Los cambios climáticos que afectan a todo el planeta representan un gran reto sobre las redes de consumo de agua y sus responsables en la gestión en todo el mundo; algunas zonas sufren escasez de agua, mientras que otras son propensas a un aumento de las precipitaciones y a las inundaciones, lo cual incide directamente en la gestión de las infraestructuras necesarias para abordar este problema; la cantidad de energía utilizada por las compañías de suministro aumenta de forma exponencial (y, con ello, aumentan las emisiones de CO2) en los procesos de tratamiento y gestión de suministros ante situaciones de escasez o exceso de agua.
Realizar, por ejemplo, un control adecuado de la presión del agua para que esté por debajo de lo óptimo, permitiría reducir la energía utilizada, por lo que descenderían las emisiones de CO2 e incluso se conseguiría un ahorro del 15 % en los costes operativos de la empresa de suministro.
Los gobiernos de la UE están al tanto de este ahorro energético y de sus repercusiones para el medioambiente, y están buscando soluciones de forma activa. La necesidad de resolver esta crisis, hace que las empresas de suministro busquen nuevas formas de abordar los problemas más comunes que sufre la industria hídrica. Entre ellos están los riesgos de combinar las nuevas tecnologías con las existentes, ya que si se realiza de forma incorrecta y con proveedores de tecnología que no tienen la experiencia y el conocimiento técnico necesario, los gestores podrían enfrentarse a costes incalculables para lograr reparar los daños que se pudieran originar.
Tan importante como la elección del proveedor de la tecnología apropiada es la competencia técnica de la que disponga así como la predisposición del personal a todos los niveles de las empresas de suministro. Para garantizar un proceso sin incidencias de principio a fin, es esencial contar con una amplia gama de profesionales altamente cualificados: expertos en integración de software, expertos en sensores integrados, técnicos de fugas y personal con experiencia en el sector, por citar algunos ejemplos.
En ocasiones una visión global de lo que se desea impide poner el acento en aspectos perfectamente integrables pero que al mismo tiempo corresponden a campos independientes en la gestión del suministro como la medida, la presión, el tratamiento, aspectos operativos diarios, etc.., esto nos lleva a cubrir necesidades de una forma razonable y ponderada en relación con el fin buscado, una gestión eficiente de un recurso natural tan escaso como es el agua.
A la postre esta situación nos conducen al reto de tener que definir soluciones lo más integrables posible que permitan ofrecer herramientas más idóneas y eficientes, la solución integral idónea puede ser en muchos casos difícil de obtener.
Las empresas de suministro, sea cual sea su tamaño, también se enfrentarán a diferentes desafíos y distintas prioridades. En muchas ocasiones, los desafíos comienzan con la incertidumbre de las “nuevas” tecnologías y la improbabilidad de que “una sola se adapte a todos”. La mejor opción es invertir en proveedores que ofrezcan experiencia comprobada y demostrada que puedan ser capaces de ofrecer seguridad en dichas situaciones de incertidumbre.
Por otro lado, los desafíos prácticos a los que se enfrenta la industria de suministro han sido similares a lo largo de los años y suelen oscilar entre la adopción de tecnologías y la integración de la tecnología anterior. Sin embargo, lo que es diferente es la evolución de las soluciones disponibles. El mundo está cambiando y la solución ganadora será aquella que permita a los organismos racionalizar sus operaciones, aumentar su conciencia medioambiental y recibir una oferta adaptada a su modelo de negocio pero que cubra todos los campos que conllevan la gestión del suministro del agua con el objetivo puesto en un mejor servicio al ciudadano y a nuestro entorno.
