En estas últimas horas se está comparando los efectos del huracán Ida con el Huracán Catrina, que tantos daños causó en New Orleans. Ya he comentado en varias ocasiones, que cada vez más las administraciones deben gestionar, según episodios extremos (olas) que según valores medios.
Esta gestión de episodios extremos afecta a diferentes departamentos de la Administración: Protección Civil, Medio Ambiente, Agricultura, Transportes, etc… y con la pandemia del Covid-19 de manera muy importante a la Sanidad. Los diferentes territorios están contando cuantas olas covid-19 acumulan, o si se producirá otra ola en el próximo otoño.
El diario Segre realizó una noticia el 21 de julio, a partir de un tweet mío, en la que se justificaba que Lleida ya estaba en la 6 ola de Covid-19.
A parte de del huracán Ida, o las precipitaciones de ayer en Castellón, durante este 2021 hemos tenido importantes inundaciones en la zona de Alemania y Bélgica que han causado importantes daños.
Otro tipo de olas que también tienen un importante impacto son las olas de calor, como la que ha registrado Catalunya a mediados de este mes de agosto. Según palabras de Teresa Jordà, consejera de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural se trataba de la ola de calor más importante de los últimos años, y para evitar grandes incendios forestales, se debía restringir el acceso a los principales espacios protegidos y algunas actividades en el medio rural.
Según nota de prensa de la Generalitat, del 11 al 15 de agosto de 2021 Cataluña se ha visto plenamente afectada por una masa de aire proveniente del norte de África que ha provocado una de las olas de calor más intensas de las últimas décadas, con valores de temperatura máxima de 40 a 43 ºC en muchas comarcas del interior y en algunos valles pirenaicos.
En cuanto a los récords, a lo largo del episodio cerca de un 15% de las estaciones de la XEMA con más 10 años de datos (22 de 169) han registrado la máxima absoluta de toda su serie. Un aspecto también destacado ha sido la elevada temperatura nocturna, sobre todo en sectores de montaña.
En el interior de Cataluña ha sido una de las olas de calor más importantes de las últimas décadas, superando en general la de julio de 2015 pero no la de junio de 2019, que tuvo una duración y unas características similares pero resultó ligeramente más intensa.
En cambio, en gran parte del litoral el calor no ha sido extraordinaria, a pesar del ambiente especialmente bochornoso, y en la Costa Brava ni siquiera han sido los días más cálidos del verano.
Cuando se habla de olas de calor se da mucha importancia por los efectos que puede provocar en las personas y el riesgo de grandes incendios, pero poco se habla de las pérdidas de producción que pueden causar en las cosechas o como que las dosis y frecuencias de riego se deben adaptar a las condiciones de cada momento.
Para valorar como ha sido esta ola he utilizado los datos abiertos de la Red de Estaciones Agroclimáticas de Catalunya. He comparado los datos diarios de este mes de agosto, con la media diaria de la serie, para 4 variables (Temperatura Media, Temperatura Máxima, Humedad Relativa y Evapotranspiración de referencia). Esto lo he realizado para 2 estaciones de la red de estaciones agrometeorológicas de la Generalitat: Raimat (Segrià/Lleida) y Cabanes (Alt Empordà, Girona), con los datos diarios desde 2.007 a la actualidad.
Me gustaría acabar este post, con un comentario a los Juegos Olímpicos de Tokyo. Unos juegos sin público y sin autoridades en la entrega de medallas, pero que ha incrementado el número de disciplinas olímpicas, entre las que se encuentra el surf.
Estos deportistas conocen, mejor que nadie, como se deben gestionar las olas.
Fig. 11. Surf nuevo deporte olímpico en Tokyo 2020.