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En camino hacia la seguridad hídrica, clave para el desarrollo

Sobre el blog

Mª Ángeles Ramos
Experta en Planificación Hidrológica y Gobernanza del Agua para la Cooperación Española.

Publicado en:

Portada iAgua Magazine
  • camino seguridad hídrica, clave desarrollo

La manera más intuitiva de entender el concepto de Seguridad Hídrica y comprender la complejidad que entraña es conocer en cifras a qué nos enfrentamos: “…. 1 de cada 4 personas en el mundo carece de agua potable segura y 1,4 millones mueren anualmente a causa de enfermedades relacionadas con el agua, el saneamiento y una higiene deficientes…” (ONU 2022). “Las lluvias extremas han causado inundaciones masivas en muchos países y ciudades del mundo. Millones de personas han sido desplazadas…” (OMM 2021).

Los datos son sobrecogedores, pero además muestran que el proceso hacia la Seguridad Hídrica implica saber mantenerse en un equilibrio comprometido entre la escasez y la abundancia: agua en cantidad y calidad suficientes para cubrir las necesidades de la sociedad y el medio ambiente al mismo tiempo que se controlan los riesgos que, en determinadas situaciones, el agua puede suponer para las personas, los sectores económicos y los ecosistemas.

El manejo de esta disyuntiva se sustenta sobre tres pilares: buena gobernanza, gestión sostenible e integrada y financiación. Los tres han sido abordados teóricamente, tratados, definidos y desglosados desde todas las perspectivas, desde las locales hasta las internacionales, pasando por niveles hidrográficos y nacionales. Se puede decir, por tanto, que se conoce la teoría y que existe un alto grado de sensibilización, ocupando el agua un lugar destacado en la agenda política y, lamentablemente en menor medida, en la económica; sin embargo, la realidad es que se avanza muy lentamente en su implementación y que la brecha entre lo que es y lo que debería ser es sustancial.

La seguridad hídrica es un factor clave para erradicar la pobreza, proteger el planeta y mejorar las vidas de las personas

Tenemos por delante unos retos que cumplir en el año 2030 (Objetivos de Desarrollo Sostenible) y una necesidad, cada vez más acuciante, de abordar de forma práctica las acciones que permitan la buena gobernanza del agua y su gestión integrada y sostenible como camino para alcanzar la seguridad hídrica. Estamos en pleno decenio de “acción y resultados en favor del desarrollo sostenible”, y la Seguridad Hídrica es un factor clave para erradicar la pobreza, proteger el planeta y mejorar las vidas de las personas, que es el fin último del llamamiento universal a la acción que suponen los ODS.

Este es también uno de los compromisos esenciales de la Cooperación española, a través del Fondo del Agua de la Cooperación Española, cuya finalidad es hacer efectivos los derechos humanos al agua y al saneamiento, priorizando los países más frágiles y las poblaciones más vulnerables. En el Fondo, todas las actuaciones se enfocan con una perspectiva de Gestión Integrada de los Recursos Hídricos (GIRH) como proceso conducente a una gestión eficiente y una oferta equitativa y sostenible de los recursos hídricos, para así garantizar la Seguridad Hídrica y alcanzar el desarrollo sostenible.

Y, por lo tanto, se potencia, por un lado, la sostenibilidad de los sistemas de agua y saneamiento, apostando por planteamientos multidimensionales para la mejora del servicio y el fortalecimiento institucional y comunitario; y, por el otro, la realización de acciones estratégicas de apoyo institucional, fortalecimiento de políticas públicas, generación de valor añadido en la financiación de inversiones, etc.

Con la mirada puesta en el año 2030, es necesario incrementar esfuerzos (en todas las dimensiones) prioritariamente en los países más frágiles, haciendo un llamamiento a la coordinación entre gobiernos, agencias de cooperación, bancos de desarrollo y organismos internacionales, evitando duplicidades y trabajando de forma coordinada para rentabilizar al máximo los esfuerzos.

En el Fondo, todas las actuaciones se enfocan con una perspectiva de Gestión Integrada de los Recursos Hídricos (GIRH)

Pensando en aquellas áreas geográficas más vulnerables es esencial reducir las complejidades, de manera que, al mismo tiempo que se implantan medidas de gestión integrada de los recursos hídricos, se transmita el conocimiento a las comunidades y se incorpore el saber adquirido por estas, fruto de su propia experiencia. Se trata de que el binomio “implantación más aprendizaje” tenga un efecto multiplicador en el avance hacia la seguridad hídrica.

Por lo tanto, aunque a nadie se le escapa la multiplicidad de factores que influyen en un concepto tan complejo como la Seguridad Hídrica, centrémonos en dos absolutamente prioritarios: inversión y desarrollo de capacidades, ambos propiciadores de otros muchos factores imprescindibles para alcanzar la Seguridad Hídrica. Entendiendo el desarrollo de capacidades en el sentido más amplio: desde las capacidades técnicas, hasta las de gestión transparente, pasando por las de participación inclusiva. Y concibiendo la inversión como elemento facilitador de soluciones, priorizando soluciones basadas en la naturaleza o propuestas mixtas (sostenibilidad a largo plazo y resiliencia climática); facilitador de información (herramientas para gestionar los recursos hídricos y controlar los riesgos) y promotor de innovación para el desarrollo (soluciones prácticas, adaptadas al territorio, enfocadas en las personas y orientadas la reducción de desigualdades).

La seguridad hídrica se configura, por tanto, como un elemento clave para avanzar en hacia la Agenda 2030, no solo en lo relativo al ODS 6 (Garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todas las personas) sino también para otros como el de poner fin a la pobreza (ODS 1), garantizar una vida sana (ODS 3), reducir las desigualdades (ODS 10), lograr ciudades y comunidades sostenibles (ODS 11) y avanzar en la acción por el clima (ODS 13).