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Fernando Miranda: "Los regadíos son imprescindibles para garantizar la seguridad alimentaria"

El secretario general en la sede de la Fundación Botín, donde desveló en exclusiva para iAgua y los asistentes al Nuevo Regadío Forum, las iniciativas que acometerá el Ministerio en los próximos años.

En un contexto geopolítico cambiante, la garantía de seguridad alimentaria es de vital importancia en relación con la gestión del agua en los regadíos. La agricultura de regadío es fundamental para mejorar la rentabilidad y sostenibilidad del sector agroalimentario, así como para promover la cohesión social y territorial en las zonas rurales.

El sector del regadío se halla inmerso en una situación de completa dicotomía: por un lado, la sequía y el incremento de los precios de todos los insumos, con la energía a la vanguardia, representan una amenaza inminente para un sector esencial; mientras que, por otro lado, el regadío se encuentra en un momento de inversión pública sin precedentes, con la multiplicación de los recursos propios gracias al Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.

Entrevistamos a D. Fernando Miranda, secretario general de Agricultura y Alimentación del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, para abordar todos estos temas. Su labor adquiere una importancia aún mayor en el regadío en la actualidad. Su eficiente gestión en la implementación y ejecución de todas las inversiones asegurará que el abastecimiento de alimentos a la población se mantenga, esta vez con regadío sostenible.

Publicado en iAgua Magazine 45 - Julio 2023
iAgua Magazine 45

Pregunta: En un contexto geopolítico cambiante, ¿cuál es la importancia de garantizar la seguridad alimentaria en relación con la gestión del agua en los regadíos y cómo se abordan los desafíos emergentes?

La agricultura de regadío constituye un instrumento fundamental para mejorar la rentabilidad, sostenibilidad y competitividad de nuestro sector agroalimentario, y su consiguiente beneficio en la cohesión social y territorial de las zonas rurales donde está implantado, así como en el conjunto de la sociedad.

El sector agroalimentario es estratégico para nuestra economía y nuestra sociedad. Aporta más del 10% del PIB nacional y es la principal fuente de empleo en nuestro medio rural, al generar más de 2,8 millones de empleos entre directos e indirectos. Asimismo, contribuye de manera decidida a fortalecer el sector agroalimentario español, con un volumen de exportaciones superior a los 60.000 millones de euros, abarcando diferentes productos (frutas y hortalizas, aceite de oliva, uva, etc.) y una balanza comercial favorable de casi 19.000 millones de euros.

El crecimiento y modernización de los regadíos en España durante estas dos últimas décadas ha supuesto un notable incremento de valor de la producción agrícola, con un incremento de más del 35% en el periodo de 2000 a 2020. Hay que recordar que los regadíos multiplican por seis la productividad agrícola, aumentan hasta cuatro veces la renta de los agricultores y generan tres veces más empleo por unidad de superficie. Podemos decir, por tanto, que el peso tan relevante del sector agroalimentario español se debe, en gran medida, a nuestra producción en regadíos.

La agricultura de regadío es un instrumento fundamental para mejorar la rentabilidad, sostenibilidad y competitividad del sector agroalimentario

Por otra parte, la guerra iniciada por Rusia contra Ucrania ha tenido enormes repercusiones sobre los mercados de la energía y los alimentos. Los países de la UE están actuando de manera coordinada para garantizar el suministro de energía y unos precios asequibles.

Gracias a la política agrícola común (PAC), la disponibilidad de alimentos, piensos y fertilizantes no es un problema importante en la UE, puesto que en gran medida es autosuficiente y cabe esperar que su mercado único demuestre su utilidad a la hora de absorber las perturbaciones y garantizar la seguridad alimentaria de los ciudadanos de la Unión y el apoyo a la renta de los agricultores europeos.

Para continuar su trayectoria positiva, el sector agroalimentario tiene que hacer frente a estos aspectos y a otros numerosos retos que ya están sobre la mesa.

Entre ellos, frenar y revertir, en la medida de lo posible, el cambio climático es el más ambicioso, porque representa un desafío global, el gran desafío de nuestra época. En ese contexto, el agua tiene un protagonismo vital. Sin agua no hay vida ni producción de alimentos. Así de sencillo. Una disminución de los recursos hídricos o de su calidad pone en peligro el desarrollo sostenible, la biodiversidad y la propia vida humana. Por eso, la mejora de la gestión de los recursos hídricos es un componente esencial para que las estrategias de mitigación y adaptación al cambio climático tengan éxito. Y estamos inmersos de lleno en esa tarea, para la que, afortunadamente, contamos con numerosos y robustos instrumentos.

El principal instrumento son los fondos de financiación de la modernización sostenible del regadío para asegurar el buen estado, cuantitativo y cualitativo de los recursos hídricos. Los fondos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), fondos de la PAC y del Presupuesto General del Estado destinados a la actualización de las infraestructuras de transporte y distribución y de los sistemas de aplicación de agua en parcela para avanzar en la sostenibilidad medioambiental del regadío (que supone inevitablemente el ahorro de agua), en la eficiencia en el uso de los recursos (ahorro energético) y, por supuesto, en la tecnificación de este tipo de agricultura, supondrán no solo la mejora ambiental de esta actividad sino también la mejora de la productividad y rentabilidad del sector agrario.

P.- ¿Cómo está afectando la sequía actual al regadío en nuestro país y cuáles son las áreas más afectadas en este momento? ¿Cuál es el impacto en los regadíos y la industria agroalimentaria en términos de disponibilidad de agua y producción de alimentos?

Actualmente, como todos sabemos, estamos inmersos en una sequía de larga duración. Arrastramos un déficit de precipitación muy importante que solo se solventará si hay un superávit que por ahora no hemos tenido. Aunque hay que reconocer que las lluvias de las últimas semanas [mes de junio] han mejorado algo la situación.

El crecimiento y modernización de los regadíos en España durante las dos últimas décadas ha incrementado notablemente el valor de la producción

Los últimos datos indican que, salvo en Galicia, las cantidades acumuladas se encuentran por debajo de lo normal en la franja cantábrica; en gran parte de la mitad este de la Península; en el tercio sur y en el archipiélago canario, excepto en la mitad sur de Tenerife.

Por otro lado, las previsiones de escasez del recurso hacen presuponer mayores dificultades en el litoral mediterráneo o las Islas; por eso el Ministerio de Agricultura está apostando de manera importante en la promoción del uso de otras fuentes de agua no convencionales (aguas regeneradas y aguas desaladas) que puedan suplir las carencias de agua convencional que actualmente sufren estas zonas. En la selección de obras de modernización de regadíos a ser financiadas por el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia se han tenido en cuenta criterios de mayor ambición ambiental y tecnológica. Es decir, se han seleccionado actuaciones que aportan recursos no convencionales (aguas regeneradas y desaladas), que generen mayor ahorro hídrico o energético, las que implanten energías renovables y las que incluyan nuevas tecnologías. Las inversiones en aguas no convencionales serán cruciales para afrontar nuevas sequías como la actual.

  • Mejorar la gestión de los recursos hídricos es esencial para que las estrategias de mitigación y adaptación al cambio climático tengan éxito

P.- ¿Qué instrumentos se utilizan actualmente para impulsar el desarrollo sostenible de los regadíos y cómo se priorizan las inversiones?

Para el logro de un regadío 100% sostenible, el MAPA cuenta con tres herramientas complementarias y sinérgicas: inversiones en modernización de regadíos, acciones de innovación y formación a integrantes del sector.

En lo que respecta al primero y más importante de estos ejes, es necesario destacar que actualmente tenemos diferentes tipos de inversiones en marcha, que en su conjunto suponen el plan más ambicioso en materia de modernización de regadíos en las últimas décadas.

Dentro de estas inversiones, las más importantes son las incluidas en el “Plan para la mejora de la eficiencia y la sostenibilidad en regadíos”, incluido en el Plan de Recuperación, transformación y Resiliencia de la economía española. Este Plan, dotado inicialmente con 563 millones de euros, se lleva el 54% del total (1.051 millones de euros) del Componente 3 del Plan de Recuperación que gestiona el Ministerio de Agricultura. Este plan ya está en marcha, tras la firma de los dos convenios entre el ministerio y la Sociedad Estatal de Infraestructuras Agrarias (SEIASA). El resultado es más de 80 actuaciones, con un presupuesto total de 703,75 millones de euros, si sumamos la financiación pública (563 millones) y la privada (140,75 millones).

Para un regadío 100% sostenible, el MAPA cuenta con 3 herramientas sinérgicas: inversiones en modernización, innovación y formación

Además, el Consejo de Ministros aprobó el pasado 6 de junio la Adenda al PRTR, en la que se propone una dotación adicional para el Plan para la mejora de la eficiencia y la sostenibilidad en regadíos de 410 millones de euros adicionales para nuevas actuaciones de modernización de regadíos a cargo del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia. Esta adenda al PRTR está ya en manos de la Comisión Europea, que debe aprobarla en las próximas semanas y supondrá una inversión total adicional de 550 millones de euros para acometer actuaciones de modernización de regadíos.

En total, por tanto, gracias al plan de recuperación (PRTR) se va a producir una inversión de 1.250 millones de euros en modernización de regadíos de aquí a 2026.

Las inversiones que se financien con los fondos EU-Next Generation han de contribuir de forma inequívoca a la transformación verde y digital de la economía y de sus sectores productivos y en base a este requisito se han priorizado las actuaciones seleccionadas; es decir, aquellas que aportan recursos no convencionales (aguas regeneradas y desaladas), las que generen mayor ahorro hídrico o energético, las que implanten energías renovables y las que incluyan nuevas tecnologías.

En paralelo, desde el ministerio mantenemos las obras de modernización y consolidación de regadíos que realizamos en colaboración con SEIASA a través del convenio “ordinario” entre el Ministerio de Agricultura y dicha sociedad, firmado el 25 de junio del año 2021 con una duración de 4 años, con una ampliación de capital de 72 millones de euros en total a SEIASA para la ejecución de 14 nuevas actuaciones. También está previsto en los próximos meses tramitar una adenda a este convenio para incrementar el capital social de SEIASA en 60 millones de euros más a cargo del capítulo VIII de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para el año 2023 del MAPA.

Por otro lado, se ha contemplado la agricultura de regadío de forma específica en las ayudas directas de la Política Agraria Común (PAC), con el mantenimiento de varias regiones de tierras de cultivo de regadío en el modelo de pagos desacoplados y con ecoesquemas específicos, y en el Fondo Europeo Agrario de Desarrollo Rural (FEADER) con la intervención “Inversiones en regadíos con objetivos medioambientales”, que seguirá financiando inversiones en modernización de infraestructuras y sistemas de riego (almacenamiento, transporte, distribución). El objetivo es lograr una mejora en la gestión integrada del recurso y/o fomentar el uso de fuentes de energías renovables y mejorar la eficiencia energética de estas instalaciones. Como consecuencia del retraso en la aprobación de la PAC post 2020, fue necesario ampliar los Programas de Desarrollo Rural del periodo 2014-2020 y dotarles de presupuesto para su continuación. Con este fin, el 25 de diciembre de 2020 se aprobó el Reglamento que da soporte a este periodo transitorio de la PAC que durará 2 años (2021 y 2022 bajo la regla n+3) y cuyo instrumento financiero es el denominado “FEADER transitorio” del que se ha visto beneficiada especialmente la medida de modernización de infraestructuras de regadío contemplada por el Programa Nacional de Desarrollo Rural 2014-2020, ya que se le han asignado 16,7 millones de euros FEADER más a sumar a los 18,35 millones de euros FEADER asignados inicialmente para el periodo 2014-2020.

En el nuevo Plan Estratégico nacional de la PAC 2023-2027 hay también una intervención nacional de desarrollo rural destinada a la modernización de regadíos sostenibles, que dispondrán de una dotación de más de 29 millones de euros FEADER. Todo ello sin considerar las dotaciones FEADER que programen las CC. AA. en sus intervenciones regionales de desarrollo rural para regadíos en el marco del Plan Estratégico de la PAC.

A todo lo anterior, hay que sumar los más de 5.000 millones de euros que tiene previsto destinar el MITECO a infraestructuras en alta en regadíos en el marco de los nuevos planes hidrológicos de demarcación de tercer ciclo, que fueron aprobados por real decreto el pasado 24 de enero de 2023.

Por tanto, incluso sin considerar los fondos del Mecanismo de Recuperación y resiliencia (MRR) del PRTR, desde el MAPA estamos realizando con fondos nacionales la mayor apuesta por los regadíos sostenibles de los últimos años.

De esta forma, los fondos Plan de Recuperación (Fase I, II y futura III) junto al convenio ordinario con SEIASA, las obras de transformación que ejecuta el MAPA directamente con sus PGE, y las actuaciones de modernización de regadíos cofinanciadas con el FEADER, se espera movilizar en el periodo 2021 a 2027, una cifra histórica de más de 2.100 millones de euros para modernización de regadíos.

Los fondos EU-Next Generation han de contribuir a la transformación verde y digital de la economía y de sus sectores productivos

La segunda herramienta que comentaba es la aplicación de las últimas innovaciones en el sector; en este sentido, es importante destacar y poner en valor la tecnología que emplean las empresas españolas de regadíos, y que nos hacen ser un país reconocido a nivel mundial en tecnologías para el riego y en el uso eficiente del agua en la producción de alimentos. Aparte de ello, contamos con varios instrumentos puestos en marcha desde la Administración General del Estado. Por un lado, el PERTE del ciclo del agua, que incluye una ayuda específica para la digitalización de las comunidades de regantes. Además, desde el MAPA hemos puesto en marcha un amplio abanico de medidas para favorecer la transformación digital de los regadíos españoles. Contamos, por ejemplo, con la línea Agroinnpulso que permite a PYMES y startups que den soluciones a los regadíos, disponer de una financiación para consolidar su actividad empresarial. Por otro lado, en los próximos meses, vamos a poner en marcha el Digital Innovation Hub en el Centro Nacional de Tecnología de Regadíos de San Fernando de Henares, cuya actividad va a abordar, en primera instancia, temas vinculados a la tecnología de regadíos y la eficiencia del agua y de la energía.

En este contexto, la tercera herramienta, consistente en la formación y la adquisición de competencias en esta materia, resulta fundamental. Una de estas medidas es el Centro de Competencias Digitales, que está en marcha desde el año 2021 con la Universidad de Córdoba y la Politécnica de Madrid y que ofrece cursos de formación gratuitos relacionados con la transformación digital del sector agroalimentario. Desde el inicio de esta iniciativa se han ofertado 40 plazas cada año en un curso dedicado, precisamente, al riego de precisión y de la gestión eficiente del agua, con mucho éxito.

La digitalización, clave para impulsar la competitividad y la sostenibilidad, constituye una de las principales líneas de trabajo del MAPA

P.- ¿Cuáles son las estrategias y acciones en marcha para fomentar el uso de desalación, reutilización y energías renovables en la gestión del agua en los regadíos?

Es un hecho que la escasez de agua es un reto para la agricultura global. El agua es un recurso crucial para la agricultura. La FAO calcula que en 2050 la agricultura tendrá que producir casi un 50% más de alimentos, fibras y biocombustibles que en 2012 para satisfacer la demanda mundial. Un objetivo difícilmente alcanzable si no se incrementa la superficie destinada al regadío, teniendo en cuenta su mayor productividad: la agricultura de secano produce el 60% de los alimentos del mundo y ocupa el 80% de las tierras cultivadas, mientras que el regadío produce el 40% en el 20% de las tierras.

Asimismo, es probable que los niveles de estrés hídrico aumenten en las áreas actualmente más estresadas a medida que se intensifiquen los efectos del cambio climático. En España, se prevé una reducción de recursos hídricos en general más intensa hacia el sur peninsular y los archipiélagos.

Esta grave situación hace imprescindible un sistema de planificación y gestión integrada de los recursos hídricos que garantice el suministro en cantidad y en calidad suficiente, bajo criterios de sostenibilidad, de adaptación al cambio climático y alineado con los principios de la economía circular. Asimismo, la gestión del agua debe promover el cumplimiento de los objetivos medioambientales marcados por la UE en el Pacto Verde Europeo y en la Directiva Marco del Agua, y la consecución de los objetivos marcados por la Agenda 2030 de Naciones Unidas en el Objetivo de Desarrollo Sostenible 6. La gestión integrada del agua ha de hacer compatible la consecución de los objetivos ambientales con los objetivos socioeconómicos.

Por todo ello, en un país como España, con un clima mediterráneo cada vez más irregular e impredecible y con un sector agroalimentario líder en los mercados internacionales, se hace necesario, por tanto, contar con fuentes de aguas no convencionales, para asegurar el abastecimiento, la producción sostenible y el respeto al medioambiente a largo plazo.

Es imprescindible la apuesta por el uso de aguas regeneradas y aguas desaladas en los regadíos, de especial interés para España

En este contexto, los objetivos de la política de regadíos del MAPA para el futuro son continuar con la modernización de las infraestructuras de riego para hacer un uso eficiente y sostenible del agua y de la energía y los insumos, y promover el uso de nuevas tecnologías entre los regantes entre las que se encuentra las que permiten ampliar el uso de aguas no convencionales. Buena prueba de ello son las inversiones incluidas en la medida C3.I1 del PRTR, de la que he hablado anteriormente. El Plan prioriza aquellas actuaciones que cuentan con un elevado impacto en la sostenibilidad ambiental o con un componente innovador importante, como la incorporación de tecnologías y herramientas digitales en las comunidades de regantes para conseguir un riego más eficiente. En cuanto a actuaciones con elevado impacto medioambiental, se priorizan las actuaciones de modernización de regadíos que incluyan la generación de autoconsumo eléctrico con fuentes de energía renovable, por ejemplo, utilizando las infraestructuras de canalización del agua para generar energía eléctrica, o bien actuaciones que usen fuentes de agua no convencionales, como son las aguas residuales regeneradas o aguas desaladas.

Con la implementación de las dos fases del Plan ya aprobadas hasta la fecha, se han seleccionado actuaciones que utilizan aguas no convencionales por un importe total de 240 millones de euros, lo que supone un 34% del total de la inversión del Plan. En concreto, el 22% de la inversión del Plan será destina a actuaciones con aguas desaladas y el 12% a actuaciones que usarán aguas regeneradas.

Con estas medidas, además de hacer un uso más eficiente del agua, se conseguirá también reducir el uso de los inputs asociados a la agricultura (fertilizantes y fitosanitarios responsables de la contaminación difusa), ya que las infraestructuras modernizadas permiten la aplicación de los mismos a través de la fertirrigación en dosificación exacta y en el momento que la planta lo necesita.

Por otro lado, mediante el mismo plan, estamos también trabajando en rebajar el consumo energético de nuestros regadíos y promover el uso de energías renovables vinculados a estos sistemas de producción. En este sentido, la introducción en la ley de la PAC de diciembre de 2022 de un sistema de doble potencia para los usuarios del regadío, reducirá el coste energético en las campañas de riego para los regantes.

Además, debemos seguir apostando para que el consumo energético de las comunidades de regantes proceda de fuentes de energía renovables y compatibilizar el desarrollo de nuestros regadíos y el proceso de transición energética. Actualmente, entre las dos fases del Plan para la mejora de la eficiencia y la sostenibilidad en regadíos, tenemos 18 actuaciones en las que la actuación principal es la implantación de energía fotovoltaica, que en términos de inversión global ascienden hasta los 92,63 millones de euros, es decir algo más del 13% del total de la inversión total del Plan, sin contar todavía con los fondos adicionales vinculados a la próxima adenda del PRTR.

P.- ¿Cuál es el grado de digitalización actual en los regadíos y qué impacto se espera que tenga el PERTE de Digitalización del Ciclo del Agua en la mejora del regadío español?

La innovación y la digitalización del sector agroalimentario son instrumentos claves para impulsar la competitividad, sostenibilidad y trazabilidad del sector agroalimentario y de toda su cadena de valor, dando así respuesta a los retos y necesidades que hoy en día tiene este sector.

En este sentido, la digitalización constituye una de las principales líneas de trabajo del MAPA. Contamos para ello con una estrategia de digitalización del sector agroalimentario y del medio rural, adoptada por el Gobierno de España en marzo de 2019, y que se despliega a través de planes de acción. Actualmente, está en marcha el II Plan de Acción 2021-2023 con 21 medidas concretas y un presupuesto de 64 millones de euros.

Varias de estas medidas las estamos ejecutando con el apoyo de los fondos europeos, en particular el Plan de Recuperación. Por ejemplo, hemos puesto en marcha, desde 2021, una línea de acceso al crédito para PYMES agroalimentarias para financiar la ejecución de proyectos innovadores de base tecnológica.

El apoyo a la transformación digital de todo el sector agroalimentario se va a ver reforzado, además, con el despliegue y ejecución del PERTE Agroalimentario, uno de cuyos ejes está destinado precisamente a apoyar la digitalización del sector, así como con el PERTE de Digitalización del Ciclo del Agua.

  • El impacto de las herramientas de digitalización se espera que sea muy relevante para la mejora del regadío español

El impacto de ambas herramientas en la digitalización del sector se espera que sea muy relevante para la mejora del regadío español puesto que, ante el escenario de falta de agua que está ocurriendo en algunas partes de nuestro país, la digitalización y el uso de la tecnología, junto con el ya mencionado impulso al uso de aguas no convencionales, serán herramientas fundamentales para hacerles frente. A diferencia de lo que hacemos en nuestro ministerio con la ejecución de inversiones integrales en obras de modernización de regadíos, lo que plantea el PERTE del Agua es la focalización en inversiones destinadas a la digitalización de los mismos.

Por otra parte, el buen uso de los inputs debe ser uno de los principales objetivos de la agricultura de regadío para que pueda perdurar en el tiempo. Este es un logro que debe basarse en el uso de las buenas prácticas agrarias y de la tecnología. Por ello es necesario e imprescindible un regadío de precisión y digitalizado que garantice el ahorro de agua y energía, y aplique fertilizantes y fitosanitarios de la manera más precisa posible sin perjudicar a la productividad.

Con el uso de la mejor tecnología disponible y de la innovación y digitalización de las instalaciones, se puede adaptar el regadío a sistemas que obtengan el máximo rendimiento de cada gota de agua. Al mismo tiempo, es necesario reforzar la capacitación, la formación y el asesoramiento digital de los agricultores para facilitar este tránsito hacia una agricultura más tecnificada, más eficiente y sostenible.

Desde el MAPA estamos trabajando en todos estos ámbitos a través de medidas concretas.

P.- ¿Cuál es la visión del MAPA respecto a la apuesta por enfoques sostenibles, tanto desde el punto de vista económico como del ambiental, para garantizar la disponibilidad de agua?

Como dice el ministro, los regadíos serán sostenibles o no serán. En ese sentido, vuelvo a destacar la apuesta decidida del Ministerio de Agricultura para aprovechar al máximo, y de la manera más eficiente, los recursos hídricos disponibles en la agricultura.

Debemos, por tanto, dirigir nuestros esfuerzos a promover un mejor uso del agua en nuestra agricultura. No se trata de usar menos agua, sino de emplearla mejor, de forma más eficiente y dirigida, aprovechando todos los recursos disponibles y ampliando de esta manera la superficie de regadíos con un mismo volumen de agua utilizada, siempre teniendo en cuenta el cuidado del medio ambiente. 

Los regadíos sostenibles son imprescindibles hoy en día si queremos garantizar la seguridad alimentaria, dotar de futuro a muchos territorios rurales y facilitar la adaptación al cambio climático de nuestra agricultura.

Los regadíos sostenibles son imprescindibles hoy en día si queremos garantizar la seguridad alimentaria de nuestro país

Por ello, vuelvo a incidir en que es imprescindible apostar por el uso de aguas regeneradas y aguas desaladas en los regadíos. Fomentar el uso de aguas no convencionales en la agricultura resulta de especial interés para España, ya que contribuye a varias de las políticas estratégicas del Gobierno: apoyo a la transición ecológica, la lucha contra con el cambio climático, el reto demográfico, la economía circular, la política agroalimentaria y el desarrollo rural.

Por todo ello, continuaremos con una política de regadíos basada en la modernización sostenible de las infraestructuras y en la incorporación de las nuevas tecnologías digitales que nos permitan hacer frente a los desafíos futuros de escasez del recurso y a la necesidad de mantener la buena calidad del agua

P.- ¿Qué balance hace de las políticas y acciones implementadas en el ámbito de la gestión del agua al final de esta legislatura? ¿Cuáles son los logros alcanzados y los desafíos que aún persisten?

El balance de las políticas implementadas por el MAPA para mejorar la eficiencia de nuestras infraestructuras en regadío es óptimo. Si consideramos las inversiones de regadíos realizadas en el periodo 2000-2021, y lo comparamos con las inversiones que vamos a realizar en el periodo 2022-2027 podemos indicar que en los próximos cinco años hemos programado una inversión 70% superior a toda la inversión realizada en las dos décadas anteriores.

Nos encontramos ante la mayor inversión pública en regadíos sostenibles realizada en las últimas décadas. Es la mejor forma de avanzar hacia la triple sostenibilidad (económica, social y medioambiental) y afrontar así de manera más efectiva el reto de la transición verde y digital de nuestra economía y -en particular- hacia una mejora de la eficiencia y la sostenibilidad de los regadíos; aspecto imprescindible hoy en día para enfrentarnos a todos los retos que hemos ido desgranando en las cuestiones anteriores.

P.- ¿Cómo se está abordando la necesidad de comunicar y desmontar los mitos asociados a la gestión del agua en los regadíos, para ofrecer una imagen fiel del regadío del siglo XXI y promover la comprensión de su papel en la sociedad?

Desde el ministerio somos muy conscientes de que no solamente tenemos que trabajar por un regadío sostenible, tal y como ha quedado claro a lo largo de las diferentes preguntas de esta entrevista, sino que es tanto o más importante hacerle llegar a la sociedad la importancia de este tipo de agricultura para la economía del sector y para la seguridad alimentaria de nuestro país.

En este aspecto, mediante la publicación en el BOE (12/10/2022) del Real Decreto 854/2022 por el que se crea la Mesa Nacional del Regadío y el Observatorio de la Sostenibilidad del Regadío, se ha creado un órgano de cooperación, comunicación y participación entre las diferentes administraciones competentes en materia de agricultura y de aplicación del agua en regadío, así como el propio sector, organizaciones ecologistas, el mundo científico y otras partes interesadas en la gestión de regadíos en nuestro país, con el objetivo de mejorar la gobernanza del sector.

  • "Una de las reformas incluidas en el PRTR es el impulso a la gobernanza, la transparencia y la sostenibilidad de las inversiones en los regadíos"

El objetivo de la Mesa del Regadío es promover y facilitar la cooperación, consulta e intercambio de información entre las autoridades competentes de la Administración General del Estado y de las comunidades autónomas y el resto de las partes interesadas en materia de regadíos y gestión del agua, para facilitar la gobernanza y la aplicación eficiente de la política de regadíos en España, teniendo en cuenta singularmente los requisitos medioambientales de aplicación. Todo ello en aras de garantizar una política de regadíos conjunta, coordinada y cohesionada, que responda a las necesidades del sector y de la sociedad.

La primera reunión de la mesa, presidida por el ministro Planas, tuvo lugar el pasado 15 de diciembre de 2022. Actualmente, estamos trabajando en la próxima convocatoria y en el desarrollo de posibles grupos de trabajo que aborden temáticas específicas de interés para el sector y para los regadíos españoles.

Para auxiliar a la Mesa del Regadío a ejercer sus funciones y aportar información relevante en beneficio de productores, organizaciones del sector y administraciones, se ha constituido, como decía anteriormente, mediante el mismo RD, el Observatorio de la Sostenibilidad del Regadío. Se trata de una plataforma online de apoyo tecnológico al sector de la agricultura de regadío y herramienta de apoyo, con indicadores sociales, ambientales y económicos. Esta plataforma estará en marcha durante este año 2023.

Sus funciones principales serán la generación de información, seguimiento y estudio de los principales indicadores sociales, ambientales y económicos ligados al sector de la agricultura de regadío, contribuyendo a la transparencia del sector.

Este impulso a la gobernanza, la transparencia y la sostenibilidad de las inversiones en los regadíos es una de las reformas (Reforma C3.R4) incluidas en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR) de España, cuyo cumplimiento se incluye en la Solicitud de Pago número 4 que el Gobierno de España presentará a Bruselas próximamente [por importe de 10.000 millones de euros].