Tras navegar en 1498 por el Delta del Orinoco, Cristóbal Colón escribió una carta a los Reyes Católicos que contenía el siguiente párrafo:
"...Torno a mi propósito referente a la Tierra de Gracia, al río y lago que allí hallé, tan grande que más se le puede llamar mar que lago, porque lago es lugar de agua, y en siendo grande se le llama mar, por lo que se les llama de esta manera al de Galilea y al Muerto. Y digo que si este río no procede del Paraíso Terrenal, viene y procede de tierra infinita, del Continente Austral, del cual hasta ahora no se ha tenido noticia; mas yo muy asentado tengo en mi ánima que allí donde dije, en Tierra de Gracia, se halla el Paraíso Terrenal."
Venezuela impresionó a Colón y el descubridor no iba nada desencaminado, ya que el país se sitúa entre los 10 primeros del mundo por sus reservas de agua dulce, entre las que se encuentran dos inmensas cuencas, la del Lago de Maracaibo y la del río Orinoco. Pero más de cinco siglos después, la prolongada sequía ocasionada por el fenómeno climatológico conocido como El Niño y el fracaso de la política de generación energética de los gobiernos presididos por Hugo Chávez y Nicolás Maduro están abocando a la República Bolivariana a una crisis sin precedentes.
Amplias zonas del territorio, incluida la capital Caracas, sufren frecuentes cortes de agua que han hecho habitual la imagen de los tanques azules en los tejados de las casas. Además, el 75% de la población convive con un plan de racionamiento eléctrico puesto en marcha para combatir la escasez que afecta al embalse del Guri, una grandiosa infraestructura que proporciona el 63% de la electricidad al país con mayores reservas de petróleo del planeta.
El Fenómeno de El Niño
El fenómeno de El Niño y el subsecuente La Niña, conocidos como El Niño Oscilación Sur (ENOS) son eventos hidro-meteorológicos recurrentes que aparecen forma irregular, pero que se suelen producir cada 2 a 7 años. El ENOS consiste en la interacción de las aguas superficiales del océano pacífico tropical con la atmósfera, afectando los balances hídricos de la superficie hasta situaciones extremas. En su fase cálida se conoce como El Niño y en su fase fría se denomina La Niña.
El sector eléctrico de la región latinoamericana está muy expuesto a los efectos de este fenómeno que, en sus expresiones más drásticas llega a comprometer desarrollo productivo de los países.
El fenómeno más intenso hasta ahora se produjo en los años 1997-1998, pero, en el verano de 2015 América Latina entró en un nuevo evento que se extiende hasta la actualidad. Varios países han decretado el estado de emergencia para hacer frente a sus efectos, que van desde las sequías en el Caribe, Brasil, Colombia y Venezuela hasta las inundaciones vividas en Perú, Paraguay, Uruguay, Ecuador, Bolivia y Argentina.
Un episodio anterior de El Niño, de menor magnitud, obligó al entonces presidente Hugo Chávez a decretar en febrero de 2010 la emergencia “sobre la prestación del servicio eléctrico”.
"Se declara el estado de emergencia sobre la prestación del servicio eléctrico nacional y sus instalaciones y bienes asociados por un lapso de 60 días prorrogables", rezaba el decreto 7.228, que autorizaba al ministerio de Energía Eléctrica a "dictar por vía de excepción las medidas especialísimas que estime pertinentes a fin de garantizar a la población suministro de la energía eléctrica". Así, el Ejecutivo se dotó de la potestad de autorizar la compra de energía eléctrica a proveedores nacionales o extranjeros para satisfacer la demanda del país y a contratar "por adjudicación directa" a contratistas, sin necesidad de una licitación pública.
Como no podía ser de otra forma, el problema energético fue ampliamente politizado durante esta crisis. Además de la sequía, el gobierno de Hugo Chávez culpó también a sectores pudientes de la población de la crisis, asegurando que derrochaban la energía eléctrica. La oposición venezolana respondió responsabilizando al propio gobierno, acusándolo de no haber realizado las inversiones necesarias para seguir el ritmo de crecimiento de consumo eléctrico del país, así como haber descuidado la infraestructura eléctrica, que fue completamente nacionalizada unos años atrás.
El Sistema Eléctrico en Venezuela
Según los datos que ofrece CORPOELEC, la sociedad anónima gubernamental encargada del sector eléctrico de la República Bolivariana de Venezuela, el parque de generación del Sistema Eléctrico Nacional, asciende a unos 24.000 megavatios (MW) de capacidad instalada y está conformado por un significativo número de infraestructuras, localizadas en su mayoría, en la región de Guayana, donde funcionan los complejos hidroeléctricos más grandes del país. Éstos ofrecen más del 62% del potencial eléctrico que llega a los hogares e industrias de la nación.
La capacidad instalada total del parque térmico es de 15.000 megavatios, de los cuales hay disponibles menos de 4.500 MW
Otro 35% de la generación de electricidad proviene de plantas termoeléctricas, y casi un 3% corresponde al sistema de generación distribuida, conformada por grupos electrógenos
El problema parece estar en que no se está generando suficiente energía para atender a la demanda. Según diversas fuentes, esta se situaría alrededor de los 18.000 MW, mientras que la generación no superaría los 17.000 MW.
Por ejemplo, las plantas de generación térmica del país están operando a menos de 30% de su capacidad instalada como consecuencia de la falta de mantenimiento de las instalaciones. Entre las centrales más afectadas están Tacoa y Planta Centro, que son las que aportan más energía al sistema eléctrico nacional. La capacidad instalada total del parque térmico es de 15.000 megavatios, de los cuales hay disponibles menos de 4.500 MW.
Electricidad gratuita
La mayoría de las medidas impulsadas por el gobierno venezolanos para enfrentar la cirsis han estado enfocadas en racionar el consumo energético. Sin embargo, economistas como Asdrúbal Oliveros han planteado que uno de los principales problemas en relación con el consumo es que cada vez más los venezolanos consumen una electricidad que no pagan.
Actualmente, según cifras del Gobierno, el precio promedio per cápita de kilovatio por hora (Kw/h) es de 3,1 centavos de dólar, el más bajo de Latinoamérica. La cifra está muy por debajo de lo que se paga en Brasil (11,1); o un 216% menos que en Colombia (9,8) y que en Argentina (5,3).
En el punto álgido de la crisis, el presidente Nicolás Maduro hablaba así de la posibilidad de un incremento progresivo:
“Hay formas de encarar la situación: subir la tarifa 500%, y no lo vamos a hacer, las tarifas se irán adecuando así como hicimos con la gasolina, en su momento (…) a menos que estuviéramos súper obligados en extremo. Pero no queremos eso, aquí hay un gobierno popular. Segundo, un racionamiento duro, lo hemos evitado y estamos haciendo mucho para ahorrar agua”.
Por otra parte, la inflación galopante ha hecho que las tarifas por el servicio eléctrico hayan venido cayendo en términos reales, por lo que el sistema se alejan cada vez más de la posibilidad de autofinanciarse, dependiendo más estrechamente de los subsidios del Gobierno Central:
Oliveros afirma que:
“Si se pretende hacer una inversión seria y eficiente para resolver la crisis eléctrica, éstas tienen que estar acompañadas de una reforma interna en la industria. Es decir: antes de pensar en siquiera seguir invirtiendo en la industria, es necesario que se revisen los precios y quién está pagando por electricidad y quién no”
Además, las pérdidas (producidas por razones como robo, conexiones ilegales, fraude por alteración de los medidores o tarifas planas que suelen no ser fiscalizadas) en el sistema alcanzan un 42%, por lo que buena parte del consumo eléctrico en Venezuela es insensible a los precios y sus variaciones.
La Hidroeléctrica del Guri
La Central Hidroeléctrica Simón Bolívar, conocida como embalse Guri, ubicada en el estado Bolívar, al sur de Venezuela, es el embalse más grande del país por su extensión y volumen. Se trata de la segunda central hidroeléctrica más grande de América, por debajo de la de Itaipú, ubicada entre Brasil y Paraguay. Tiene una capacidad de generación eléctrica promedio de 45.000 GWh.
La energía producida por la represa es consumida por gran parte del país, alimentando incluso parte de la ciudad de Caracas. Además, una parte de esta energía se vende a Brasil mediante la línea Guri-Boa Vista. Para su funcionamiento, la central se puede mantener con el nivel de las aguas del embalse a un máximo de cota de 272 metros sobre el nivel del mar (msnm), y un mínimo por encima de los 240 msnm. Sin embargo, la sequía extrema que sufre Venezuela ha hecho que los niveles del embalse disminuyan y se encuentren casi en el nivel mínimo de funcionamiento permitido, considerado por los expertos como el inicio de la zona crítica.
Las consecuencias de la sequía más extrema en los últimos 50 años
El pasado 2 de mayo, los venezolanos regresaban al huso horario vigente hasta 2007. El Gobierno de Nicolás Maduro revertía así una de las medidas más polémicas del mandato de su predecesor Hugo Chávez. La iniciativa viene a sumarse a una estricta "dieta eléctrica" en la que destacan la reducción de la jornada laboral del sector público a dos días semanales de trabajo, la obligación de los centros comerciales de generar su propia energía y los cortes de luz programados de cuatro horas diarias durante 40 días a lo largo del todo el país.
Donde antes había agua, hoy hay lodo y sequia!... El Niño NO es juego! pic.twitter.com/X0KDqyI3EX
— LUIS MOTTA DOMINGUEZ (@LMOTTAD) 20 de abril de 2016
"Es necesario tomar estas medidas debido a que no se está haciendo un ahorro consciente de la energía y hay que preservar los embalses hasta que se llenen por las lluvias", dijo el ministro Motta Domínguez durante la presentación del plan.
"Apagar paga": la estrategia colombiana funciona
El Niño también hizo acto de presencia en Colombia durante 2015, encendiendo todas las alarmas de un país en el que más del 60% de la energía consumida depende del agua. En contraposición a sus colegas venezolanos, el gobierno presidido por Juan Manuel Santos apostó por un plan para evitar el racionamiento y tomó decisiones severas. En palabras de Santos:
“La idea es garantizar un mejor servicio a los colombianos, por eso castigaremos a los desperdiciadores de energía y premiaremos a los que ahorren. Por cada peso que ahorre el hogar, del consumo promedio, recibirá otro peso como incentivo. Si consume un peso más que el promedio, le vamos a cobrar el doble"”
Estas medidas se enmarcaron en un plan denominado “Apagar paga”. La campaña, presentada el pasado 8 de marzo pretendía disminuir el consumo eléctrico diario entre 5% y 10% durante marzo y abril para descartar un apagón como el vivido en 1990. La meta fue alcanzada y el 25 de abril finalizó el plan que generó un ahorro promedio diario de 5,88%. El propósito era ahorrar en un plazo de seis semanas 400 GWh y el balance al 17 de abril alcanzó los 1.179 GWh.
Seguimiento a campaña #ApagarPaga muestra que debemos persistir para lograr nuestra meta: que no haya racionamiento. pic.twitter.com/CpIuT13Ipj
— Juan Manuel Santos (@JuanManSantos) 29 de marzo de 2016
El reestablecimiento de las operaciones en la Central Hidroeléctria Guatapé el 23 de abril, una semana antes de lo previsto, y el debilitamiento del fenómeno El Niño se sumaron para descartar el racionamiento eléctrico que se temía en Colombia.
Cuando los colombianos trabajamos juntos y coordinados logramos grandes cosas. ¡Guatapé vuelve a generar energía!https://t.co/7cNwNrS8bG
— Juan Manuel Santos (@JuanManSantos) 24 de abril de 2016
Ahora la meta colombiana es otra: convertir este ejercicio en un hábito permanente. "Por eso vamos a seguir estimulando y promoviendo el ahorro de energía, como hemos venido promoviendo el ahorro de agua con muy buenos resultados", en palabras de Santos.
El futuro de la crisis eléctrica en Venezuela
Aunque el fenómeno del Niño está declinando en su magnitud y Venezuela espera la llegada de lluvias en las próximas semanas que vengan a paliar la dramática situación de embalses como El Guri, todo apunta a que la crisis actual es estructural y que irá más allá de las extremas condiciones climáticas.
En un Foro celebrado esta semana en en Maracay, el Colegio de Ingenieros de Venezuela (CIV) presentó un balance sobre la realidad que actualmente se vive en el país en materia eléctrica. Winston Cava, presidente de la Comisión Eléctrica del CIV, lo resumía así:
“Es necesario decirles a los venezolanos la realidad de la situación del país, vienen grandes paquetes de racionamiento, que pueden llegar hasta 10 horas mientras el sistema se recupera (…) Hay que hacer mantenimiento a las plantas termoeléctricas, luego se deben ir incorporando paulatinamente al sistema eléctrico nacional para que Gurí comience a subir el nivel”.
Mientras tanto, la tensión social y la represión política se agravan cada semana. La oposición ha presentado las firmas necesarias para iniciar la revocación de Nicolás Maduro, pero el Gobierno asegura que la consulta no podrá realizarse este año. Si finalmente se hace en 2017, el chavismo retendría el poder en manos del vicepresidente hasta el final del vigente período constitucional, en 2019.
La falta de agua y su impacto en la disponibilidad de energía juega en contra de los gobernantes actuales, pero será también uno de los principales retos de los mandatarios del futuro.