El Reino Unido será cada vez más puesto a prueba por sequías como la de 2022, lo que pone de relieve la importancia de estar preparados para eventos extremos similares en el futuro, dicen científicos que han analizado los datos de ese verano.
Un estudio del Centro para Ecología e Hidrología del Reino Unido (UKCEH) describe cómo evolucionó la sequía y sus impactos en los recursos hídricos, la vida silvestre y las personas, comparando la situación con sequías anteriores y analizando si es una indicación de lo que puede pasar en el futuro. El estudio se publica en la revista Weather.
El verano de 2022 fue el más caluroso (junto con 2018) y el quinto más seco desde la década de 1890. La sequía afectó a gran parte del país y fue la peor en algunas áreas desde 1976. Formó parte de una sequía más amplia en Europa, considerada la peor en el continente en 500 años.
El calor excepcional prolongado y extenso, los suelos secos y los bajos caudales de los ríos tuvieron un impacto en gran parte del Reino Unido. En cuanto a restricciones en el uso del agua, seis empresas de servicios introdujeron prohibiciones del uso de mangueras que afectaron a alrededor de 20 millones de personas, y también hubo restricciones de navegación en vías fluviales.
En cuanto al impacto en la agricultura, disminuyó el rendimiento de cultivos y producción de leche, y la hierba moribunda en campos de pastoreo obligó a los agricultores a usar reservas de alimentos usadas para el invierno. Durante el verano, hubo casi 25.000 incendios forestales; se propagaron fácilmente por campos secos y también afectaron áreas urbanas. Los impactos ambientales incluyeron proliferaciones de algas y mortandades de peces.
Se emitió una alerta de salud por calor de Nivel 4 por primera vez desde su introducción en 2004, y se calcula hubo unas 2.800 muertes de mayores de 65 años debido al calor entre junio y agosto.
El Reino Unido será cada vez más puesto a prueba por sequías como la de 2022, lo que pone de relieve la importancia de estar preparados para eventos extremos similares en el futuro, dicen científicos que han analizado los datos de ese verano
Los eventos de ese verano subrayan nuestra vulnerabilidad a sequías intensas asociadas con una baja precipitación en primavera/verano junto con temperaturas muy altas, especialmente dado que se produjo poco después de otra sequía intensa en el verano de 2018.
Jamie Hannaford, hidrólogo del UKCEH y uno de los autores del estudio, dijo: "La sequía de 2022 planteó desafíos importantes para la gestión del agua y la comunicación con el público dada la rapidez con que se desarrollaron las condiciones de sequía y sus impactos. Ha sido para a los gestores del agua una prueba de estrés importante, permitiéndoles evaluar nuestra capacidad de resiliencia frente a este tipo de eventos extremos que veremos mucho más en el futuro".
Los hidrólogos clasifican el 2022 como una sequía de verano, que se desarrolló relativamente rápido, en lugar de una sequía de varios años impulsada por inviernos secos sucesivos. Si bien hay una incertidumbre significativa sobre cómo evolucionarán las sequías de varios años en el futuro, los científicos están convencidos, según la información de modelos, de que cada vez serán más frecuentes las sequías como la de 2022. El calentamiento global impulsado por la actividad humana aumenta el riesgo de sequías como las de 2018 y 2022, asociadas con veranos más secos y temperaturas más altas.
Según los autores del estudio, los impactos en el suministro de agua fueron relativamente modestos en cuanto a duración y áreas afectadas. Al igual que en 2018, esto se debió en gran parte a inviernos más húmedos antes y después de la sequía.
Las sequías como la de 2022 enfatizan la necesidad de mejorar los sistemas de seguimiento y pronóstico en tiempo real. Esto daría una indicación de los posibles impactos, para aplicar medidas de mitigación, como restricciones en las captaciones o esfuerzos para proteger el medio ambiente, como rescates de peces, en una etapa temprana.
El UKCEH supervisa COSMOS-UK, una red a largo plazo de puntos de seguimiento de la humedad del suelo que produce datos en tiempo real y que se utilizaron para el estudio de la sequía de 2022. También está liderando el desarrollo de una Infraestructura de Investigación sobre Inundaciones y Sequías (FDRI, por sus siglas en inglés). Estos nuevos instrumentos producirán nuevas mediciones en varias cuencas hidrográficos del Reino Unido. Los datos permitirán a los investigadores mejorar los modelos informáticos para predecir cuándo y dónde ocurrirán sequías e inundaciones, y su intensidad.
Lee el contenido original en Smart Water Magazine.