La industria ganadera lleva asociada un gran consumo de los recursos hídricos. A esto hay que sumarle que, hoy en día, el consumo de carne es muy superior al necesario. Desde el punto de vista de salud, este es seis veces superior al recomendado. En este artículo se pretende llevar a cabo una recogida de datos con el fin de dar visibilidad a un problema del presente.
España es la segunda potencia ganadera a nivel europeo después de Turquía. La trayectoria de la producción ganadera es creciente, habiendo superado los 55 millones de cabezas en el año 2018, incluyendo animales bovinos, porcinos, cabras y ovejas. La producción masiva de ganado y de carne llevan ligado un consumo masivo de agua, que se mide mediante el indicador de la Huella Hídrica (HH). Este está asociado tanto al consumo directo correspondiente al cocinado, así como indirecto, desde la cría del ganado hasta su comercialización. En España, la demanda de la huella hídrica total en el sector de la ganadería se corresponde con 1.309 m3per cápita en el año 2006. Si bien es cierto que este dato cuenta con cierta antigüedad, desde 2006 la industria ganadera ha aumentado, por lo que la HH en los años recientes sería aun mayor.
En un país con clima árido como es España, estos datos resultan alarmantes. A esto hay que sumarle la importante contaminación que sufre el agua como resultado de la cría de los animales y su posterior procesado, que como consecuencia se traduce en una inhabilitación de la misma. Esto ha sucedido en zonas rurales que están fuertemente afectadas por las altas concentraciones de nitratos provenientes de los residuos de la industria ganadera. Es el caso de 130 municipios en la comunidad autónoma de Aragón, donde el agua abastecida ha resultado ser no potable en diversas ocasiones por los motivos explicados anteriormente.
El elevado consumo de agua y su contaminación como consecuencia de la industria ganadera pone en evidencia diversos problemas. En primer lugar, hábitos alimenticios basados en un exceso de carne. Y en segundo lugar, una sobrecarga ganadera en ciertos municipios, que impide la absorción de los nitratos provenientes de los residuos animales. Sin embargo, a pesar de que no haya habido todavía un cambio importante en los hábitos de consumo de las personas, la repercusión de la industria ganadera en el agua es cada vez un tema más popular y conocido. Actualmente, en las redes, se pueden observar publicaciones o noticias alarmantes como: reducir a la mitad el consumo de carne para salvar el planeta y la salud, o combatir la crisis climática exigirá reducir un 40% el consumo de carne. Por tanto, esto quizá quiere decir que se están empleando herramientas y haciendo propaganda para concienciar, y que paulatinamente se irán produciendo cambios en los hábitos del consumidor.