Cerca de un centenar de expertos en meteorología y geomática procedentes de todo el mundo se dan cita los días 16 y 17 de octubre en la Universitat Politècnica de València. Durante estos dos días, presentan nuevos avances para mejorar la calidad de las predicciones meteorológicas, especialmente en previsiones de tiempo severo, así como para la monitorización del cambio climático a escalas regional y global, a partir del uso de sistemas globales de navegación por satélite (GNSS).
El evento, que se celebra en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Geodésica, Cartográfica y Topográfica de la UPV, lleva por título "Productos troposféricos GNSS avanzados para la monitorización de eventos de tiempo severo y clima" y se enmarca dentro del programa de Cooperación Europea en Ciencia y Tecnología (en concreto, en la acción COST 1206).
El comportamiento del vapor de agua atmosférico es primordial para estudios de cambio climático.
Entre los sistemas globales de navegación por satélite (GNSS) más conocidos figuran GPS, GLONASS o GALILEO, tecnologías que han revolucionado el posicionamiento, la navegación y el tiempo. En la actualidad, también se pueden emplear en la observación atmosférica, gracias a que permiten obtener nuevos productos troposféricos, como es el caso del contenido de vapor de agua en la atmósfera.
Hasta ahora, esta variable climática no estaba bien definida al no disponer de medidas con la suficiente resolución para representar su alta inestabilidad espacial y temporal. Sin embargo, el incremento de estaciones de referencia permanentes GNSS a escala mundial ofrece una mayor cantidad de información puesto que se mide con mayor continuidad y mejor distribución espacial. Todo ello supone un importante avance para la monitorización del vapor de agua o de la cantidad de agua precipitable en la atmósfera.
Según explica el profesor de la UPV, Enrique Priego, la distribución del vapor de agua y su variabilidad juegan un importantísimo papel en el funcionamiento climático y meteorológico de la atmósfera terrestre. En concreto, es una de las variables esenciales de observación sistemática que actualmente ha definido el Sistema Mundial de Observación del Clima (GCOS, Global Climate Observing System).
Asimismo, el comportamiento del vapor de agua atmosférico es primordial para estudios de cambio climático, puesto que tiene una gran importancia en la regulación de la temperatura del aire, debido a que absorbe la energía solar y las radiaciones térmicas.
"Se trata del principal gas de efecto invernadero que influye en el calentamiento global del planeta, y desempeña un papel crítico en los procesos clave de los ciclos hidrológico y energético. Por otro lado, también es un componente fundamental en la estabilidad vertical de la atmósfera, e participa activamente en la evolución de los sistemas tormentosos. La mayor parte del agua de la atmósfera se encuentra en forma de vapor de agua, que interviene en la mayoría de los fenómenos meteorológicos. Un importante objetivo de la meteorología moderna es mejorar la precisión de la llegada de nubes a corto o muy corto plazo y su precipitación", explica el profesor Priego.