“Lo que no se mide, no se puede mejorar” (Lord Kelvin) o, la “información es poder” (Francis Bacon), son dos grandes frases que no por muy repetidas, dejan de ser verdad. En este caso, en la era de la información, con la tecnología que tenemos al alcance de la mano y en una empresa moderna, no aplicarlas sería prácticamente una negligencia.
Y la industria del agua, lejos de ser distinta, como en muchos otros aspectos, debe ser puntera, pues tratamos con un recurso nada menos que vital y escaso.
Al hablar de Smart en el mundo del agua, muchos piensan en telecontadores y no es culpa suya. A lo largo de los años, en ferias o conferencias de tecnologías Smart, cuando aparecía el agua (si es que aparecía) prácticamente sólo se hablaba de eso. Y no es que no lo sea, pero no es ni lo único, ni lo más importante.
De hecho, no hay ningún elemento que sea “lo más importante”. El ciclo del agua es una cadena, y “una cadena es tan fuerte como su eslabón más débil” (Thomas Reid). Disculpen por tantos aforismos, pero si alguien lo ha dicho antes que tú, y mucho mejor que tú, no citarle sería un malgasto de recursos, y eso va en contra de la sostenibilidad (además de no ser muy smart).
Y ya que tenemos a estos 3 grandes pensadores como guías, vamos a seguir sus sabias palabras y a analizar, desde la humildad, y la brevedad que nos permite esta tribuna, el sector del Smart Water.
Una cadena es tan fuerte como su eslabón más débil
Dijo el filósofo escocés Thomas Reid. Pero ¿cuál es el eslabón más débil en el sector del agua? Pues como en casi todo, depende. Depende de a quién le preguntes y depende de dónde preguntes. Pero algo en lo que seguro que todos estamos de acuerdo, al menos en gran parte de España, es que la seguridad hídrica es un eslabón, en principio, bastante débil.
Con el paso del tiempo, sobre todo mediante infraestructuras, hemos conseguido endurecerlo, pero cuando la naturaleza decide cerrar el grifo y tensa la cadena, mejor que te pille bien preparado. Lamentablemente ya hemos comprobado muchas veces la fuerza que muestra la naturaleza de vez en cuando y, el cambio climático, no va a ayudar precisamente a que esto mejore.
Pero hay otros muchos eslabones, más o menos débiles. Algunos lo reconocerán más, otros menos. Pero ahí están, y mirar para otro lado no hará que desaparezcan.
Nos podemos centrar en endurecer la cadena, pero también tenemos que saber con cuanta fuerza están tirando, ya sea la naturaleza por un lado, aportándonos agua cada vez más irregularmente, o por el otro lado, el aumento del consumo o la contaminación.
Y ahí son claves las tecnologías asociadas Smart Water.
No debemos dejar que la marabunta de técnicas y tecnologías nos distraiga del verdadero objetivo de todo esto, ser cada día mejores
La información es poder
En realidad, la traducción exacta de la frase del filósofo inglés Francis Bacon es “el conocimiento es poder”. Pero la información y el conocimiento, aun no siendo lo mismo, están estrechamente relacionados.
La información sobre consumos horarios de agua nos puede servir para desarrollar conocimientos sobre las pautas de consumo según diferentes variables y poder predecirlas en el futuro. Pero también funciona al revés, para poder predecir lo que va a suceder, cuantos más datos tengamos de lo que está ocurriendo ahora mismo, más posibilidades habrá de adelantarnos y adaptarnos a lo que vendrá.
Pero la información como tal, datos fríos y duros, como que el nivel de agua de un río está superando cierto nivel, o que la presión en una tubería ha caído repentinamente, por sí solos son muy reveladores.
Y no hay que pensar solo en lo puramente técnico, también en lo organizativo. Si tu sistema de control de accesos Smart te informa de que la subcontrata que tenía que revisar tus depósitos remotos una vez cada tres días lleva dos semanas sin acceder a ellos, no hace falta mucho conocimiento para extraer las conclusiones de esta información.
Lo que no se mide, no se puede mejorar
Fue dicha por el físico y matemático norirlandés, William Thompson, nombrado Lord Kelvin en honor al río Kelvin que pasa cerca de su antiguo laboratorio. Realizó muchas aportaciones a la ciencia, como la escala del Sistema Internacional de Medidas para la temperatura, el Kelvin (K), y el cálculo de la temperatura más baja posible, el cero absoluto.
Esta sabia frase, viene a resumir la esencia misma del concepto Smart. No debemos dejar que la marabunta de técnicas y tecnologías nos distraiga del verdadero objetivo de todo esto, ser cada día mejores.
O sea, que si no tienes registros de consumo, no tienes medidores de caudal en el río, medidores de presión en la red, o el único control de accesos a tus depósitos es un candado con una llave, todos estos ejemplos no sirven para nada. Solo nos queda cruzar los dedos y esperar que todo esté yendo bien. Al fin y al cabo, alguien sabio también dijo una vez que “las noticias malas viajan más rápido que las buenas” ¿no?
Afortunadamente, el sector del agua es un sector muy avanzado, y este objetivo lo tiene clarísimo. Entonces… ¿está el sector completamente “smartizado”? (permítenos la expresión).
La respuesta es obvia, aún no. Y las razones son varias. En algunas ocasiones la tecnología no está suficientemente desarrollada para que sea rentable, no solo económicamente, sino operacionalmente. En otras ocasiones, aunque la tecnología esté al alcance de la mano, no se considera necesaria, o al menos, no prioritaria. Esa es la razón por la que hay empresas que hacen mucho hincapié en ciertas tecnologías y otras en otras, acertada o equivocadamente.
Y luego existen tecnologías que, por novedosas, o simplemente porque aún no se han implantado suficientemente en este sector o en este país, aunque lleven muchos años en otros, no están tan extendidas. Y ahí está el principal margen de mejora, el salto cualitativo, la oportunidad de crear diferencias, y no sólo con los demás, sino con uno mismo. Tecnologías Smart, para personas Smart.