La transformación. La guerra
Transformarse puede identificarse como una guerra contra uno mismo. La transformación digital de las organizaciones puede ser la gran lucha contra el miedo al cambio, el inmovilismo o las mejoras derivadas por la tecnología y los nuevos usos. También se está librando una guerra contra la inseguridad que nos plantea el sentirnos vulnerables o prescindibles gracias a los grandes beneficios o aportaciones de los cambios y capacidades tecnológicas.
La excelencia en el combate consiste en vencer la resistencia del enemigo sin luchar abiertamente con él
Si estamos en guerra, si interpretamos que libramos una guerra contra nuestro inmovilismo o enfrentando nuevos retos querrá decir que nuestra batalla comenzó en el momento que no nos dimos cuenta que este cambio sería una necesidad. Hemos sufrido la primera derrota sin enterarnos, ya que la batalla se empezó a librar hace tiempo y solo ahora nos hemos dado cuenta que estamos inmersos en ella.
Cuando uno se lance a la batalla: El que la victoria se retrase, embota la milicia y quebranta su agudeza. El atacar ciudades fortificadas, disminuye la propia fuerza. Si los soldados permanecen mucho tiempo en el campo de batalla, los recursos del estado resultan insuficientes.
Es importante que haya equipos o personal que puedan liderar la transformación digital de la empresa mediante el ejemplo y que sean dinamizadores de cambio. No hace falta que todo el personal de la empresa cambie, lo que hace falta es que individuos cambien la empresa desde dentro y ese cambio envuelva y dinamice el cambio del resto de las personas. No estamos buscando la transformación de todos, sino de la empresa en su conjunto, que conllevará que cada uno aporte su capacidad individual de cambio y adaptación.
Así pues, el ejército se basa en la astucia. Actúa gracias a la ventaja. Se transforma dividiéndose y reagrupándose
Emplea el orden para aguardar el caos. Emplea la quietud para aguardar el clamor. Esto es ordenar el corazón-mente
En toda guerra hay pérdidas; existen derrotas, retiradas y bajas en nuestras tropas. Nuestros generales han de cuantificar y evaluar todos los escenarios para poder alcanzar los objetivos de la victoria y en el caso ejemplarizante, vencer sin luchar. El mundo tecnológico que nos rodea no es sencillo. El cambio que se nos demanda no es innato ni inmediato. El sector del agua es muy competitivo y los escenarios son múltiples y muy diferentes. Es indudable que es una guerra que se libra en innumerables frentes, pero todos ellos hoy en día tienen una componente tecnológica que tiene que dinamizar nuestra ventaja. Abrazar los retos tecnológicos es una lucha diaria que pronto da recompensas pero que en el día a día se puede hacer difícil de seguir. El reto de la transformación digital es nuestra “gran guerra”. Estamos librándola cada día y seguro que saldremos victoriosos porque nos define la determinación y el empuje.
No obstante, si uno no planifica y no presta consideración al enemigo, con seguridad será vencido por él
Con astucia se puede anticipar y lograr que los adversarios se convenzan a si mismos de cómo proceder y moverse; les ayuda a caminar por el camino que les traza
Todas estas analogías que he presentado son asimilaciones de los mensajes y conceptos del general Sun Tzu aplicados en un concepto empresarial de hoy en día como es la transformación digital. Está claro que son interpretaciones y mensajes asimilables a muchos ámbitos y marcos de interpretación, pero creo, que el Agua, y la Transformación Digital se merecían su pequeño ensayo de analogías.
Quiero terminar con uno más de los mensajes que el general nos dejó para el futuro de la estrategia y que representa de manera muy clara la propia “Transformación”: Resistir al cambio, abrazar el cambio y crear la cultura del cambio.
La psicología de los soldados consiste en resistir cuando se ven rodeados, luchar cuando no se puede evitar, y obedecer en casos extremos
Gracias mi general.
Bibliografía:
El Arte de la Guerra. Sun Tzu. Editorial EDAF, 2007.
El Arte de la Guerra Hoy. Juanma Roca, 2013.