México es un país complejo en materia de agua. Dos tercios del territorio son zonas áridas o semiáridas. Además, la población se concentra en zonas con poca agua (el 62,75 % habita en 74 zonas metropolitanas) y existe un importante problema de sobreexplotación y estrés hídrico. La infraestructura disponible (alcantarillado, saneamiento, tratamiento, riego, etc.) es insuficiente y en muchos casos obsoleta.
El presupuesto asignado al sector ha venido reduciéndose en los últimos años y está lejos de las necesidades actuales del país. De hecho, según cifras del Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA) se necesitarían más de 20 años con un ritmo de inversión anual del orden de 49.000 millones de pesos (aproximadamente 1.900 millones €) para alcanzar la sostenibilidad y seguridad hídrica a nivel nacional.
Principales proyectos
La mayor parte del presupuesto para infraestructuras de agua se destina a proyectos que ya están en curso, aunque la planificación también recoge nuevos proyectos, principalmente de rehabilitaciones, mantenimientos, compra de equipo o mobiliario diverso, y estudios de menor envergadura.
En la página oficial Proyectos México se recogen los grandes proyectos, la mayoría en preinversión o estudio, que se licitarán en la modalidad APP (asociación público-privada). Adicionalmente, se han anunciado dos paquetes de proyectos de menor envergadura con financiación privada. En materia hidráulica hay contemplados hasta ahora 4 proyectos (de un total de 68 de obra público-privada) y dos ya están en proceso de licitación.
En la ficha de sector sobre los proyectos de infraestructura hidráulica en México publicada por ICEX podrás encontrar también el listado de proyectos que están siendo licitados bajo el esquema APP y los que forman parte del Plan de Reactivación Económica 2019.
Oportunidades de mercado
El cambio climático y los problemas hídricos a los que se enfrenta la sociedad mundial hacen del agua un tema prioritario. En el caso de México, estos son sus principales retos:
- Infraestructura del sistema hidráulico: El suministro de agua presenta importantes deficiencias (carencias de servicio, fugas en la distribución, obsolescencia, robos…). Se debe ampliar la red y tecnificar la estructura hidroagrícola.
- Desalinización: De las 435 plantas desalinizadoras, 137 no están operativas, y el 90% son de propiedad privada. Invertir en esta técnica garantizaría el suministro a zonas con menos recursos y aliviaría el estrés hídrico de los acuíferos, a través de recargas artificiales.
- Potabilización y calidad del agua: Hay disparidad de resultados en estudios de la calidad del agua. Se estima que el 80 % de la población consume agua embotellada. Hay contabilizadas aproximadamente 980 plantas de potabilización, con una capacidad instalada de 144.835 l/s, con las que se potabilizó un caudal de 110.252,2 l/s. Se debe mejorar el estado de la red de abastecimiento y de la calidad del agua potable.
- Red de saneamiento: Hay una deficiente infraestructura sanitaria. Se debe garantizar el servicio básico, principalmente en zonas menos desarrolladas.
- Tratamiento de aguas residuales y residuos: se estima que se generan anualmente unos 13.900 hm³ de aguas residuales, de las que se tratan el 37,8 %. Hay 2.526 plantas de tratamiento registradas, si bien muchas no están operando y la mitad presentan deficiencias en su mantenimiento. Se debe mejorar la eficiencia y mantenimiento de las plantas de tratamiento de agua.
- Aprovechamiento hídrico: el modelo energético actual está basado en energías no renovables, con un mayor peso de la energía hidroeléctrica, estratégica para cubrir picos de demanda y garantizar la continuidad del suministro. Hay que modernizar la operación e invertir en conservación de presas.
