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El Lago de Maracaibo: Un lago que agoniza

Sobre el blog

Jesus Castillo
Director de la ONG Agua Sin Fronteras, somos una asociación civil sin fines de lucro dedicada promover el conocimiento del agua, la valoración económica, social, religiosa, cultural y ambiental del agua, la gestión de recursos hídricos.
  • Lago Maracaibo: lago que agoniza

El lago de Maracaibo se encuentra dentro de la cuenca del mismo nombre, en Venezuela. Es el más grande de Sudamérica. Está ubicado en el estado Zulia, con extensiones máximas de 110 kilómetros de ancho y hasta 160 de largo, con una superficie aproximada de 13. 820 kilómetros cuadrados y sus costas se extienden por 728 kilómetros, alcanzando una profundidad máxima de 50 metros en la estación lluviosa. Es un fenómeno excepcional en la geografía del mundo: es el único lago relacionado con el mar. En su parte más norte se registran mareas marítimas en aguas particularmente salobres, a pesar de las descargas de agua dulce provenientes de los ríos Catatumbo, Chama, Escalante, Motatán, Santa Ana, Apón y Palmar, entre otros. Tiene una gran riqueza petrolífera en donde se extrae la mayor parte de la producción de crudo del país.

En ese sentido, la industria petrolera, desde sus inicios, explota los pozos petroleros que se localizaban en el subsuelo del lago. Desde la segunda década del siglo XX se construyó un complejo entramado de tuberías en el lecho lacustre, el cual hasta el día de hoy sigue allí. Se estima que existen en el lago más de 10.000 instalaciones entre taladros y equipos en total abandono, que sufren filtraciones y rupturas que ocasionan la casi diaria traza de derrames y goteos de petróleo, gas o derivados de hidrocarburos al agua, generando un constante ciclo de contaminación. Así que podemos observar la conexión de un modelo improductivo y sin ninguna piedad por el agua, la vida y el ambiente.

Ahora bien, la contaminación por hidrocarburos no es la única fuente de los problemas ambientales en el lago. Es importante destacar la progresiva salinización de sus aguas, a raíz del dragado de la barra y la canalización del mismo desde la década del 50 del siglo pasado, para la actividad petrolera, provocando un desequilibrio en la química de sus aguas. Esta salinización se entremezcla con la progresiva contaminación derivada del uso de agroquímicos en las cuencas hidrográficas andinas que escurren hacia el lago, que han provocado la proliferación de algas que han mermado los niveles de oxigenación del agua del lago, estimulando la pérdida de población de peces y crustáceos en el cuerpo lacustre.

Por otra parte, los desechos y aguas servidas de las ciudades costeras como Maracaibo, Altagracia, Santa Rita, Cabimas, Ciudad Ojeda, Lagunillas, Tía Juana, Bachaquero, entre otras; que progresivamente han venido contaminando el lago, no solamente con aguas residuales de hogares. sino también con metales pesados y productos químicos desechados por las industrias y comercios de estas ciudades. En definitiva, no hay control sobre las aguas que se vierten, convirtiendo al lago de Maracaibo en receptor de contaminantes diversos, lo que representa una tragedia económica, ambiental y de salud pública.

Finalmente, urge implementar un plan de acción para el manejo integral de la cuenca del lago de Maracaibo para fortalecer su capacidad de autorregulación.