Como continuación de la serie de entrevista a las Confederaciones Hidrográficas con motivo de la aprobación del Tercer Ciclo de Planificación Hidrológica, hablamos con José Antonio Quiroga, presidente de la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil (CHMS), cuyas actuaciones se centran en garantizar la calidad de las aguas, proteger las márgenes frente a inundaciones, así como mantener la morfología natural de los cauces.
Pregunta: En primer lugar, ¿podría comentarnos cuáles son las características principales de las masas de agua gestionadas por su Confederación Hidrográfica y en qué estado se encuentran?
Respuesta: En este ciclo de planificación se han delimitado 311 masas de agua, de las que 287 son masas de aguas superficiales y 24 masas de agua subterráneas. De las masas de agua superficiales 248 son de la categoría río, 35 categoría lago (32 de ellas embalses, es decir, ríos muy modificados por la presencia de embalses), dos masas de agua de transición y dos costeras.
Respecto a las masas de agua subterránea de la Demarcación, en el nuevo Plan se han desagregado las 6 masas de agua definidas hasta ahora, en 24 masas de agua subterránea, de las cuales solo tres se definen como unidad hidrogeológica: la cubeta del Bierzo, Xinzo de Limia y el aluvial del bajo Miño. A excepción de las tres anteriores, las masas subterráneas se caracterizan por presentarse sobre rocas cristalinas metamórficas e ígneas (más del 90% del territorio), sobre el que se desarrollan acuíferos libres de escasa entidad asociados a sectores con mayor fracturación del sustrato rocoso o a zonas de alteración superficial. Aunque del total del volumen captado para usos consuntivos (443,52 hm3) el 80 % es de origen superficial en 2.900 tomas, existe un mayor número de captaciones, unas 20.000, de agua subterránea para pequeños aprovechamientos como consecuencia de la dispersión poblacional existente en nuestra demarcación.
"En el nuevo Plan se han desagregado las 6 masas de agua definidas hasta ahora, en 24 masas de agua subterránea, de las cuales solo tres se definen como unidad hidrogeológica"
En relación con el estado de estas 287 masas de agua superficial, 214 alcanzan el buen estado, lo que supone el 75 % de ellas. En relación con las masas de agua subterránea 22 de las 24 alcanzan el buen estado, el 92 %. Por tanto, en conjunto el 76 % (236) de nuestras masas alcanzan el buen estado.
P.- ¿Cuáles son los objetivos principales de su gestión?
R.- Nuestros objetivos principales de gestión son los propios de la planificación hidrológica que no son otros, en resumen, que el alcanzar el buen estado en todas nuestras masas de agua y las zonas protegidas y prevenir el deterioro adicional de las mismas, además de promover el uso sostenible del agua, más aún en este contexto de cambio climático en el que debemos conseguir la seguridad hídrica para todos.
Por otro lado, el ofrecer un servicio público de calidad y a la altura de los ciudadanos es otro reto, de forma que podamos aplicar procedimientos ágiles y eficaces, a través de la digitalización, que permitan el ejercicio sostenible de todas las actividades socioeconómicas, de forma que podamos conseguir los objetivos ambientales en nuestras masas de agua y a la vez satisfacer las demandas de los diferentes usos.
La prevención y preparación frente a los fenómenos extremos, es otra de nuestras prioridades, cada vez más frecuentes, así como la adaptación al cambio climático, incrementado la resiliencia y disminuyendo la vulnerabilidad.
Creemos que con el nuevo plan hidrológico contribuimos a estos objetivos de forma decisiva.
P.- ¿Cómo afrontan desde la Confederación el Tercer Ciclo de Planificación Hidrológica de España?
R.- Con la obligación de alcanzar importantes retos derivados del cumplimiento de lo recogido en los planes, con mucha ilusión, determinación y voluntad de alcanzar los objetivos ambientales fijados.
El impacto del cambio climático es una realidad que debemos afrontar con determinación. Este año hidrológico pasado 2021/2022, se ha vuelto a poner de manifiesto, siendo el segundo más seco de la serie histórica 1980/81-2021/22, con un escenario de sequía que se ha alargado durante todo el año 2022. Si analizamos las situaciones de sequía prolongada observamos que cada vez son más frecuentes e intensas. A la vez, el inicio del año hidrológico 2022/23 desde octubre 2022 hasta el 31 de enero de 2023 ha sido de los más húmedos desde 1980, produciéndose crecidas muy importantes y registrándose caudales máximos en lo que va de siglo. Así en este ciclo abordaremos un estudio específico de adaptación a los efectos del cambio climático de acuerdo con la nueva Ley.
"El impacto del cambio climático es una realidad que debemos afrontar con determinación"
Por otra parte, en este ciclo hay una gran oportunidad, ante el reto de la digitalización, tanto la reciente Ley de cambio climático y Transición energética; como las orientaciones estratégicas de agua y cambio climático aprobadas en el Consejo de Ministros, como el plan de recuperación, transformación y resiliencia, señalan como un objetivo prioritario la digitalización del ciclo del agua.
Así en marzo de 2022 el Gobierno de España aprobó el PERTE de digitalización del ciclo del agua, aprobado en el Consejo de Ministros el pasado marzo, que prevé la movilización de 3.000 millones de euros, de los que 1.940 millones son aportados por la AGE, con cuatro líneas de actuación; la mejora de la gobernanza, la impulsión de la digitalización de los distintos usuarios del agua (Entidades Locales, Regantes, usuarios industriales etc), de los organismos de cuenca y a través del fomento de la formación e innovación en competencias digitales.
Igualmente, para la restauración de ríos se prevén unas inversiones en todo el país por parte del MITECO hasta 2030 que rondan los 2.500 millones de euros dentro de la estrategia nacional de restauración de ríos, 600 millones en materia de depuración, saneamiento, eficiencia, reutilización y seguridad de infraestructuras o el plan de acción de aguas subterráneas 2023-2030 con un presupuesto de 500 millones de euros.
Estamos por tanto ante una oportunidad única que no podemos dejar pasar.
P.- ¿Qué objetivos específicos a nivel de cuenca se han marcado para este Tercer Ciclo de Planificación Hidrológica?
R.- El objetivo que nos hemos marcado en el plan, sin ánimo de reiterarme, es el del logro del buen estado de nuestras masas en 2027. El plan hidrológico del tercer ciclo de planificación hidrológica se centra en su consecución afrontando los principales problemas existentes mediante el programa de medidas.
En nuestro territorio se da un número importante de alteraciones hidromorfológicas debido principalmente al uso hidroeléctrico, así como a la actividad de la minería de la pizarra y del carbón, con sus vertederos y escombreras asociadas, en parte abandonadas por el cierre de las explotaciones. De la misma forma nuestros cauces albergan más de 4.000 obstáculos transversales.
Por otra parte, en la demarcación se da una elevada dispersión poblacional con más de 12.000 núcleos de población, con los problemas de gestión que ello conlleva con más de 20.000 captaciones (18.000 subterráneas) y 3.000 vertidos. Esta dispersión puede dar lugar a problemas de contaminación puntual. Asimismo, existen problemas derivados de la contaminación difusa en algunos territorios de la demarcación.
"El programa de medidas del plan recoge 321 actuaciones con un presupuesto global de 443,21 millones de euros para el horizonte 2027"
Como ya he señalado, cada vez los fenómenos extremos son más frecuentes e intensos. A modo de ejemplo hemos vivido en los últimos diez años, tres períodos de sequía prolongada en 2011/12; 2017/2018 y en 2022, y a su vez durante el primer trimestre del año hidrológico 2022/2023 se han registrado los caudales más elevados de este siglo.
Para resolver todos estos problemas, el programa de medidas del plan recoge 321 actuaciones con un presupuesto global de 443,21 millones de euros para el horizonte 2027. Estas medidas están centradas, como se ha señalado, en alcanzar los objetivos ambientales del buen estado de las masas de agua. De esta forma destacan las actuaciones para combatir la contaminación puntual con 102 medidas y un presupuesto de 127,91 millones de euros, las medidas de restauración y conservación de las masas de agua 33 actuaciones y un presupuesto 130,62 millones de euros, las medidas relacionadas con la mejora de la gobernanza centradas en la digitalización y en la mejora de las redes de control tanto del sistema automático de información hidrológica (SAIH) como en las redes de control de estado de las masas de agua, con un presupuesto de 55 millones de euros, así como las relativas con la gestión del riesgo de inundación con 57 millones de euros.
Por tanto, el principal reto para este tercer ciclo es alcanzar el buen estado de las aguas para dar cumplimiento a la Directiva Marco del Agua, pero sin dejar de lado otros retos no menos importantes y relacionados con el impacto del cambio climático que hará que el recurso sea cada vez más escaso e irregular, con fenómenos meteorológicos extremos cada vez más frecuentes y que darán lugar a periodos recurrentes de sequía e inundaciones. Por otro lado, debemos seguir coordinándonos con nuestros colegas portugueses, ya que nuestra demarcación es internacional, de una manera productiva y fructífera, como hemos llevado a cabo durante los últimos años con los proyectos conjuntos, RISC Miño-Limia, RAIA termal o MIGRA MINHO, que han resultado ser casos de éxito.
P.- ¿Cómo se interrelacionan los distintos planes sectoriales y territoriales que afectan al ámbito de actuación de la Confederación con el nuevo Plan Hidrológico de Cuenca?
R.- La integración de las competencias en materia de protección de las aguas resulta especialmente compleja teniendo en cuenta las atribuciones de cada una de las administraciones implicadas en nuestro ordenamiento jurídico. En particular, en la parte española de la Demarcación Hidrográfica del Miño-Sil concurren las de la Administración General del Estado a través de la Confederación Hidrográfica, con las de las Comunidades Autónomas de Galicia, Castilla-León y el Principado de Asturias, así como con las de las corporaciones locales, que en este caso implican a más de 229 términos municipales, de los cuales 159 se encuentran íntegramente dentro de la demarcación.
El plan hidrológico analiza la situación y cuales son los problemas que dificultan el logro de los objetivos marcados, prescribiendo soluciones que los atenúen o eliminen sin entrar en qué administración posee la competencia para su ejecución.
"El principal reto para este tercer ciclo es alcanzar el buen estado de las aguas para dar cumplimiento a la Directiva Marco del Agua"
Como he señalado, los organismos de cuenca diagnostican los problemas y las medidas contra ellos pero para estas soluciones y medidas, en muchas ocasiones, no poseen competencias, debiendo ser aplicadas por otras administraciones públicas. Así, por ejemplo, las de medioambiente, agricultura o energía y minas, son de las Comunidades Autónomas, o las competencias en abastecimiento y saneamiento de las entidades locales. Entendemos que el plan debería tener mayor capacidad para obligar a cada Administración a materializar las actuaciones de su competencia, de forma que se contribuya a alcanzar los objetivos del buen estado de las masas de agua. La coordinación entre las distintas administraciones públicas es la clave para alcanzar los objetivos marcados en el plan.
El plan hidrológico Miño-Sil dedica un apartado completo (Anejo X) de su memoria a los planes y programas, competencia de las distintas administraciones con atribuciones en materias relacionadas con la protección y gestión de las aguas, y cuyo objetivo es definir las distintas políticas públicas sectoriales, que abordan temas como: abastecimiento, saneamiento y depuración, protección del recurso hídrico, protección de espacios naturales relacionados con las aguas, regadío, aspectos hidrológico-forestales, energía, etc., integrándolos en el mismo, así como las actuaciones que contribuyan a la consecución del buen estado de las masas de agua en ellos recogidos, de manera que queden interrelacionados con la planificación hidrológica.
P.- Para finalizar, ¿qué papel desempeña la participación de la sociedad en la planificación y gestión de los recursos hídricos en España?
R.- La participación pública ha sido de crucial importancia a lo largo de toda la tramitación del plan, desde sus primeras etapas hasta la última.
Dicha participación se ha articulado en tres niveles: una información pública que implica el suministro de información, una participación activa que permite llegar a consensos a lo largo del proceso de planificación y proporciona a los interesados implicados un papel activo en la toma de decisiones y en la elaboración de los documentos, y por último, una consulta pública que permite a toda la ciudadanía opinar e influir sobre los documentos a aprobar.
Cada una de las tres etapas de elaboración cuenta con un período de consulta pública de 6 meses, haciendo un total de 18 meses.
Importante destacar que se han llevado a cabo durante estos períodos de consulta más de 50 acciones de participación activa, que han dado lugar a que en las tres etapas de consulta se hayan recibido, en el relación de nuestro plan, más de 1.300 observaciones habiéndose incorporado casi 700, más de la mitad.