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Hablan las mujeres

“Hay miles de mujeres trabajando en el sector del agua. Sin embargo, no siempre obtienen la visibilidad y el reconocimiento que merecen, además de enfrentar en el día a día situaciones que cuestionan su valía por el mero hecho de trabajar en un mundo tradicionalmente copado por figuras masculinas”. Así comenzaba en enero de 2018 ‘Mujeres y Agua’, una sección destinada no solo a recoger los testimonios y opiniones de todas aquellas profesionales que luchan cada día por alcanzar la paridad en el desarrollo de sus carreras, sino a remover conciencias entre la audiencia de iAgua y el sector en general.

Más de tres años y decenas de entrevistas, reflexiones y charlas después, nos encontramos casi en el mismo punto del que partimos: viendo como el cambio necesario no acaba de materializarse. Los eventos, las portadas, las opiniones; siguen siendo inalcanzables para la mayoría de nosotras. Y eso es una grandísima pérdida para la industria hídrica, que desaprovecha así un amplio porcentaje del talento disponible.

Llevamos años hablando de ello, pero ¿estamos avanzado realmente hacia un sector del agua en el que la igualdad sea una realidad plausible? 

No solo eso: los mismos problemas que aquejan a la mitad de la población, las mujeres, se hacen extensibles a nuestra área de trabajo: brecha salarial, techos de cristal, falta de referentes en puestos de relevancia, dudas sobre la compatibilidad de la maternidad y el horizonte profesional… ¿Qué estamos (todos, como sociedad) haciendo mal, o dejando de hacer, para no ver un avance claro? Para responder a esta pregunta, no exenta de complejidad, y con el fin de construir una visión del panorama que incluya la voz de las implicadas, hemos hablado con Eva Martínez Díaz, responsable de Servicios Inteligentes en el departamento de Innovación de Aqualia; Sara Sánchez, coordinadora de proyectos en Cytsa y responsable del área de Relaciones internacionales y Sostenibilidad de YWP Spain; Nieves Roqueñí, viceconsejera de Medio Ambiente y Cambio Climático del Gobierno del Principado de Asturias; y Gari Villa-Landa Sokolova, responsable de Asuntos Internacionales en la Asociación Española de Abastecimientos de Agua y Saneamiento (AEAS).

Estas son sus reflexiones.

Encuentro digital: El sector del agua en el Día Internacional de la Mujer

En iAgua organizamos un encuentro digital en el que cuatro destacadas profesionales comparten sus diferentes vivencias y puntos de vista en torno al papel de la mujer en el sector del agua, en una charla en colaboración con YWP Spain. Durante la charla, se hablará de la situación de la mujer en relación al agua en los países en desarrollo, así como de la experiencia de los estudios de posgrado centrados en el valor de la mujer, el cambio que supone el relevo generacional y la evolución de la experiencia de la incorporación de la mujer en el ámbito ingenieril a lo largo de los últimos años.

Cómo estamos

Una fotografía realizada en este mismo instante nos daría una información muy precisa sobre varios aspectos: “La situación de la mujer en el sector del agua no es muy diferente a la de otros sectores que han sido tradicionalmente masculinos, especialmente los relacionados con ingeniería o ciencia. No es una cuestión coyuntural del sector del agua, sino más bien el reflejo en el sector de un problema estructural de nuestra sociedad”, expone Gari Villa-Landa. Sara Sánchez lo reafirma: “El sector del agua es muy amplio, pero al final es un reflejo de la sociedad, con áreas en las que hay mayor presencia y áreas en las que encontrar otra mujer es casi anecdótico”. Así, considera que “es innegable que hay una mayor presencia masculina, y en altos cargos mucho más”. En esta línea, la visión de Nieves Roqueñí es muy clarificadora: “En comparación con otros sectores tecnológicos, la presencia de la mujer es cada vez mayor en el sector del medioambiente. Sin embargo, la situación es radicalmente diferente en el sector del agua”. Y matiza: “A diario detecto que, tanto en las empresas de ingeniería que ejecutan proyectos y obras hidráulicas como en las empresas que se ocupan de la explotación y mantenimiento de las infraestructuras de abastecimiento, saneamiento y depuración, o en los propios departamentos de la administración pública responsables de la planificación y de la gestión del agua, hay muy pocas mujeres, y el número de las que ocupamos puestos de responsabilidad es aún menor”. Desafortunadamente, Eva Martínez coincide en su opinión: “Es todavía frecuente que las mujeres sigan estando relegadas a puestos de menor responsabilidad y en muchos casos, con menor remuneración”. “Me temo”, prosigue Sara Sánchez, “que los dotes de liderazgo todavía se confunden con mando, autoridad e incluso cierto grado de agresividad, características tradicionalmente más asociadas a un perfil masculino. Este es un factor por el que se siguen favoreciendo a los hombres en altos cargos a pesar de que esos estilos de liderazgo cada vez son más cuestionados. Y reclamar nuestro lugar no pasa por adoptar los comportamientos que han imperado hasta ahora”.

Publicado en iAgua Magazine 33 - Febrero 2021
iAgua Magazine 33

¿Pero hay alguna evolución? “Cada vez hay más mujeres en puestos relacionadas con la ingeniería, puestos de responsabilidad y de dirección”, afirma Gari Villa-Landa. A pesar de ello, “sigue habiendo aspectos muy presentes como la brecha salarial o ciertas reticencias a la hora de contratar mujeres para puestos que no sean de laboratorio, comunicación o aspectos legales, entre otros”. “El sector del agua evoluciona despacio”, complementa Eva Martínez. “Y esto incluye el papel que juega la mujer: falta mucho camino para tener el equilibrio de género real. Por ejemplo, sigue siendo habitual encontrarse reuniones y congresos donde la mayoría de participantes son hombres y peor, donde todos los ponentes lo son”.

Eva Martínez Díaz: “El sector del agua evoluciona despacio, y esto incluye el papel que juega la mujer: falta mucho camino para el equilibrio de género real”

Por ello, reclamar nuestra visibilidad, como señala Sara Sánchez, “es esencial. Durante siglos, la mujer ha tenido que superar todas las trabas posibles en campos técnicos y científicos y además ver cómo nuestros logros han sido reiteradamente atribuidos a hombres: no podemos seguir desperdiciando el talento de la mitad de la población”. Para Gari Villa-Landa, “no es solo por las que ya trabajamos en el sector. Para mí es más una responsabilidad hacia las niñas y adolescentes que están decidiendo qué rumbo quieren tomar en sus vidas. Mostrarles, en definitiva, que ninguna profesión está excluida para ellas por cuestión de género”. De la misma opinión es Sara Sánchez: “Tener referencias y figuras visibles ayuda a inspirar a las nuevas generaciones, a demostrarles que nosotras lo hacemos igual de bien, que no tenemos que pedir permiso a nadie, que también es nuestro territorio”. Nieves Roqueñí lo lleva a un nivel más: “Visibilizar nuestro papel es muy importante tanto a la hora de proporcionar modelos que sean útiles tanto a empresas y responsables de la captación de talento y de la creación de equipos de trabajo en el sector, como a las jóvenes que tienen que elegir un futuro profesional y que, más allá de la componente técnica, puedan encontrar atractivo el desempeño de una carrera muy unida a la gestión y a la resolución de problemas con un gran impacto social y medioambiental”.

  • Gari Villa-Landa: “La presencia de la mujer es cada vez mayor en el sector del medioambiente; la situación es radicalmente diferente en el sector del agua”
  • Nieves Roqueñí: “La presencia de la mujer es cada vez mayor en el sector del medioambiente; la situación es radicalmente diferente en el sector del agua”
  • Sara Sánchez: “El sector del agua al final es un reflejo de la sociedad, con áreas en las que encontrar otra mujer es casi anecdótico”
  • Eva Martínez: “El sector del agua evoluciona despacio, y esto incluye el papel que juega la mujer: falta mucho camino para el equilibrio de género real”

Eva pone el broche final: “Es de importancia crítica englobar y tener en cuenta las diferentes realidades del agua, y para ello es necesario contar con personal técnico y gestor más diverso y equilibrado. El avance real no puede darse sin diversidad de pensamiento, experiencia y personas”.

Lo que necesitamos

Una vez puestos los papeles sobre la mesa, llega el momento de las propuestas: la educación es la primera que asoma en las respuestas de estas cuatro profesionales, extensible, por cierto, al conjunto de la sociedad. “Para mí el punto de partida siempre es la educación”, indica Sara Sánchez. “En todos los ámbitos, no solo en las escuelas. Hay muchas herramientas para llegar a toda la sociedad más allá de las campañas de concienciación”. Para Gari Villa-Landa, “es fundamental para que las nuevas generaciones crezcan con una mentalidad diferente, en la que la norma sea la igualdad, y no la excepción”. Y puntualiza: “Cuando hablo de educación me refiero a la educación de todos, no solo de las niñas”. “La clave de la igualdad es la formación”, declara Nieves Roqueñí. “Debemos prestigiar el papel de la mujer en las carreras técnicas y científicas como forma de que sectores como el del agua resulten atractivos a las niñas y jóvenes porque encuentren referentes del interés social y medioambiental que trabajar en estos sectores representan”. La reflexión de Eva Martínez sigue el mismo camino: “Hay que visibilizar las referencias de científicas y directivas. Las mujeres brillantes y relevantes en su campo deben aparecer de una manera más habitual, natural y consistente. Solo así será posible nombrar referentes femeninos al igual que se hace con los masculinos. Estas referencias son necesarias a todos los niveles, desde los libros de texto a los medios de comunicación”.

La segunda idea orbita en torno a “las políticas encaminadas a sostener esa igualdad de género”, subraya Gari Villa-Landa. Estas “son el instrumento para que la igualdad se haga efectiva. No todo el mundo va a cambiar su mentalidad, por lo que la existencia de leyes que pongan en práctica medidas de igualdad son la única manera de hacerlas efectivas”. “Ya hay fórmulas que se han demostrado que funcionan”, revela Sara Sánchez. Y enumera: “Planes de promoción profesional que garanticen igualdad de oportunidades, planes estratégicos para romper los techos de cristal y la segregación vertical, leyes para la igualdad salarial como la que aprobó Islandia en 2018 y que ya ha dado resultados; los permisos de paternidad/maternidad…”. Estos últimos, contribuyen a diluir “la brecha de género a la hora de contratar: ya no nos preguntarán a las mujeres si tenemos pensado ser madres, por lo que los procesos de selección pasan a ser más equitativos en ese aspecto”, resuelve Gari Villa-Landa.

Nieves Roqueñí: “Prestigiar el papel de la mujer en carreras técnicas y científicas es una forma de que sectores como el del agua resulten atractivos a las niñas”

Por su parte, Eva Martínez apuesta también por “una despenalización de género. Es decir, desterrar esa creencia obsoleta de que la mujer debe además asumir las tareas del hogar, o no va a poder realizar viajes de negocios, y por tanto deciden por ti sin darte la oportunidad de crecer, al enfocar el rol de la mujer desde un punto de vista parental o incluso paternalista”. Otra medida necesaria es la de “facilitar la entrada de la mujer en puestos de mando, y poder llegar a porcentajes similares de hombres y mujeres de valía en cargos directivos, donde la presencia femenina se reduce drásticamente”, según Eva Martínez, a lo que Nieves Roqueñí suma “facilitar la inserción de otras mujeres en el mundo del agua, diseñando redes de mujeres que desempeñan su carrera profesional en el sector colaborando y prestando asistencia y apoyo a otras mujeres”.

Eva Martínez: “Las nuevas generaciones están siendo capaces de ofrecer una visión del sector más atractiva e interesante que la que existía hace años”

Por último, Sara Sánchez pide “transparencia, ya que su falta hace que sea muy complicado medir el progreso, y dificulta que se detecten las causas de discriminación”, mientras que Eva Martínez cree que “se debería combatir la brecha salarial, garantizando remuneraciones iguales con independencia de género” y Nieves Roqueñí alaba “iniciativas como esta de iAgua, en las que se habla del papel de la mujer y de la posibilidad de desarrollar una carrera profesional en un sector que tiene retos técnicos, económicos y sociales, y supone mejorar servicios esenciales con los que responder a las actuales y futuras generaciones. Es un ejemplo de la importancia de la divulgación para el cambio de paradigma”.

Lo que vivimos

Por si quedaba alguna duda acerca de la necesidad de actuar con contundencia y celeridad el camino hacia una paridad que deje de ser noticia, las protagonistas de este foro comparten sus experiencias de primera mano. “En primera persona”, avanza Eva Martínez, “mi experiencia en este sector ha sido la de encontrar un mayor un número de hombres tanto a nivel técnico como de gestión, que establecen sus estilos de mando o directivo y que muchas veces no dejan espacio o no consideran nuevas maneras de liderazgo”, corroborando así las palabras anteriores de Sara. En el lado positivo, Eva reconoce que “me he encontrado con hombres que han entendido el enriquecimiento que se produce al dar espacio a las mujeres y la diversidad en general. De igual modo, han facilitado y promocionado la participación y la visibilidad de las mujeres”.

  • Sara Sánchez: “Nuestros logros han sido reiteradamente atribuidos a hombres: no podemos seguir desperdiciando el talento de la mitad de la población”
  • Nieves Roqueñí: “La brecha de género es todavía una realidad en los estudios relacionados con la ingeniería, y en particular con la ingeniería civil”
  • Eva Martínez Díaz: “Es alentador que la industria del agua se esté enriqueciendo con la participación actual de mujeres en todos los niveles de gestión”
  • Gari Villa-Landa: “El sector tiene la oportunidad de convertirse en ejemplo del cambio por la igualdad de género, y pasar a ser motor para la sociedad”

Nieves Roqueñí cuenta que ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional “en la Universidad, un ámbito en el que la mujer ha alcanzado mayores cotas de igualdad”. A pesar de ello, “la brecha de género es todavía una realidad en los estudios relacionados con la ingeniería, y en particular con la ingeniería civil”. Y aclara que “siendo ingeniera, la inserción en el sector del agua me ha resultado mucho más sencilla, y probablemente también ha sido más fácil alcanzar un nivel profesional más alto, pero creo que de no haber sido técnica probablemente la aceptación por parte del equipo habría sido más difícil que la de cualquier hombre. Por eso, no he encontrado mayores dificultades por el hecho de ser mujer”. En algo que coincide Eva Martínez: “Me siento afortunada de que en el departamento de Innovación seamos un 35% de mujeres, investigadoras, jefas de proyecto y gestoras, que demostramos diariamente que somos excelentes profesionales y personal valioso, evidenciando que es muy beneficiosa la inclusión de la mujer en este sector”, así como Gari Villa-Landa: “Por suerte, hay mucha gente que se queda con lo que representas como profesional”. Para ella, no ha sido precisamente fácil: “Me he encontrado con un poco de todo: se me ha cuestionado por ser mujer, por ser más joven, por no ser ingeniera; me han tomado por la secretaria o la traductora siendo la responsable del trabajo que se estaba desarrollando; y, lo más grave de todo, he tenido que pasar por situaciones incómodas, que son parte de esa violencia sexual no física hacia las mujeres que antes no estaba mal vista por la sociedad”.

Sara Sánchez: "Por ser mujer, se ha cuestionado más mi autoridad, se me han echado más pulsos y se me ha obligado a tener que dar más toques de atención”

En este sentido, la más joven del grupo, Sara Sánchez, también tiene mucho que contar: “Mi experiencia en el sector ha sido bastante variada y un gran parque de aprendizaje en todos los sentidos, pero no ha estado falta de retos. He trabajado en varios países y en varios ámbitos: en laboratorio, en plantas de tratamiento de agua, con entidades privadas y públicas, trabajo de campo y de gabinete... Cada puesto es diferente, en algunas plantas de tratamiento creo que les hacía gracia (con cierto paternalismo) que estuviera por allí siendo mujer y además joven”, aunque matiza que “en otros proyectos he conocido a gente que me ha enseñado muchísimo respecto a temas de igualdad”. Así, declara que “a menudo, he sentido que tenía que demostrar mi valía de una forma que no creo que mis compañeros parezcan tener que hacer. En eventos en los que he sido parte organizadora, he tenido que prestar atención a cómo vestirme o dónde ponerme porque a menudo se piensan que soy una secretaria o una estudiante, y esa aclaración no es la conversación que quieres tener con nadie. He tenido momentos desagradables en los que no se ha respetado mi espacio personal y he acabado teniendo que prestar atención a dónde me siento o por dónde paso porque todavía no he encontrado una forma de decirle a alguien que no me toque la espalda o me coja de la cintura sin que luego sea incómodo trabajar con él o sin que resulte tremendamente ofendido. He visto cómo trataban a mis compañeras como subordinadas cuando tenían el mismo rango. Y, sobre todo, creo que por ser mujer se ha cuestionado mucho más mi autoridad, se me han echado más pulsos y se me ha obligado a tener que dar más toques de atención”. Poco más que añadir.

Lo que queremos

No quisiera terminar este texto con el mensaje de que está todo perdido, sino con un atisbo de esperanza por lo que está por venir y una invitación a participar en esta ‘lucha’, que, como sostiene Sara Sánchez, “no es una lucha entre géneros, sino contra unos valores que nos lastran como sociedad y nos impiden avanzar”. En el sector del agua y en todos los demás.

Gari Villa-Landa: “Necesitamos la chispa adecuada que prenda la mecha del cambio de mentalidad en el sector, sin tener que esperar a que se imponga por ley”

“En los últimos años”, manifiesta Eva Martínez, “el equilibrio de género está abriéndose camino en el sector del agua gracias a las nuevas generaciones, que están siendo capaces de ofrecer una visión del sector más atractiva e interesante que la que existía hace años”. Gari Villa-Landa completa sus declaraciones: “Hemos emprendido un camino como sociedad que no tiene marcha atrás. Nos queda mucho por hacer real la igualdad de género, pero esto es una carrera de fondo. No se trata de llegar a la meta lo más rápido posible, sino ir apuntalando lo que se va avanzando”. Y razona que “en el sector del agua, cada vez somos más mujeres y más preparadas para asumir cualquier tipo de puesto o cargo. Pero necesitamos la chispa adecuada que prenda la mecha del cambio de mentalidad en el sector, sin tener que esperar a que se imponga por ley. El sector tiene la oportunidad de convertirse en ejemplo, y pasar a ser motor de ese cambio para la sociedad”.

Mujeres y Agua

'Mujeres y Agua: Cerrando la brecha de género' nace con el objetivo de dar voz y poner cara a las protagonistas del sector. La sección recoge testimonios y opiniones de las profesionales que luchan cada día por alcanzar la paridad en el desarrollo de su profesión.

“Todo cambio encuentra resistencia”, reconoce Sara Sánchez, “y la igualdad es un cambio que no siempre es bien recibido. Así que vamos a tener que seguir trabajando”. Esta transformación “no será posible en sectores muy tecnológicos si no se hace un esfuerzo por promocionar la incorporación de la mujer desde las etapas más tempranas de su formación”, alienta Nieves Roqueñí. Aunque se muestra menos optimista: “Es un mundo muy masculino, y faltan referentes. Además, se está viviendo un ligero retroceso en la elección de carreras técnicas por parte de las mujeres. Tampoco podemos obviar que, sin la implicación de toda la sociedad, el cambio es mucho más complicado”. Sin olvidar, como constata Sara Sánchez, la sororidad: “Me gustaría que fuera un camino que andemos juntas, apoyándonos entre nosotras, porque uno de los mayores goles que nos han colado como mujeres es hacernos creer que tenemos que competir entre nosotras”. “Es alentador”, continúa Eva Martínez, “que la industria del agua se esté enriqueciendo con la participación actual de mujeres en todos los niveles de gestión”. Su esperanza es que “su inclusión se acelere y no tengamos que esperar décadas para disfrutar del equilibrio de género en el sector del agua, y toda la sociedad se beneficiaría enormemente”. “Puede que no sea fácil ni rápido”, concluye Sara Sánchez, “pero el avance hacia la igualdad es inexorable”.