Los desechos de árboles en lagos suprimen la producción de metano, mientras que los de las plantas que se encuentran en los carrizales promueven realmente este dañino efecto invernadero, según concluye un nuevo estudio, publicado en 'Nature Communications', sobre las reacciones químicas que ocurren cuando la materia orgánica se descompone en lagos de agua dulce.
A medida que la vegetación en y alrededor de cuerpos de agua continúa cambiando, con la cubierta forestal perdiéndose mientras el calentamiento global hace prosperar las plantas de los humedales, los numerosos lagos del hemisferio norte --que ya son una fuente importante de metano-- podrían casi duplicar sus emisiones en los próximos cincuenta años.
Los investigadores dicen que los hallazgos sugieren el descubrimiento de otro "circuito de retroalimentación" en el cual la alteración ambiental y el cambio climático provocan la liberación de más gases de efecto invernadero que calientan aún más el planeta, similar a las preocupaciones sobre el metano liberado por el permafrost del ártico.
"El metano es un gas de efecto invernadero al menos veinticinco veces más potente que el dióxido de carbono. Los ecosistemas de agua dulce ya aportan hasta el 16% de las emisiones de metano naturales de la Tierra, en comparación con solo el 1% de todos los océanos", afirma el autor principal del estudio, Andrew Tanentzap, del Departamento de Ciencias Vegetales de la Universidad de Cambridge.
Los desechos de árboles en lagos suprimen la producción de metano, mientras que los de las plantas que se encuentran en los carrizales promueven realmente este dañino efecto invernadero
"Creemos que hemos descubierto un nuevo mecanismo que tiene el potencial de causar cada vez más gases de efecto invernadero producidos por los lagos de agua dulce --explica--. Los climas cálidos que promueven el crecimiento de las plantas acuáticas tienen el potencial de desencadenar un circuito de retroalimentación perjudicial en los ecosistemas naturales".
Los investigadores señalan que las actuales emisiones de metano de los ecosistemas de agua dulce compensan por sí solos una cuarta parte de todo el carbono absorbido por las plantas terrestres y el suelo: el "sumidero de carbono" natural que drena y almacena CO2 de la atmósfera.
Hasta el 77% de las emisiones de metano de un lago en particular son el resultado de la materia orgánica arrojada principalmente por las plantas que crecen en el agua o cerca de ella. Esta materia queda enterrada en el sedimento que se encuentra al borde de los lagos, donde es consumida por comunidades de microbios. El metano se genera como un subproducto, que luego sube a la superficie.