Se necesita mucha agua para hacer cerveza, lo que no debería resultar sorprendente teniendo en cuenta que al fin y al cabo, es una mezcla entre levadura, cebada (u otro cualquier cereal) y agua. Concretamente, el agua representa entre un 85 y 92% de la composición de la cerveza.
Pero, ¿cuanta agua es mucha?
Está claro que depende del tipo de cerveza que se vaya a fabricar. No es lo mismo una pinta de Guiness que un botellín de Heineken: cambia la cantidad de agua e incluso la calidad (de baja mineralización, agua dura, etc.).
Centrándonos en el volumen de agua utilizado por cada litro de cerveza, el dato medio oscila en torno a 3 y 5 litros. Sin embargo, la huella hídrica del proceso es significativamente mayor.
Un estudio llevado a cabo por la empresa SABMiller (uno de los mayores grupos cerveceros del mundo, con 189 marcas diferentes de cerveza) y WWF sobre la huella hídrica de la cerveza recoge los datos de gasto de agua total destinada a la cerveza en Perú, Tanzania, Sudáfrica y Ucrania.
En este informe, hay un claro vencedor: el cómputo global de agua para fabricar cerveza en Tanzania supone un gasto de 180 litros por cada litro elaborado. En segundo lugar de este ranking se encuentra Sudáfrica, con 155 litros por litro. Perú y Ucrania empatan, con 61 litros por litro de cerveza. En todos los casos, es el cultivo de lúpulo, cebada y tros "ingredientes" cerveceros el que 'tira' de la mayor parte del recurso, alcanzando el 89% del consumo de agua.
SABMiller desarrolla actualmente talleres en estos países para educar a los agricultores en un uso eficiente del agua y proteger las cuencas de los ríos.