El nuevo pozo de riego para las zonas de huerta de En Corts y Fonteta de Sant Lluís, que ejecuta el Ayuntamiento a través de la Concejalía de Agricultura y Huerta, estará operativo antes de finales de año. Se trata de una infraestructura que permitirá cuadruplicar las aportaciones de agua de riego en estas áreas, que han sufrido una carencia histórica de hídricos en sus actividades agrarias. El alcalde de València, Joan Ribó, acompañado del concejal de Agricultura y Huerta, Alejandro Ramon, ha visitado esta mañana las obras de adecuación del pozo.
Tal como ha explicado el alcalde, el nuevo pozo abastecerá de agua para regar toda la zona de francos y marjales, «ya que hasta ahora sólo recibía agua de los sobrantes, lo que generaba en numerosas ocasiones verdaderos problemas para regar». «Por ello –ha continuado Ribó- la puesta en marcha de esta instalación será un paso fundamental para todos los agricultores de esta zona, que ya podrán regar de una manera clara y normalizada, cosa que hasta ahora no habían podido hacer nunca, y cuando digo hasta ahora me remito a los tiempos de Jaume I: siempre habían tenido que regar a expensas del agua que sobraba de las acequias». El alcalde ha destacado la importancia de la puesta en servicio de este pozo, «lo que demuestra que el Ayuntamiento de Valencia se preocupa de la agricultura, y especialmente de la agricultura de kilómetro cero, porque es fundamental para la alimentación de la ciudad».
En parecidos términos se ha manifestado el concejal de Agricultura y Huerta, Alejandro Ramon, quien ha destacado el «bien ritmo de las obras», y ha adelantado que se espera que pueda estar funcionando antes de concluir el año, lo que ha calificado como «una muy buena noticia». El delegado ha recordado la carencia hídrica histórica de suministro de agua que tenía la zona: actualmente solo accede a un caudal de 25 litros por segundo, provenientes de la red de baja presión. «Pero con la construcción del pozo lo que vamos a conseguir es asegurar un aprovisionamiento de 80 litros por segundo, que incluso se pueden llegar a los 100 litros», ha explicado, «lo que resulta en una seguridad de cara a los agricultores de que podrán sembrar y regar todas sus frutas y hortalizas y, por tanto, estamos garantizando la buena conservación de este espacio patrimonial agrícola, que ha estado muy degradado.
Consuetudinariamente, el riego se proveía por el aprovechamiento de los sobrantes de riego de Rovella por el este y de Favara por el oeste, pero actualmente la aportación de Favara es mínima y meramente testimonial, y la de Rovella, inexistente. Hasta ahora se había podido regar con agua de dos procedencias: las aportaciones de la Red de Baja Presión Municipal (RBPM) que son, a la vez, muy necesaria para el riego de jardines y baldeos; y las derivadas del rebaje del nivel freático necesario para mantener seco el paso inferior en la avenida Ausiàs March a la altura de la rotonda de los Anzuelos; pero ésta proporciona un caudal discontinuo, según se arrancan o se paran las bombas de extracción. Por ello, Alejandro Ramon ha manifestado su deseo de que «esta nueva infraestructura sirva como un gran impulso para renovar la zona y garantizar su buena conservación».
Se podrá ampliar la superficie de cultivo
A partir de ahora, se podrá disponer de agua proporcionada por el nuevo pozo, exclusivamente dedicado al riego agrícola, de manera que se liberará el agua de la RBPM que se podrá emplear en los fines que le son propios. Actualmente la superficie cultivable de esta zona es de unas 67 hectáreas, pero la disponibilidad de más agua y más caudal permitirá ampliar la superficie cultivable a 85 hectáreas.
El pozo es una infraestructura municipal que será gestionada directamente por la Delegación de Agricultura y la Comisaría de FME, de las que es responsable Alejandro Ramon. Para su construcción se ha efectuado un sondaje (perforación) de 91 metros de profundidad, y se ha efectuado un entubado con cañería definitiva de 350 mm de diámetro. Se ha colocado también una bomba a 30 metros de profundidad con cañería de impulsión de 200 mm de diámetro, y una potencia de 30 CV (22 kW). La actuación tiene un presupuesto total de 98.812,12 euros, que se financia con cargo a los fondos del desaparecido Pòsit Municipal.
Una jurisdicción de cultivos que data del siglo XIV
La Jurisdicción de Francos, Marjales y Extremals de València data del siglo XIV, concretamente del año 1.386, en el que se firmó la Concordia por parte de Pedro IV el Ceremoniós, que cedía al Consejo y a los Jurados de València la propiedad y la gestión de las acequias de riego y escurrideros de las zonas históricamente más bajas y pantanosas que quedaban entre l’Albufera y el sur de la ciudad, aprovechando los sobrantes de las acequias de las tierras más altas gestionadas por el Tribunal de las Aguas. Estas tierras de marjales pasaron a denominarse las tierras de Francos, Marjales y Extremals porque durante 10 años quedaban exentas del pago del diezmo y primicias.
A día de hoy, si no se tienen en cuenta los extremals al norte de València (de menor importancia), la mayor parte de la Jurisdicción está dividida por la ‘Solución Sur’: la parte septentrional la constituye el conjunto de la huerta de la Font de Sant Lluís y la Font de en Cortes (100 hectáreas brutas de superficie), mientras que la parte meridional queda definida por la mitad oriental de Forn d’Alcedo, todo Castellar-l’Oliveral y la parte de huerta de Pinedo, incluyendo el Brosquil.