El mundo lleva un año con profundos cambios, sobre todo en lo referido a la manera que tenemos de vivir y relacionarnos. Aunque parece que 2021 será el año en el que superaremos la pandemia, aún nos quedan unos meses de dificultades. La irrupción de la Covid-19, además de la presión sobre el sistema sanitario, también está afectando casi la totalidad de las actividades económicas.
Uno de los sectores más perjudicados está siendo el turismo y la hotelería. Según las previsiones de CaixaBank Research, en el 2020 se ha producido una reducción del 50% del gasto en turismo procedente de visitantes extranjeros y cerca del 30% de reducción del gasto procedente de visitantes autóctonos. Traduciendo estos porcentajes en cifras, al final de 2020 la llegada de viajeros internacionales no ha superado los 20 millones de personas (en 2019, vinieron a España 83,5 millones), una cifra que tenemos que remontarnos a finales de la década de los 60 para encontrar un registro similar, según informó una noticia de El País.
En 2019 España recibió 83,5 millones de turistas extranjeros. En 2020 esta cifra se ha reducido hasta los 20 millones, un volumen similar al de 1969
Otra variable que nos demuestra las dificultades del sector hotelero es el número de negocios que se quieren traspasar, al no ser rentables para sus propietarios. Según algunas noticias, como por ejemplo la publicada por El País a principios del pasado diciembre, se han cuantificado, y sólo en la ciudad de Barcelona, cerca de 60 hoteles que buscan comprador. Una muestra que la situación cada vez está peor y que los profesionales de la hotelería tienen grandes dificultades para hacer viable su actividad.
En los últimos meses y sólo en la ciudad de Barcelona, alrededor de 60 hoteles están buscando comprador
Un proyecto para reducir el consumo de agua
En este contexto ha empezado a andar un proyecto europeo Life, con el nombre de Watsavereuse, que tiene por objetivo fomentar la reducción del consumo de agua en los hoteles y potenciar la reutilización en este sector. Participan en esta iniciativa tres regiones mediterráneas: Cataluña, con la participación de la Agencia Catalana del Agua, el Catalan Water Partnership y Eurecat, el gobierno balear y la región de Occitania, entre otros. Este proyecto, con una duración de 3 años y con un presupuesto de 1,5 millones de euros, se ha iniciado en el momento más delicado para el sector turístico.
El proyecto Life Watsavereuse tiene una duración de 3 años, un presupuesto de 1,5 MEUR y participan tres regiones mediterráneas: Cataluña, Baleares y Occitania
Muchos aseguran que las crisis deben ser consideradas como oportunidades para mejorar y hacernos más resilientes. En Cataluña, por poner un ejemplo, esta máxima se dio en la sequía de 2007 y 2008, con un importante descenso del consumo de agua por parte de la ciudadanía (reducción de hasta el 21% respecto la demanda de referencia) y con el impulso de grandes infraestructuras (desalinización, recuperación de pozos y mejoras en los tratamientos de potabilización) para incrementar la disponibilidad de agua y reducir el déficit hídrico de las cuencas internas catalanas, donde se concentra más del 92% de la población. Una muestra que en situaciones de dificultad es necesario fomentar el desarrollo de medidas estructurales para disponer de soluciones a largo plazo.
Medidas conductuales
Los hoteles pueden llevar a cabo soluciones para que el consumo de agua se reduzca, pero los primeros que debemos dar ejemplo somos la ciudadanía, con un uso racional y adecuado de las instalaciones hoteleras. Con carácter general, debemos llevar dentro de las maletas el mismo espíritu que tenemos en casa, el de consumir sólo el agua necesaria. Es una tentación muy grande querer llenar la bañera o utilizar una toalla cada día, pero este no es el camino. Y con esto no renunciamos a una mejor estancia. Sólo debemos aplicar la máxima que llevamos a cabo en casa.
En los hoteles debemos llevar dentro de las maletas el mismo espíritu que tenemos en casa, el de consumir sólo el agua necesaria
También es cierto que los hoteles pueden incentivar esta filosofía (más allá de cárteles informativos en las habitaciones o en los lavabos), con medidas de coste reducido, como la aplicación de bonificaciones o premios para aquellos clientes que sean más eficientes. De este modo, todos saldremos ganando. Es evidente pues, que el primer paso en el ahorro de agua debe venir por parte de los clientes y usuarios de los hoteles.
Soluciones estructurales
Además de fomentar e interiorizar un cambio de hábitos en la ciudadanía, los hoteles pueden potenciar actuaciones para reducir el consumo de agua y fomentar la reutilización de aguas grises para usos no consumativos. Un ejemplo es el Hotel Samba en Lloret de Mar (Girona) que mediante su participación en los proyectos demEAUmed y Reucity, ha desarrollado un sistema para recoger, depurar y reutilizar las aguas grises (ducha, lavandería y cocina), mediante un proceso que combina un tratamiento de membranas (MBR) y la depuración natural a partir de ecosistemas verticales. La voluntad para ser un establecimiento sostenible le ha permitido ser el primer hotel de España certificado en la ISO 14001 y EMAS.
Es evidente que las medidas para hacer un hotel eficiente y sostenible no son inmediatas y tienen un coste, y su rentabilidad será palpable a largo plazo. Es por este motivo que, en el actual contexto, el sector hotelero debe tener una relación directa y estrecha con las administraciones implicadas, con el objetivo de impulsar sistemas para reutilizar el agua y reducir así el consumo.
Proyectos de esta naturaleza deben permitir, por un lado, el ahorro de agua y, por el otro, dar herramientas estructurales a los hoteles para reducir, a largo plazo, sus costes
En las últimas semanas, la Agencia Catalana del Agua ha aprobado las bases de una línea de ayudas destinada a los municipios para fomentar la reutilización de agua para usos municipales. Con una dotación de 5 MEUR, se quiere potenciar el uso del agua regenerada para aquellas demandas que no requieran agua potable como el riego de jardines, la limpieza de calles y los usos recreativos, entre otros.
Los hoteles no pueden acogerse directamente a este tipo de ayudas y, por lo tanto, es necesario que los municipios (que sí pueden pedir y optar a esta subvención) tengan conocimiento de las necesidades y de medidas potenciales para la hotelería. De este modo, se puede obtener un doble beneficio: hacer un sector turístico más sostenible y reducir el consumo de agua. Como en todas las crisis, sin embargo, será necesario tener una visión a largo plazo, pero al final, el ciclo del agua saldrá ganando.