El pasado 5 de octubre, el ministro de Transición Ecológica y Desarrollo Sostenible francés, Christophe Béchu, hizo el primer balance sobre el plan hidrológico 6 meses después de su presentación.
Como parte del plan, se ha incluido una inversión de 475 millones de euros anuales en el proyecto de ley de los presupuestos generales de 2024. Además, el Gobierno prevé que 50 plantas industriales, de las cuales 12 ya han sido anunciadas, recibirán apoyo en sus esfuerzos para reducir el consumo de agua. Asimismo, para finales de octubre, se espera que 4 de los 19 comités sectoriales (sector químico, minero, y metalúrgico, maderero, y electrónico) hayan presentado sus respectivos planes de ahorro.
El Gobierno francés también ha asignado 62 millones de euros para reducir las fugas y garantizar el suministro de agua potable de 400 municipios.
A nivel regulatorio, a finales de agosto se publicó un decreto con el objetivo de facilitar e incentivar la reutilización de las aguas residuales. Igualmente, se prevé la publicación de dos órdenes ministeriales relativas al uso particular y uso agrícola del agua. Agentes del sector se aquejan del retraso en la publicación de estas órdenes debido a las tensiones entre los Ministerios pertinentes.
A principios de septiembre, la primera ministra Elisabeth Borne encomendó al Consejo Económico, Social y Medioambiental estudiar los cambios necesarios para avanzar en la tarificación progresiva del agua en función del consumo, medida que ya fue anunciada el pasado mes de marzo. En el periodo estival de 2023 el consumo de agua se ha reducido en un 10 %.
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