El viernes después del Día de Acción de Gracias, la administración de Trump lanzó la Cuarta Evaluación Nacional del Clima, un informe que evalúa la ciencia del cambio climático y su impacto en Estados Unidos. El informe, de casi 2.000 páginas y que se publica cada 4 años, advierte de que los efectos del calentamiento global ya son evidentes en Estados Unidos y se espera que continúen alterando muchas áreas de la vida.
El informe se divide en 12 capítulos, de los cuales uno está dedicado al sector del agua. De acuerdo con las 13 agencias federales responsables de la última evaluación, el sector del agua de EE.UU. es uno de los más afectados por el cambio climático, y la seguridad hídrica está cada vez más en riesgo.
Número total de desastres de miles de millones de dólares relacionados con el agua cada año en los Estados Unidos
El informe científico subraya tres mensajes clave en relación al sector del agua. En primer lugar, existen cambios significativos en la cantidad y calidad del agua en todo el país. El incremento de las lluvias provoca una movilización de sustancias contaminantes, como sedimentos y nutrientes en las aguas superficiales, afectando su calidad. Además, el suministro y la demanda de agua se están viendo alterados, debido en gran parte a la reducción de la relación agua/nieve A su vez, las sequías, cada vez más duraderas, son responsables de la disminución del agua disponible.
Disminución del agua subterránea en los principales acuíferos regionales de EE.UU.
El segundo mensaje clave se centra en la infraestructura hídrica de Estados Unidos. La mayoría de los embalses, acueductos, alcantarillado, sistemas de drenaje y otros componentes están envejecidos y necesitan ser reemplazados. Construidos antes de que el impacto del cambio climático fuese tan visible, la infraestructura hídrica tenderá a fracasar, especialmente cuando las inundaciones se conviertan en más severas y las sequías se extienden en el tiempo.
Por último, los autores del capítulo sobre el sector del agua recalcan la necesidad de diseñar estrategias de gestión del agua que tengan en cuenta los efectos del cambio climático en el futuro. Actualmente, no existe ningún informe sobre las vulnerabilidades a las que se enfrenta la infraestructura hídrica del país en relación con el calentamiento global, y aún existe una brecha importante entre la investigación y la implementación.