El Técnico responsable de la implementación de la Planta Piloto de Tratamiento de Aguas Residuales, Ingeniero Francisco Carranza (Asociación Hazen and Sawyer – Pi Épsilon) explicó su funcionamiento:
“El proceso empieza tomando el agua del canal de descarga. Para este proyecto estamos tomando aguas crudas directamente de la descarga más grande que hay en Quito que es el Batán. Estamos tomando agua de verdad, no agua sintética.
Luego bombeamos (el agua del canal) a unas unidades que se llaman rejillas. Las rejillas lo que hacen es detener cualquier cosa grande: piedra, trapo, etc.; después pasa a un tanque de compensación cuya función es, básicamente, almacenar el agua.
Después se bombea el agua al proceso en sí, que comienza con un sedimentador primario, porque remueve la materia primaria que se sedimenta al fondo, toda la materia que se pueda sedimentar se queda ahí y el agua pasa a las unidades de remoción de materia orgánica y nitrógeno.
Esta remoción se realiza por procesos biológicos: se crea una cultura de microorganismos y bacterias que remueven la materia orgánica que viene en las aguas negras. Durante el proceso se va aumentando el número de bacterias, para remover más materia orgánica. Al final tenemos una gran cantidad de bacterias que también debemos removerlas. Hay un equipo denominado sedimentador secundario que sedimenta a las bacterias y hace que se remuevan.
Después de eso, el agua sale limpia y se regresa al canal. Ese proceso, en pequeño, se va a hacer en grande, con la diferencia de que en la planta de tratamiento real (de Vindobona) se va a desinfectar el agua y también servirá para generar energía eléctrica”.
Cabe mencionar que el Proyecto Piloto de Tratamiento de Aguas Residuales fue construido en 4 meses, a un costo aproximado de USD 250 mil. Consta de 9 tanques en línea, pero está diseñado para que puedan operar 3, 4 o 9 tanques.