Por un Real Decreto de 5 de marzo de 1926 nacen en España las Confederaciones Sindicales Hidrográficas (CSH) -como se llamaron inicialmente-, aprobándose por otro Real Decreto de la misma fecha la constitución de la del Ebro.
No existen unos antecedentes concretos en los que buscar el origen de las Confederaciones, pero las tesis regeneracionistas de Costa y Mallada, sus desvelos por una política hidráulica favorable a los riegos, la consagración de las tradicionales fórmulas asociativas de usuarios de las Leyes de Aguas de 1866 y 1879, el Primer Plan Nacional de Obras Hidráulicas (1902), la Ley de 7 julio de 1911 sobre auxilios del Estado a la iniciativa privada, la Ley de 7 de enero de 1915 por la que se aprueba el Plan de Riegos del Alto Aragón, como consecuencia, a su vez, del Primer Congreso Nacional de Riegos celebrado en Zaragoza (1913) y de la comunicación presentada por el riojano Martínez Lacuesta “Conveniencia de constituir una Mancomunidad del Ebro”, y, finalmente, el Decreto 6 de julio de 1917, institucionalizando el Sindicato Central de Riegos del Alto Aragón que abre a los usuarios el cauce participativo de la Junta de Obras, constituyen, de alguna manera, el germen precursor de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE).
Este año 2014 se va a proceder a realizar la séptima renovación de todos los órganos colegiados presentes en la cuenca del Ebro
Sus fines incluían la formación de un plan de aprovechamiento general, coordinado y metódico de las aguas de sus cuencas y la ejecución de las obras; la plena gestión de la obra hidráulica, así como la administración de aguas embalsadas, abordando la construcción de las obras y su explotación con un criterio unitario y programado de todos los intereses de la cuenca.
Se crearon las Confederaciones con plena autonomía para regir y administrar por sí los intereses a ellas confiados, como organismos de la Administración Institucional. El poder legislativo se residencia en una asamblea de síndicos, la mayoría elegidos por zonas y representando las obras de riego, los intereses industriales, los productores de energía, los regantes y las diferentes entidades, cámaras y sindicatos; en tanto el poder ejecutivo radica en la junta de gobierno, que preside un delegado regio, y el poder judicial descansa en un comité de arbitraje. La dirección técnica, delegada del Ministerio de Fomento, encabeza los consejos de construcción y aplicaciones, siendo responsable de la redacción del plan y su ejecución.
El esquema confederal experimenta profundas modificaciones durante la II República, y el Decreto de 24 de junio de 1931 las transforma en Mancomunidades Hidrográficas, limita su autonomía y suprime la representación de los usuarios. La contienda civil supuso la disolución de la Asamblea de síndicos y dejó a la Junta de Gobierno como único cauce de representación de los usuarios hasta la Orden comunicada de 17 de enero de 1942 en que se suspendieron las funciones de la Junta que quedó reducida a la representación oficial.
Poco a poco se van dando pasos hacia la autonomía de las Confederaciones con las OO.MM. de 8 de mayo de 1965, disponiendo la constitución de las Juntas de Obras y Juntas de Explotación, de 21 abril de 1967, que incorporan cuatro usuarios a la Juntas de Gobierno, y, finalmente, el Real Decreto de 14 de octubre de 1979, por el que se determina la composición y funciones de los órganos de gobierno de las Confederaciones, que a partir de dicha fecha serán la asamblea, la junta de gobierno, el delegado del gobierno y el director.
Hoy, con el retorno de los usuarios a la gestión del recurso a través de los nuevos órganos colegiados (Junta de Gobierno, Consejo del Agua, Asamblea de Usuarios, Juntas de Explotación, Comisión de Desembalses y Juntas de Obras), creados al amparo de la Ley de 1985 y el Real Decreto de 29 de julio de 1988 y plenamente operativos desde 1990 y con la incorporación a los mismos de las Comunidades Autónomas, ha vuelto a hacerse realidad aquella estructura confederal.
Este año 2014 se va a proceder a realizar la séptima renovación de todos los órganos colegiados presentes en la cuenca del Ebro, iniciándose el proceso electoral en los órganos de base, las 17 Juntas de Explotación en que se estructura la cuenca, y que dará lugar a una renovación en cascada de la Asamblea de Usuarios, el Consejo del Agua, la Junta de Gobierno y la Comisión de Desembalse.
Los 16.903 derechos al uso del agua supondrá la elección de los siguientes representantes en el total de las Juntas de Explotación: 50 de abastecimientos, 327 de regadíos, 63 de aprovechamientos energéticos y 58 de otros usos.
Será la nueva Asamblea de Usuarios surgida de este proceso electoral quien elegirá a los nuevos representantes de los usuarios en la Junta de Gobierno, el Consejo del Agua y la Comisión de Desembalse.
Este artículo se publicó originalmente en el Newsletter de la Confederación Hidrográfica del Ebro y se reproduce en iAgua con su expreso consentimiento.