Un equipo de investigadores de la Universidad de Granada (UGR) y del Instituto de Formación Agraria y Pesquera de Andalucía (IFAPA) ha desarrollado una técnica que permite recuperar el fósforo de los ecosistemas acuáticos y utilizarlo como abono líquido para diferentes especies de plantas como el melón, el pepino y la albahaca.
Para ello, este equipo ha utilizado unos adsorbentes magnéticos que funcionan a modo de imán para la mejora de la calidad del agua de ecosistemas eutrofizados, esto es, con acumulación de nutrientes inorgánicos, como el fósforo o el nitrógeno, provenientes esencialmente de la acción humana.
Esta técnica ha sido perfeccionada para retirar la mayor cantidad de fósforo posible con base en aproximadamente una década de investigación científica en las lagunas de la Albufera de Adra (Almería).
Posteriormente, los trabajos en los invernaderos del IFAPA Camino de Purchil, en Granada, han permitido comprobar que parámetros como la altura de las plantas o el peso de sus tallos y raíces fueron más elevados cuando fueron regadas con algunos de los tres tratamientos enriquecidos con fósforo. En los tres aplicados, se incorporó este elemento extraído de la laguna Honda de la Albufera de Adra.
Según ha expuesto este grupo de investigación en el artículo titulado ‘Assessing the viability of recovered phosphorus from eutrophicated aquatic ecosystems as a liquid fertilizer’ publicado en la revista Journal of Environmental Management, ha combinado el fósforo con macroelementos químicos como son potasio, calcio o nitrógeno, y microelementos como hierro, manganeso o zinc. “Sin ninguna duda, la principal ventaja de su uso es que el adsorbente junto con el fósforo pueden ser recuperados del medio reduciéndose, por tanto, notablemente el coste económico y los posibles efectos tóxicos sobre los organismos acuáticos”, ha explicado a la Fundación Descubre Inmaculada de Vicente, investigadora de la UGR.
Esta técnica ha sido perfeccionada para retirar la mayor cantidad de fósforo posible con base en aproximadamente una década de investigación científica en las lagunas de la Albufera de Adra (Almería).
Con estas combinaciones ha conformado tres soluciones nutritivas para aplicarlas a las semillas del melón, el pepino y la albahaca, que se caracterizan por un crecimiento rápido. “Observamos que las plantas, que se seleccionan también por su evidente alto valor económico, responden bien a estas soluciones nutritivas, en comparación con cuando solo se las riega con agua”, ha explicado Inmaculada de Vicente.
En concreto, se dispusieron de un total de 264 maceteros (88 para cada especie) y se regaron con agua de riego sin ningún elemento químico –grupo control—y con tres tratamientos, basados en soluciones enriquecidas. Una de ellas con el fósforo recuperado, otra enriquecida en también con micronutrientes, y otra que sumaba macronutrientes a lo anterior.
Un mes de mediciones
Midieron durante 31 días en el IFAPA Camino de Purchil la evolución de las plantas. “Los resultados de este experimento mostraron que la solución neutralizada que contiene el fósforo recuperado se puede utilizar como fertilizante líquido ya que todas las variables respuesta medidas en las plantas (altura, biomasa, y concentración de fósforo) se incrementaron significativamente”, ha resumido la investigadora de la UGR.
El tratamiento que mejor funciona es el que está basado en la combinación de micro y macronutrientes. “Por tanto, este estudio ha demostrado la conveniencia de utilizar el fósforo recuperado como fertilizante líquido y poder así convertir un problema en una solución”, ha concluido.
Este trabajo ha sido financiado por el actual Ministerio de Ciencia e Innovación, a través del proyecto de investigación titulado ‘Restauración de ecosistemas acuáticos mediante nanopartículas magnéticas: efectos ecotoxicológicos y recuperación del fósforo como fertilizante’.