Los datos y la tecnología digital son cada vez más importantes para el sector del agua, ya que ayudan a las empresas de suministro a resolver problemas reales. Pero a pesar de que hay muchos caminos hacia la digitalización, también existen obstáculos.
Making Waves ha hablado con el experto en agua Oliver Grievson, Presidente del Programa Digital del Agua de la Asociación Internacional del Agua, que tiene una amplia experiencia trabajando con empresas de suministro de agua. Grievson explica cómo estas empresas pueden beneficiarse de la tecnología digital sin verse abrumadas por un exceso de información.
P.-En el sector del agua se habla mucho de transformación digital. ¿Cuál cree que es su papel en el sector?
R.-Si preguntas a 100 personas por una definición de transformación digital, obtendrás respuestas diferentes. No hay un camino ni un lenguaje fijo para la transformación digital. No es como usar una varita mágica. Es un conjunto de herramientas que pueden sacar lo mejor de un paquete de datos para comprender lo que ocurre en el mundo real.
En ocasiones, el sector del agua ha sufrido por ser rico en datos, pero pobre en información. Las empresas del agua recopilan montones de datos, millones y millones al día. Cuesta dinero, pero quizá el 99,9 % no se utiliza de forma eficaz. En mi experiencia, el truco está en traducir esos datos en algo útil para las partes interesadas.
P.-Usted menciona que no existe una hoja de ruta establecida para la transformación digital. ¿Qué pasos pueden dar las empresas del agua para optimizar su transición digital?
R.-Para mí, el primer paso de la transformación digital es el compromiso de las partes interesadas. Es entender las necesidades de información de todos los miembros de una organización, desde el director general hasta los operarios que trabajan sobre el terreno. A partir de ahí, es entender qué necesitamos para ofrecer esa información. Se trata de personas, procesos y tecnología, en ese orden.
Hable con los operarios que trabajan sobre el terreno y pregúnteles qué información quieren ver. Hable con el director general para saber qué información quiere ver en su dispositivo móvil a primera hora de la mañana. A continuación, filtre ese planteamiento por toda la organización.
Las personas consumirán los datos de forma diferente, dependiendo de su función. Un gestor de alarmas en una sala de control necesita datos rápidos y precisos que mejoren el conocimiento de la situación, en lugar de inundarle con cifras.
Un gestor o planificador de activos necesita algo diferente. Necesitan información que rompan con los silos de datos y se alimenten de diversas fuentes, como sistemas de información geográfica (SIG), SCADA y modelos financieros. El resultado que desea es algo que pueda ayudarle a tomar decisiones de inversión y, en última instancia, a mejorar las operaciones en general. Esos datos no tienen por qué ser instantáneos, pero sí servir de base para una toma de decisiones más amplia.
Cada uno de ellos puede trabajar con distintas partes del mismo conjunto de datos, pero traducirlo en información práctica adaptada a ellos lo hace especialmente útil.
En ocasiones, el sector del agua ha sufrido por ser rico en datos, pero pobre en información. En mi experiencia, el truco está en traducir esos datos en algo útil para las partes interesadas.
P.-Usted menciona la necesidad de disponer de datos precisos en los que se pueda confiar, ¿qué importancia tiene eso?
R.-La calidad de los datos es uno de los principales elementos que pueden obstaculizar a la industria. Los datos correctos le darán los resultados correctos. Por eso hay que dar prioridad a la calidad de los datos y evitar ahogarse en números.
Cuando se empiezan a modelizar los datos, pueden salir a la luz los puntos débiles del modelo y de la instrumentación de la recogida de datos. Un sistema eficaz de mejora es fundamental. Analice lo que quiere conseguir e itere con los modelos y la instrumentación. A continuación, puede empezar a aumentar la complejidad del modelo.
Hemos visto casos de vertidos debidos a una mala instalación de la instrumentación o a aplicaciones equivocadas en el lugar equivocado. Es una verdadera señal de alarma. Una vez instalados, los instrumentos también necesitan un buen mantenimiento. Cuando se trata de datos, los detalles importan.
P.-Como ha dicho antes, la transformación digital «no es como usar una varita mágica». ¿Cómo puede el sector hacer evolucionar su enfoque?
R.-A menudo oímos hablar de problemas heredados que nos bloquean. U oímos hablar de falta de recursos o de personal. Siempre hay una razón para no hacerlo.
Por eso es tan importante resaltar buenos ejemplos que muestren el valor y ayuden a las empresas de suministro de agua a argumentar su decisión. Independientemente de la cuantía de la inversión, alguien tendrá que ponerse delante de un grupo inversor y justificar el gasto en nuevas formas de hacer las cosas. Si los beneficios que aporta no se comunican correctamente o no se entienden, será difícil conseguirlo. Gran parte de esta situación se reduce a la comunicación.
Es muy valioso buscar rutas de datos comunes, como las que está desarrollando el Foro de Redes Inteligentes de Agua (SWAN). Para mí, existe una estructura: hay que tener los instrumentos, la estrategia de comunicación y la capacidad de procesamiento. A continuación, hay que definir los ámbitos de interés: un par de ejemplos podrían ser las fugas o la contaminación.
P.-¿Dónde ha observado que funcione este enfoque?
R.-Mire lo que se ha conseguido en Valencia, España, con uno de los usos más vanguardistas de un gemelo digital en la industria.
El agua potable de la zona se suministra desde dos plantas de tratamiento y se distribuye a través de un sistema de red de 200 kilómetros de longitud. La red de distribución es compleja y requiere un conocimiento profundo del sistema en tiempo real, algo en lo que la empresa local de servicios públicos ha trabajado con Idrica, una de las empresas asociadas de Xylem.
El sistema tuvo éxito porque tanto el modelo como el sistema de seguimiento se probaron, iteraron y utilizaron correctamente. Una vez puesto en práctica, el sistema se fue perfeccionando. A medida que se añadían más funciones, también aumentaba su complejidad. Al final, proporcionó información y previsiones en tiempo real sobre el rendimiento de la red de distribución de agua, ahorrando unos 3,8 millones de metros cúbicos de agua.
Oliver Grievson, Presidente del Programa Digital del Agua de la Asociación Internacional del Agua
