Los certificados de sostenibilidad son herramientas que permiten establecer unos criterios y objetivos en la construcción o renovación de edificaciones, para que sirvan así de guía y de evaluación independiente, a aquellos que pretendan desarrollar una construcción sostenible.
Por otro lado, los certificados ayudan a la divulgación y promoción de esas características en las edificaciones, que a menudo son poco visibles a simple vista. En resumidas cuentas, son un sello de calidad.
Historia y origen
En abril de 1993, Rick Fedrizzi, David Gottfried y Mike Italiano convocaron a representantes de 60 firmas y varias organizaciones sin ánimo de lucro en el Instituto Americano de Arquitectos para una reunión. Fue entonces cuando se compartieron ideas para una coalición abierta y equilibrada que abarcara toda la industria de la construcción y para un sistema de calificación de edificios ecológicos, que luego se convertiría en LEED.
En la actualidad es el Green Business Certification Inc. (GBCI), una empresa del U.S. Green Building Council con ánimo de lucro, quien ha asumido la administración de la certificación LEED para todos los edificios de oficinas, comerciales e institucionales registrados en cualquier sistema de calificación LEED en el mundo y las acreditaciones LEED. La Certificación LEED y las Acreditaciones LEED (acreditaciones para profesionales) son otorgadas por el USGBC.
Tipos de certificado
Los certificados varían en función del tipo de proyecto.
En un principio, se empezaron a desarrollar para edificios (especialmente viviendas), pero con el paso del tiempo se han establecido nuevos certificados para todo tipo de construcciones, renovaciones e incluso sólo para interiores.
En la actualidad está vigente el sistema de certificación LEED v4, aunque ya está en fase beta (en pruebas) el sistema LEED v4.1 que actualiza y simplifica el sistema de puntuación y certificación a las exigencias de hoy en día.
Al desarrollarse tanto las técnicas de construcción como sus estándares, y teniendo en cuenta que la sociedad cada vez demanda una mayor sostenibilidad en todos los ámbitos, los certificados deben actualizarse para que sus edificaciones siempre estén a la vanguardia de la sostenibilidad.
Proyectos LEED
En LEED existen dos fases, la de registro y la de certificación.
El registro supone una declaración de intenciones, el comienzo de un proceso que, si se lleva hasta el final, y se toman todas las medidas necesarias, llevará a una certificación.
En todo el mundo hay un total (a día de hoy) de 124.748 proyectos registrados de los cuales 71.379 proyectos han obtenido el certificado (57.2%), en 169 países distintos, siendo el certificado más extendido y conocido.
En España hay un total de 786 proyectos registrados y 408 proyectos certificados (51.9%). Actualmente hay más de 298 empresas y organizaciones en España que tienen algún edificio registrado o que han logrado la certificación.
Se pueden acceder a todos los proyectos del registro LEED en la web del USGBC.
Características de la certificación
La principal característica de esta certificación es que no existe la figura de un asesor certificado que tenga que estar obligatoriamente presente en el proceso de diseño o evaluación, como es el caso de otros certificados, si bien, se concede un punto de innovación por que haya uno presente durante el proceso.
El proceso se hace de manera telemática, aportando toda la documentación necesaria que requiere en organismo certificador, y son ellos los que evalúan dicha documentación y en función de esta, conceden los puntos en cada apartado, y el nivel de certificación final.
En todo este proceso no es necesario el contacto directo con ningún miembro del organismo certificador.
Apartados que evalúa
Los certificados suelen agrupar los diferentes requisitos a evaluar en bloques temáticos.
En LEED, para los certificados que hacen referencia a edificios, ya sean de nueva construcción o existentes (BD+C y BO&M), que son en los que nos vamos a centrar en este artículo, los bloques o categorías son 8.
En cada uno se evalúan distintos aspectos y se establece un sistema de puntos en función de los hitos registrados que se consigan. Al final se realiza la suma de todos los puntos y en función del resultado final se obtiene una categoría u otra de certificación (o no se obtiene).
Estas puntuaciones, y los apartados que incluye cada categoría, dependen de la certificación a la que se vaya a optar, que será la correspondiente al tipo de proyecto que tengamos.
Como regla general, el máximo de puntos que se pueden conseguir es de 110, y en función de los puntos obtenidos, obtendremos un nivel u otro de certificación: certificado, plata, oro o platino.
En España, la distribución de los proyectos certificados por nivel de certificación es la siguiente:
El agua en la certificación LEED
Como en todos los certificados, un apartado importante es el de la sostenibilidad en el uso del agua.
Dependiendo del tipo de edificación, y por tanto de certificado, los requisitos sobre el agua varían.
Para no extendernos demasiado, vamos a analizar los certificados referentes a edificios, que por otra parte son los más habituales. Especialmente el BD+C Diseño y construcción de edificios, pero también el BO&M Operación y mantenimiento de edificios.
El principal apartado en el que se evalúa el consumo sostenible del agua es el de eficiencia en el consumo del agua, aunque como veremos adelante, no es el único que tiene relación con el agua.
Los apartados y las puntuaciones de ambos certificados son las siguientes:
Como vemos, el porcentaje de puntos sobre el total de 110 máximos, es de en torno a un 10%. Este porcentaje puede parecer poco para un recurso tan importante, pero fijémonos en los apartados que se califican como required (obligatorio). Esto quiere decir que no suma para la puntuación final, pero es obligatorio que esté presente en tu edificio, si no, no podrás optar a la certificación.
Esto obliga a tener una buena gestión del agua en el edificio y sitúa a este apartado por encima en importancia de muchos otros con menos prerrequisitos.
Si observamos, algunos ítems se repiten, como outdoor water use reduction (reducción del consumo de agua en exteriores). Esto quiere decir que como prerrequisito necesitas una reducción mínima del consumo, pero si consigues una mayor reducción, podrás conseguir hasta 2 puntos.
En este caso, deberás reducir el consumo punta en al menos un 30% como prerrequisito. Si consigues una reducción del 50% obtendrás un punto y con un 100%, o sin riego, obtendrías 2 puntos.
Dejaremos para otro artículo el análisis de cada uno de los apartados y sus características.
El uso del agua no sólo se evalúa en este apartado. En el bloque de parcelas sostenibles se estudia cómo se gestiona el agua de lluvia, y si el sistema de drenaje es o no sostenible.
La intención es que el ciclo hidrológico natural que había en el emplazamiento antes de la construcción, se mantenga lo más inalterado posible.
Para ello se debe poder gestionar in situ la mayor parte de las precipitaciones, infiltrándolas o almacenándolas para su posterior uso. Cuanto mayor sea esa parte de las precipitaciones que podamos gestionar, más puntos obtendremos.
Conclusiones
El certificado LEED, al estar diseñado desde un solo lugar, tiene ventajas e inconvenientes, al menos desde el punto de vista de la gestión del agua.
Ventajas: Al ser un sistema de evaluación único para todo el mundo, permite una mejor comparación de edificaciones entre proyectos de diferentes países, y permite hacer más ágil los cambios y actualizaciones de los sistemas de certificación. Además, su extensión geográfica y reconocimiento es mayor.
Inconvenientes: No tiene en cuenta las peculiaridades de los diferentes países o regiones, con niveles de desarrollo distintos, y más importante, climatologías distintas. Hay climas en los que llegar a una eficiencia en el consumo de agua es mucho más sencillo que en otros, y estas diferencias es imposible tratarlas de forma totalmente proporcional con un solo criterio.
En definitiva, se trata de uno de los certificados más conocidos internacionalmente, junto con BREEAM, dispone de la capacidad de certificar muchos tipos distintos de construcciones y está en constante evolución. A nivel global una buena herramienta para conseguir una construcción más sostenible.
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