Los grandes consumos de agua en la industria textil tienen lugar, según el Instituto Tecnológico Textil (AITEX), en dos etapas: la tintura de las fibras y los procesos de acabado de los tejidos. La obtención de las materias primas (cultivos de algodón, lino, etc., o lana, seda y similares de origen animal) es otro de los pasos que mayor consumo de agua implica.
En España, el mercado de venta de prendas una vez elaboradas está copado en su mayor parte por unas pocas empresas, entre las que se encuentran Inditex, H&M o El Corte Inglés. De hecho, según Acotex, la Asociación Española del Comercio Textil y Complementos, el 65% de las compras de ropa se realizan solo en una docena de tiendas.
En el ámbito que nos concierne, el consumo de agua en textiles, estas grandes compañías enfocan sus esfuerzos de reducción del consumo hídrico en los recursos primarios y en los proveedores.
Sin embargo, antes de analizar los planes de estos “gigantes” empresariales, hay que hacer un “barrido” por la situación general de esta industria en relación con el uso del agua. Para ello, conversamos con Gema Gómez, fundadora de la plataforma de moda sostenible SlowFashionSpain (SFS): “el consumo de agua, tanto en la producción de la materia prima como en los procesos que se llevan a cabo (tintes, acabados, etc.)” es el “gran impacto” de este sector. Como dato, señala que las plantaciones de algodón, la materia prima más utilizada para la elaboración de prendas, “ocupan el tres por ciento de los cultivos a nivel global”. Teniendo en cuenta que para producir un kilo de algodón, la fibra natural más usada a nivel mundial, son necesarios cinco mil litros de agua, el comienzo no es nada halagüeño.
La experta detalla más cifras: a nivel de consumo, en base a datos de la Environmental Justice Foundation, para producir una camiseta se necesitan unos dos mil novecientos litros de agua; de once a diecinueve mil para un vaquero. “Son números alarmantes, sobre todo en regiones con baja disponibilidad de agua”, corrobora Gema Gómez.
En Inditex, los procesos productivos que utilizan agua como materia prima están siendo analizados en las transferencias internacionales de agua virtual
A pesar de que la elevada cantidad de agua que demanda un sector es un problema conocido, aún faltan acciones decididas para reducir su gasto en un ámbito en el que las 20 mayores empresas cotizadas de moda del mundo, entre las que se encuentra Inditex, facturan anualmente 206.400 millones de dólares (datos de Forbes de 2012).
Aún con falta de estrategias concretas en el sector, la grandes compañías, ya sea por imagen o por principios, sí disponen de programas de sostenibilidad que contemplan la gestión responsable del agua entre sus principios y/u objetivos.
En españa: el corte Inglés e Inditex
El Corte Inglés, que posee la cadena de moda Sfera, ha sido una de las compañías pioneras en la aplicación de la huella hídrica a sus proveedores. En 2013, junto a la Fundación Botín y a AITEX, evaluó este parámetro en los tejidos fabricados por Tavex, Tejidos Royo y Textil Santanderina. La medida del impacto hídrico sirvió a Tavex, por ejemplo, para implantar un proyecto en sus factorías de Europa que ha logrado ahorrar 300.000 litros de agua al día sólo con el proceso de tintura del hilo. De igual forma, las otras dos proveedoras han introducido medidas de reducción y control del consumo de agua en sus procesos de tintura y acabado.
Sin salir de España, Inditex, que además de Zara integra marcas como Pull&Bear, Massimo Dutti, Bershka, Stradivarius, Oysho y Uterqüe, cuenta desde 2012 con una Estrategia Global de Gestión del Agua, que junto a la Estrategia Global de Energía y a la Estrategia de Biodiversidad, conforma los tres pilares de la Estrategia de Sostenibilidad de la empresa.
Dentro de esta Estrategia, se enmarca el Plan Maestro del Agua en la Cadena de Producción, “que guía el esfuerzo de Inditex y el de sus proveedores para hacer un uso sostenible de este recurso vital”, informan desde la compañía.
En este documento también se hace referencia a que “los procesos productivos globales que utilizan agua como materia prima están siendo objeto de análisis en lo que respecta a las transferencias internacionales de agua virtual”, con lo que su evaluación “se estima a partir de los consumos en los centros productivos, y con ello se imputa el agua a cada bien producido”. Es decir, una suerte de “huella hídrica” que, sin embargo, solo se concreta en compromisos intangibles en el informe y que tiene su reflejo en la última memoria de sostenibilidad, publicada por el grupo en 2013, en forma de la adhesión a iniciativas textiles internacionales (como Bangladesh Water PaCT o Better Cotton Initiative) o plan maestro del agua en la cadena de suministro, entre otros. Resulta interesante subrayar las acciones implantadas en la fase de materias primas de producción, como la creación de líneas con fibras sostenibles o la formación de proveedores. Remarcable es también el sistema piloto de recuperación de aguas residuales en la fábrica de Indipunt (Narón), capaz de reutilizar el 90% del agua vertida.
Por último, Inditex está adherida la iniciativa CEO Water Mandate promovida por Naciones Unidas, un programa incluido en la iniciativa Global Compact “para promover una gestión adecuada y sostenible del agua”, en la que adquiere el compromiso de “avalar y fomentar soluciones sostenibles en materia del uso y gestión del agua en cada una de las áreas que cubre”.
H&m, una política de agua sobresaliente
Otro gigante del sector fuera de nuestras fronteras, como es la sueca H&M (dueña además de las marcas COS, Weekday, Cheap Monday y & Other Stories) tiene una gran disponibilidad de datos sobre su política en la gestión del agua.
En 2011, H&M lanzó Conscious, la primera colección ecológica respaldada por su propia fundación, cuya esencia es “tener buen aspecto haciendo las cosas bien”. Entre los múltiples compromisos de Conscious, se encuentra “hacer un uso responsable de los recursos naturales”, tal como señalan desde la web corporativa. Respecto al recurso hídrico, sostienen que
“hemos adoptado un enfoque evolutivo para la preservación del agua. Colaborar con nuestros proveedores y socios extiende el área de alcance más allá de la fábrica para garantizar un uso responsable del agua que suponga un beneficio para las personas, el medio ambiente y la actividad comercial”.
La colección se ha lanzado para varias temporadas, y la clave de su éxito radica el amplio protagonismo que le da el grupo tanto en soporte publicitario como en las mismas tiendas.
H&M se ha comprometido a reducir aún más la huella hídrica de su cadena de valor
Por otra parte, el grupo sueco colabora con WWF desde 2012 con la finalidad de reducir sus impactos negativos en el líquido elemento. Su declaración de intenciones es contundente: “Nos hemos comprometido a reducir aún más la huella hídrica de nuestra cadena de valor. Hacemos esto mediante la selección de materias primas y procesos de producción más sostenibles, trabajando con nuestros proveedores para minimizar su impacto sobre el agua, la mejora de la eficiencia interna del agua y la educación de nuestros empleados a nivel mundial en materia de agua”. A través de la colaboración con la ONG, “apoyamos la labor de conservación para proteger los ecosistemas de agua dulce”. El plan implica más de 30 actividades interconectadas en cinco áreas clave. “Nuestra estrategia del agua es un elemento de cambio en la industria de la moda. Va más allá de las líneas de fábrica y tiene toda la cadena de suministro en cuenta. Esta es la primera vez que una empresa de moda ha aplicado un modelo de agua tan amplio a través de todo el negocio”. H&M también mantiene una colaboración activa con WaterAid desde 2002, con la inversión en agua limpia y sanidad en las escuelas.
¿Soluciones?
Estas políticas y medidas son un avance en la reducción del consumo de agua, pero ¿se puede hacer más? “No todas las soluciones tienen que pasar por la producción de nuevas prendas”, remarca Gema Gómez de SFS. “Hay también otras iniciativas de moda sostenible como el trueque, el alquiler, el cambio, etc.”.
Inmaculada Montes, del departamento Medio Ambiente de AITEX, afirma que la clave está “en la aplicación de nuevas tecnologías, siempre que estén dentro del alcance económico de la empresa”. También avanza que, desde AITEX, “se está trabajando en la reutilización de colorantes en el campo de la depuración de aguas, implantación de nuevas tecnologías sostenibles basadas en el uso de productos naturales para el tratamiento primario de las aguas residuales y la gestión de la desinfección en sistemas hidráulicos”.
Respecto a la huella hídrica, Gómez cree que esta herramienta es “muy eficaz para medir y con ello hacernos conscientes del gasto de agua”, pero no para reducir el consumo de agua. “Se necesita innovación”. La experta en moda sostenible pone como ejemplo la iniciativa española Jeanlogia, un laboratorio textil ubicado en Valencia que trabaja en todas las etapas de producción: desde el software hasta el último lavado. Montes matiza: “Es difícil que todas las empresas dispongan de equipamiento moderno e innovador para controlar los puntos del proceso donde se consume agua, y el control total durante el proceso es complejo si no se dispone del equipamiento adecuado”. Por otra parte, alude a la falta de inmediatez en los resultados: “El inconveniente más presente es la situación económica de las empresas: tienden a realizar pocas inversiones al no ver el resultado de inmediato”.
Concluye Gómez que “está muy bien medir, pero hay que actuar. Una vez que sabes cuánta agua consumes, tienes que empezar a implementar las iniciativas”.