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Isabel Bombal: “Tenemos previsto invertir más de 1.200 millones de € en los próximos cinco años”

Hace justo un año hablamos con el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, unos minutos después de hacer pública la firma de los dos convenios entre el Ministerio y SEIASA para la puesta en marcha de las primeras actuaciones en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia y de otras en el marco del Plan Nacional de Regadíos.

Doce meses después, tenemos la oportunidad de entrevistar a Isabel Bombal, directora general de Desarrollo Rural, Innovación y Formación Agroalimentaria en el Ministerio que dirige Luis Planas. Funcionaria de carrera y miembro del Cuerpo de Ingenieros Agrónomos del Estado, Bombal lidera un departamento estratégico en la vertebración y consecución de una apuesta inversora sin precedentes, lo que la convierte en la mujer más influyente del sector agrícola español.

Antes de comenzar las preguntas, nos gustaría conocer su trayectoria profesional hasta llegar al cargo que actualmente ocupa.

Toda mi trayectoria profesional ha estado ligada al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, con vocación de compromiso y servicio público dentro de la administración.

Publicado en iAgua Magazine 40 - Julio 2022
iAgua Magazine 40

Ingresé en el ministerio en el año 2000, donde tuve ocasión de asumir responsabilidades vinculadas a la industria y la producción agroalimentaria, tanto a nivel técnico como directivo. A partir del año 2012 se me encomendó liderar la puesta en marcha en España de la iniciativa europea AEI-Agri para apoyar la innovación en todo el sector agroalimentario y el medio rural, a través de grupos operativos y la ejecución de proyectos innovadores.

A mediados del año 2018 fui nombrada directora general de Desarrollo Rural, Innovación y Formación Agroalimentaria y desde entonces soy responsable de las políticas de desarrollo rural, jóvenes, mujeres, regadíos, innovación, transferencia de conocimiento y digitalización que recaen en el ámbito de las competencias del ministerio. En definitiva, mi objetivo es liderar un proceso de transformación del sector agroalimentario y del medio rural y sus habitantes hacia modelos de producción más eficientes, sostenibles, rentables y equilibrados, donde los jóvenes y las mujeres rurales desempeñen el papel que les corresponde.

Para ello, contamos con diferentes instrumentos y políticas que estamos impulsando actualmente desde mi dirección general.

La agricultura de regadío es un sector esencial en la economía española. ¿Hasta qué punto?

La agricultura de regadío constituye un instrumento fundamental para mejorar la rentabilidad, sostenibilidad y competitividad de nuestro sector agroalimentario, y su consiguiente beneficio en la cohesión social y territorial de las zonas rurales donde está implantado, así como en el conjunto de la sociedad.

"La agricultura de regadío es fundamental para mejorar la rentabilidad, sostenibilidad y competitividad del sector agroalimentario"

El sector agroalimentario es estratégico para nuestra economía y nuestra sociedad. Aporta más 10% del PIB nacional y es la principal fuente de empleo en nuestro medio rural, al generar más de 2,8 millones de empleos, entre directos e indirectos. Asimismo, contribuyen de manera decidida a fortalecer el sector agroalimentario español, con un volumen de exportaciones durante el año 2021 superior a los 60.000 millones de euros, abarcando diferentes productos (frutas y hortalizas, aceite de oliva, uva, etc.) y una balanza comercial favorable de casi 19.000 millones de euros.

Podemos decir que el peso tan relevante del sector agroalimentario español se debe, en gran medida, a nuestra producción en regadíos

Podemos decir, por tanto, que el peso tan relevante del sector agroalimentario español se debe, en gran medida, a nuestra producción en regadíos. Como dice el ministro Planas, los regadíos son “la joya de la corona” del sistema agroalimentario de nuestro país. Su crecimiento durante estas dos últimas décadas ha supuesto un notable incremento de valor de la producción agrícola, con un crecimiento de más del 35% en el periodo 2000 a 2020. Hay que recordar que los regadíos multiplican por seis la productividad agrícola, aumenta hasta cuatro veces la renta de los agricultores y genera tres veces más empleo por unidad de superficie.

Todos estos motivos justifican el importante apoyo que estamos prestando desde el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación a los regadíos sostenibles españoles, y que se va a ver reforzado notablemente en los próximos cuatro años.

Hace justo un año tuvimos la oportunidad de conversar con el ministro Planas sobre la política española de modernización de regadíos y el objetivo de modernizar 100.000 hectáreas. ¿Cuál es el grado de avance? ¿Qué previsión de actuaciones hay en el corto y medio plazo?

El reto de la modernización de 100.000 hectáreas para el año 2026 se enmarca dentro del “Plan para la mejora de la eficiencia y la sostenibilidad en regadíos”. Este Plan es una de las medidas que componen el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de España, que aprobó el Consejo de la Unión Europea hace ahora un año.

  • "Trabajamos en la integración del incremento financiero en el PERTE, del que una parte se destinará a gestión del agua y regadíos sostenibles"
  • "Considerando el volumen de inversión público-privada, tenemos previsto invertir más de 1.200 millones de euros en los próximos cinco años"

Esta medida está dotada con 563 millones de euros provenientes del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia, que es la principal fuente financiera del Instrumento de Recuperación Europeo (EU Next Generation), y se corresponde con más de setecientos millones de euros de inversión público-privada.

Este plan ya está en marcha, tras la firma del convenio entre el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) y la Sociedad Estatal de Infraestructuras Agrarias (SEIASA) Fase I, en junio de 2021, y su posterior adenda en mayo de 2022. Esta primera fase tiene un importe asignado de 260 millones de euros, y ya se encuentran firmados la práctica totalidad de los convenios entre SEIASA y las comunidades de regantes de las 42 obras encomendadas para esta primera fase del plan.

Hay que recordar que el regadío multiplica por seis la productividad agrícola y aumenta hasta cuatro veces la renta de los agricultores

Las primeras actuaciones en el marco de este plan podrán comenzar a ejecutarse a finales de 2022, puesto que en estos momentos se está procediendo a la redacción de todos los proyectos. Además, durante este año 2022 tenemos previsto firmar el convenio MAPA-SEIASA Fase II para la ejecución de este plan, donde incluiremos el resto de actuaciones de modernización de regadíos a realizar.

Para poner en contexto la importancia de este plan de inversiones en el marco del PRTR español, me gustaría indicar que la firma de este primer convenio MAPA-SEIASA ha supuesto acreditar el cumplimiento del objetivo correspondiente en el plan de recuperación, lo que nos ha permitido integrar la consecución de este objetivo en la segunda solicitud de desembolso a la Comisión Europea, que realizó el pasado 30 de abril el Ministerio de Hacienda y Función Pública para que nuestro país reciba hasta 12.000 millones de euros del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia de la UE.

El Plan de Resiliencia se ha concretado en el ámbito de la agricultura en un PERTE Agroalimentario con una inversión prevista de mil millones de euros. ¿Esta inversión tendrá alguna incidencia en la gestión del agua?

En efecto, los cuatro objetivos que persigue el PERTE Agroalimentario, adoptado por el Gobierno de España el pasado 8 de febrero, como son la mejora de la competitividad del sector agroalimentario, la mejora de su sostenibilidad, el refuerzo de la trazabilidad y seguridad en este sector y su contribución al reto demográfico, están perfectamente alineados que los objetivos que nosotros buscamos con nuestras inversiones a favor de los regadíos sostenibles: mejorar la producción, realizando siempre un uso eficiente y sostenible del agua y la energía, y contribuir a la generación de actividad económica y la creación de puestos de trabajo de calidad en el medio rural.

En este contexto, me gustaría recordar el anuncio que realizó el presidente del Gobierno el pasado 11 de mayo, en el marco de la Feria Internacional del Vino en Ciudad Real, en el sentido de incrementar en ochocientos millones de euros la dotación financiera de este PERTE Agroalimentario. Estamos trabajando en la integración de este incremento financiero en el PERTE del que una parte significativa del mismo se destinará a la gestión del agua y las inversiones en regadíos sostenibles.

Además, debemos considerar el apoyo financiero que se va a destinar a promover la digitalización de las comunidades de regantes, en el marco del PERTE del ciclo del agua, aprobado por el Gobierno en marzo de este año.

Respecto a este anuncio que comenta del presidente Sánchez de una inversión adicional de ochocientos millones de euros para la mejora de la gestión del agua y la modernización de su uso. ¿Cuáles son las prioridades para esas inversiones? ¿Cómo se vertebrarán para traducirlas en proyectos tangibles?

Efectivamente, está previsto destinar más de cuatrocientos millones de euros adicionales a reforzar las inversiones en modernización de regadíos, dentro de la medida del plan para la mejora de la eficiencia y la sostenibilidad en regadíos del PRTR, a la que antes he hecho mención.

En principio, y a la espera de ver cómo se concreta la próxima adenda del PRTR que ha anunciado el Gobierno para después de este verano, tenemos previsto incorporar esta dotación económica adicional dentro de la estructura de esta medida del plan, con la colaboración de SEIASA y las Comunidades de regantes afectadas.

Las primeras actuaciones del “Plan para la mejora de la eficiencia y la sostenibilidad en regadíos” podrán comenzar a finales de 2022

De esta forma, considerando todo este volumen de inversiones público-privadas, tenemos previsto invertir más de 1.200 millones de euros en los próximos cinco años, lo que va a permitir modernizar más de 200.000 hectáreas de regadíos, beneficiando a más de 20.000 regantes.

El 1 de enero de 2023 entrará en vigor la nueva Política Agraria Común. ¿Qué balance hace para nuestro país y cómo afectará al uso del agua?

El balance que podemos hacer del proceso de negociación de la nueva Política Agraria Común (PAC) 2023-2027 es positivo ya que, entre otros aspectos, hemos conseguido mantener un volumen de ayudas para el sector agroalimentario español del orden de 47.724 millones de euros, similar al del periodo anterior, pero en unas condiciones presupuestarias mucho más complejas. La nueva PAC, que se aplicará en España a través del Plan Estratégico Nacional, permite responder a los grandes retos del futuro del sector con una distribución más justa de las ayudas y con medidas para apostar por la sostenibilidad competitiva, asegurar el relevo generacional y reforzar el papel de las mujeres rurales.

En definitiva, esta nueva PAC será más redistributiva, más sostenible y más social, apoyando a la agricultura familiar y profesional y la transformación digital e innovadora del sector agroalimentario de nuestro país.

En materia de agua, tengo que indicar que la nueva PAC seguirá apoyando las inversiones en regadíos sostenibles, como ocurría en el actual periodo de programación. De hecho, una de las recomendaciones que nos trasladó la Comisión Europea en el proceso de elaboración del Plan Estratégico de la PAC fue la de continuar con el apoyo a las inversiones en regadíos. Y vamos a dar cumplimiento a ese mandato a través de inversiones de modernización de regadíos, que vamos a financiar en el marco del PEPAC y el reconocimiento de las regiones de tierras de cultivo de regadío dentro de las ayudas del primer pilar, tanto la ayuda básica a la renta como en los eco-regímenes.

La digitalización continúa siendo uno de los mayores disruptores en la mejora del desempeño agrícola, en general, y de la gestión del agua, en particular. ¿Cuál es la apuesta del Ministerio en este sentido?

Como muchas veces suelo indicar, la innovación y la digitalización del sector agroalimentario son instrumentos clave para impulsar la competitividad, sostenibilidad y trazabilidad del sector agroalimentario y de toda su cadena de valor, dando así respuesta a los retos y necesidades que hoy en día tiene este sector.

Indicar que la nueva PAC seguirá apoyando las inversiones en regadíos sostenibles, como ocurría en el actual periodo de programación

En este sentido, la digitalización constituye una de las principales líneas de trabajo de mi dirección general. Contamos para ello con una Estrategia de digitalización del sector agroalimentario y del medio rural, adoptada por el Gobierno de España en marzo de 2019, y que se despliega a través de planes de acción. Actualmente está en marcha el II Plan de Acción 2021-2023, con veintiún medidas concretas y un presupuesto de 64 millones de euros.

Varias de estas medidas las estamos ejecutando con el apoyo de los fondos europeos, en particular el Plan de Recuperación al que antes he hecho mención. Con ello, hemos puesto en marcha desde 2021 una línea de acceso al crédito para PYMES agroalimentarias para financiar la ejecución de proyectos innovadores de base tecnológica. Esta línea, que realizamos en colaboración con la Empresa Nacional de Innovación (ENISA) del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, ya ha permitido financiar más de cuarenta proyectos, por importe de casi siete millones de euros. También vamos a poner en marcha durante 2022 el digital “innovation hub” para el sector agroalimentario, en nuestras instalaciones del CENCA-CENTER, en San Fernando de Henares, y hemos creado recientemente un nuevo observatorio para la digitalización del sector agroalimentario, que estamos realizando en colaboración con la Fundación Cajamar.

Sánchez anuncia 800 M€ para el sector agroalimentario orientados a mejorar la gestión del agua

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha anunciado una inversión extra de 800 millones de euros más allá de los 1.000 millones contemplados en el PERTE para la cadena agroalimentaria que irán destinados para que el sector primario acometa una transformación de su industria en torno a la mejora de la gestión del agua y la modernización de su uso.

El apoyo a la transformación digital de todo el sector agroalimentario se va a ver reforzado, además, con el despliegue y ejecución del PERTE Agroalimentario, uno de cuyos ejes está destinado precisamente a apoyar la digitalización del sector. En este ámbito, ya existen varias medidas en marcha: ayudas del KIT Digital del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital, la línea Agroinnpulso antes comentada, proyectos innovadores AEI-Agri del programa nacional de desarrollo rural, etc.

Los efectos del cambio climático cada vez más presentes elevan el nivel de riesgo en la disponibilidad de agua para el riego de cultivos. ¿Cuáles son el diagnóstico y la estrategia para combatirlo del MAPA?

Para continuar su positiva trayectoria, el sector agroalimentario tiene que hacer frente a numerosos retos.

Entre ellos, frenar y revertir, en la medida de lo posible, el cambio climático, es el más ambicioso porque representa un desafío global, el gran desafío de nuestra época. En ese contexto, el agua tiene un protagonismo vital. Sin agua no hay vida, así de sencillo. Una disminución de los recursos hídricos o de su calidad pone en peligro el desarrollo sostenible, la biodiversidad y la propia vida humana. Por eso, la mejora de la gestión de los recursos hídricos es un componente esencial para que las estrategias de mitigación y adaptación al cambio climático tengan éxito.

Como suelo indicar, la innovación y la digitalización del sector agroalimentario son instrumentos clave para impulsar la competitividad

La escasez o menor disponibilidad de agua es, por tanto, el gran reto de la agricultura. Dependiendo de las regiones, se prevé una reducción de los recursos hídricos de entre el 12 y el 40% antes del final de siglo. Estos escenarios nos obligan a un cambio de paradigma en los modelos de gestión del agua y a la adaptación gradual de los regadíos a los recursos disponibles. Y estamos inmersos de lleno en esa tarea, para la que, afortunadamente, contamos con numerosos y robustos instrumentos.

El principal instrumento son los fondos de financiación de la modernización sostenible del regadío para asegurar el buen estado, cuantitativo y cualitativo, de los recursos hídricos. Fondos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, fondos PAC y Presupuesto General del Estado destinado a la actualización de las infraestructuras de transporte y distribución y de los sistemas de aplicación de agua en parcela para avanzar en la sostenibilidad medioambiental del regadío (que supone inevitablemente el ahorro de agua), en la eficiencia en el uso de los recursos (ahorro energético) y, por supuesto, hacia la tecnificación de este tipo de agricultura, que supondrá no solo la mejora ambiental de esta actividad, sino también la mejora de la productividad y rentabilidad del sector agrario.

"Hemos creado un nuevo observatorio para la digitalización del sector agroalimentario en colaboración con la Fundación Cajamar"

El buen uso de los inputs debe ser uno de los principales objetivos de la agricultura de regadío para que pueda perdurar en el tiempo. Es un logro que debe basarse en el uso de las buenas prácticas agrarias y de la tecnología. Es necesario un regadío de precisión y digitalizado que garantice el ahorro de agua y energía, y aplique fertilizantes y fitosanitarios de la manera más precisa posible, sin perjudicar a la productividad.

Con el uso de la mejor tecnología disponible y de la innovación se puede adaptar el regadío a sistemas que obtengan el máximo rendimiento de cada gota de agua. Al mismo tiempo, es necesario reforzar la capacitación, la formación y el asesoramiento digital de los agricultores para facilitar este tránsito hacia una agricultura más tecnificada, más eficiente y sostenible.

Desde mi dirección general estamos trabajando en todos estos ámbitos a través de medidas concretas, varias de las cuales ya las he mencionado anteriormente.

El litoral mediterráneo es la zona más afectada por esta problemática y sus regantes están preocupados por la posible reducción o eliminación de los recursos hídricos procedentes del trasvase Tajo-Segura. ¿Cómo ve el Gobierno el suministro de agua en esa área dentro de una década?

Las previsiones de escasez del recurso hacen presuponer mayores dificultades en el litoral mediterráneo, por eso el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación está apostando de manera importante en la promoción del uso de otras fuentes de agua no convencionales ― aguas regeneradas y aguas desaladas― que puedan suplir las carencias de agua convencional que actualmente sufre la zona.

Así, por ejemplo, en la selección de obras de modernización de regadíos a ser financiadas por el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia se han tenido en cuenta criterios de mayor ambición ambiental y tecnológica. Es decir, se han seleccionado actuaciones que aportan recursos no convencionales (aguas regeneradas y desalinizadas), que generen mayor ahorro hídrico o energético, las que implanten energías renovables y las que incluyan nuevas tecnologías.

En el litoral mediterráneo se concentran el mayor número de actuaciones de este tipo ―uso de aguas no convencionales― del plan, en previsión de las perspectivas futuras de escasez del recurso.

Y para seguir mirando al futuro y a modo de conclusión, ¿cuál espera que sea el papel de la agricultura de regadío una vez se ejecuten todas las inversiones previstas?

Las herramientas que estamos poniendo en marcha y la importante dotación financiera de los fondos europeos contribuirán a que el sector agroalimentario sea más competitivo, moderno, rentable y atractivo para las mujeres y los jóvenes.

El regadío sostenible es el futuro, y es posible. Para ello, es necesario un cambio de paradigma frente a los desafíos que presenta el escenario de cambio climático.

Es necesario reforzar la formación y el asesoramiento digital de los agricultores para facilitar el tránsito hacia una agricultura sostenible

Por ello, ponemos en marcha la mayor inversión pública en regadíos sostenibles de las últimas décadas, con más de 1.200 millones de euros en el periodo 2021 a 2026, lo que va a suponer un importantísimo avance no solo en la sostenibilidad medioambiental (ahorro de agua), en la eficiencia de los recursos (ahorro energético) y en la tecnificación, sino también en la mejora de la productividad y rentabilidad del sector agrario.

La política en materia de regadío es un eje fundamental dentro de las acciones del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, tanto por su contribución a la lucha contra el despoblamiento y a la generación de empleo y valor añadido en el medio rural, como por su papel imprescindible para el abastecimiento de alimentos sanos, seguros, de calidad y a precios razonables.

Esta última es una externalidad del regadío digna de remarcar. Según las previsiones de la FAO, habrá que aumentar la producción de alimentos en un 55% en las próximas tres décadas, si queremos que una población creciente que puede llegar a los nueve mil millones de personas en 2050 tenga alimentos en cantidad y calidad suficientes. Esto hace que la alimentación humana pase por el regadío, y el objetivo de alimentar al planeta solo será posible con una agricultura sostenible basada en el regadío de precisión.