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El futuro de agua de la Tierra: inundaciones y sequías extremas

  • futuro agua Tierra: inundaciones y sequías extremas

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¿Cómo afecta el cambio climático a la distribución de agua? Los científicos estudian los efectos del fenómeno a medida que la atmósfera de la Tierra se calienta debido a los gases de efecto invernadero y cada vez se cuenta con un registro de datos satelitales más largo y más detallado. 

En este sentido, las tendencias están empezando a aparecer, sobre todo en los extremos de frecuencia y magnitud de las inundaciones y sequías. Esta evolución afecta a todo: desde el clima local hasta el lugar de crecimiento de los cultivos, y tiene consecuencias que se extenderán a través de las comunidades hoy y en el próximo siglo.

Cuando se habla de los cambios en la distribución del agua en el planeta, no solo se sabe dónde llueve o no, sino también cuánto y con qué frecuencia. La cantidad de lluvia impacta en la saturación de los suelos y la forma en que transcurren arroyos y ríos, que en caso de tormenta pueden cambiar su capacidad para contener más agua. La falta de agua provoca un estrés en la vegetación y en las reservas de agua suplementarias, y cuando su frecuencia aumenta, estas reservas tienen menos probabilidad de recuperarse antes del próximo periodo seco.

Los seres humanos han estado influyendo en los patrones globales de sequía durante casi un siglo

Los datos de satelites de la NASA y las mediciones en tierra apoyan la investigación sobre cambios a largo plazo en la distribución del agua. Uno de esos esfuerzos es la Evaluación Nacional del Clima de Estados Unidos, que estudia el cambio climático y sus posibles impactos en cada región del país. Entre los cambios observados se encuentra por ejemplo el aumento de eventos de precipitaciones muy fuertes, que han aumentado un 55% entre 1958 y 2016 en el noroeste del país, un 42% en los estados del medio oeste y un 27% en el sureste. Los estados occidentales también han visto aumentos más modestos que pueden saturar la capacidad de las cuencas locales para absorber el exceso de agua. 

"Si vamos a ver más eventos de lluvia intensa y los vamos a ver especialmente en áreas que no están diseñadas para esas inundaciones, eso significa que tenemos que pensar cómo adaptar nuestra infraestructura y repensar la forma en que hemos diseñado algunos de nuestros puentes y sistemas de drenaje", ha afirmado Christa Peters-Lidard, hidróloga y subdirectora de hidrología, biosferas y geofísica en el Centro de Vuelos Espaciales Goddard de la NASA en Greenbelt, Maryland. 

Mientras se proyecta que algunas áreas se vuelvan más húmedas, otras se volverán mucho más secas. El calentamiento y los cambios en los patrones de precipitación pueden provocar sequías, y las investigaciones de la NASA muestran que los seres humanos han estado influyendo en los patrones globales de sequía durante casi un siglo.

Kate Marvel y Ben Cook, investigadores del Instituto Goddard de Estudios Espaciales de la NASA y de la Universidad de Columbia en Nueva York, investigaron la influencia de los humanos en los patrones de sequía del siglo XX utilizando datos meteorológicos históricos y mapas de sequía calculados a partir de anillos de árboles. Descubrieron que la "huella digital" de datos, un patrón de secado y humectación que predice que se producirá en respuesta a las emisiones de gases de efecto invernadero, era visible desde principios del siglo XX. Esta "huella digital" predice que partes de Asia se volverán más húmedas en respuesta a las emisiones de gases de efecto invernadero, mientras que el suroeste de Estados Unidos, América Central y Europa se volverán más secos. "El cambio climático no es solo un problema futuro", afirmó Ben Cook. "Esto demuestra que ya está afectando a los patrones globales de sequía, hidroclima, tendencias, y variabilidad; está sucediendo ahora. Y esperamos que estas tendencias continúen siempre y cuando sigamos calentando el mundo".

Las sequías plantearán serios desafíos para la seguridad, la salud, los alimentos y el suministro de agua de las plantas, los animales y los seres humanos en algunas regiones, y las inundaciones harán lo mismo en otras

Demostrar la capacidad de los modelos climáticos para representar con precisión las sequías pasadas también ayuda a confirmar su capacidad para modelar las sequías futuras. Otra investigación de Cook muestra que si las emisiones de gases de efecto invernadero continúan aumentando, el sudoeste de EE. UU. podría atravesar "megasequías" que durarán más de tres décadas. Cook y su equipo ejecutaron 17 modelos climáticos diferentes, y todos coinciden en que es probable que haya sequías más prolongadas e intensas en el futuro.

Según estos pronósticos climáticos, el futuro del agua está lleno de extremos: las sequías plantearán serios desafíos para la seguridad, la salud, los alimentos y el suministro de agua de las plantas, los animales y los seres humanos en algunas regiones, y las inundaciones harán lo mismo en otras. A medida que el agua dulce fluye alrededor del planeta, la ciencia de la NASA será vital no solo para predecir estos desafíos extremos, sino también para prepararse para enfrentarlos.

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