Los Esquemas provisionales de Temas Importantes de los Planes Hidrológicos de cuenca hidrográfica, en consulta pública hasta finales de octubre de 2020 en España y mediados de septiembre en Portugal, han puesto de manifiesto las limitaciones de la gestión del agua en los países de la Península Ibérica para cumplir con las obligaciones de la DMA. Tras analizar, WWF-España y ANP|WWF Portugal la información presentada por las autoridades del agua en distintas cuencas ibéricas, han podido constatar los problemas comunes y los retos pendientes de ambos Estados miembros. 2027 es el límite que establece la DMA para conseguir el buen estado de todos los ríos, humedales y acuíferos, pero las autoridades españolas y portuguesas aún tienen que cumplir con buena parte de sus compromisos adquiridos en ciclos de planificación anteriores para alcanzar este objetivo.
La contaminación difusa procedente de la agricultura y ganadería es un grave problema, que se extiende por buena parte de la Península Ibérica sin que las medidas puestas en marcha hasta ahora hayan sido eficaces para reducir esta presión sobre los ríos, humedales y acuíferos ibéricos. No en vano, la Comisión Europea ha emitido un Dictamen Motivado urgiendo a España a tomar medidas para abordar este problema ante el incumplimiento reiterado de la Directiva 91/676/CEE (Directiva de Nitratos)
Resulta muy preocupante comprobar que los problemas de sobreexplotación del agua de los ríos y de los acuíferos se extienden por buena parte del territorio ibérico. En un escenario de disminución de las precipitaciones y aumento de las temperaturas como consecuencia del efecto del cambio climático, los modelos hidrológicos de aportaciones estiman una mayor escasez de recursos disponibles para la mayoría de las cuencas ibéricas.
Para WWF, este escenario incierto y complejo, no se ve reflejado en los Planes Hidrológicos por que se sigue apostando por el mantenimiento de las políticas de aumento de la oferta de más recursos, a costa de la biodiversidad y la salud de los ríos, humedales y acuíferos. Esto no hace más que agravar los problemas que hoy en día padecemos, y nos alejan de una adaptación eficaz de nuestros sistemas productivos a los impactos del cambio climático. En este sentido, Naciones Unidas y WWF coinciden en el concepto de “OneHealth” porque unos ríos, humedales y acuíferos en buen estado son claves para tener una sociedad más sana y resiliente.
La Península Ibérica es una de las zonas con mayor número de presas, canales e infraestructuras de regulación de toda Europa. Prácticamente ningún río ibérico fluye libremente hacia el mar sin verse afectado por una presa o por una infraestructura que desvíe y modifique su régimen de caudales natural. Unido a esto, la generación de energía hidroeléctrica, el uso intensivo para alimentar cultivos en regadío o el urbanismo mal planificado son presiones significativas en muchas de las cuencas ibéricas. Sin embargo, los Esquemas provisionales de Temas Importantes no han definido una estrategia clara para abordar estas alteraciones en los cauces fluviales, ni tampoco han establecido las medidas necesarias para garantizar un régimen de caudales ecológicos, con todas sus componentes, que contribuya a mejorar la salud de los ríos y de los ecosistemas terrestres que dependen de ellos. Las autoridades del agua esperan avances en estos próximos años, pero no podemos seguir demorando el cumplimiento de los Objetivos de la DMA mientras la biodiversidad de nuestros ríos y humedales desaparece a pasos agigantados, de acuerdo con lo recogido en el Informe de la Agencia Europea de Medio Ambiente sobre el Estado de la Naturaleza en la Unión Europea 2013-2018.
WWF ha comprobado con gran preocupación que una de las causas del fracaso de la gestión del agua y su contaminación se debe a la mala coordinación entre las distintas autoridades que ha sido ineficaz y prácticamente inexistente en los anteriores ciclos de planificación. Es imprescindible coordinar las políticas de protección del medio ambiente con las políticas de desarrollo sectorial destinadas a la producción de alimentos, el urbanismo o la generación eléctrica, y para ello establecer normativas transversales apoyadas por varias autoridades. Pese a ello, WWF ha podido constatar en esta fase de revisión de los planes hidrológicos que existe todavía mucho camino por recorrer hasta llegar a los objetivos y calendario previstos por la normativa europea en vigor.
La planificación hidrológica no puede ser rehén de un modelo de explotación intensiva de los recursos naturales, pues acarrea un creciente deterioro de los ríos, humedales y acuíferos de la Península Ibérica. Es por ello que WWF exige a las autoridades del agua de los dos países que desarrollen unos planes hidrológicos ambiciosos para cumplir con la Directiva Marco del Agua, con el fin de revertir los problemas de sobreexplotación de los recursos y de pérdida de biodiversidad acuática que padecemos, y que nos prepare para afrontar las incertidumbres derivadas del cambio climático y de la creciente inseguridad hídrica con los ecosistemas naturales en mucho mejores condiciones que las actuales.