de mi investigación es analizar los distintos elementos de la central, desde el nacedero del río en cuestión, hasta la salida de la turbina aguas abajo, y estudiar y proponer una serie de mejoras económica y técnicamente viables.
Para cada una de las alternativas propuestas, se realiza el cálculo energético y financiero correspondiente y se lleva a cabo una comparación para después seleccionar la opción idónea. Se barajan las obras en el nacedero de Ubao, la sustitución de varias tuberías por canales abiertos y la mejora o sustitución del tipo de grupo de la turbina hidráulica instalada. Paso a paso, se empieza descartando las que no son técnicamente viables para después analizar la rentabilidad de las que sí lo son. Como resultado final, se llega a la conclusión de que la obra e instalación de una acumulación de agua previa a la tubería exterior podría ser una alternativa a tener en consideración.
El tránsito hacia una nueva era en la que las energías verdes predominan en el mercado energético español no está, en lo que a la hidroeléctrica se refiere, obstaculizado por la limitación de recursos hídricos. Aunque la planificación de un nuevo proyecto hidroeléctrico hoy en día presente una complejidad alta, la mejora de rendimiento y eficiencia de muchas de las centrales ya instaladas está a la vuelta de la esquina.