El principal problema de acumular agua en embalses o balsas de riego es sin duda la pérdida de agua evaporación. En climas cálidos y secos esto puede significar una pérdida media anual de 1800-2000 litros por metro cuadrado embalsado. O lo que es lo mismo, por cada superficie equivalente a un campo de fútbol (1 hectárea) se pierden 20 millones de litros cada año.
Existen varios factores que afectan a la evaporación como:
- La temperatura del aire.
- La temperatura del agua.
- La radiación solar.
- La humedad relativa del aire.
- La velocidad del viento.
Podéis conocer un poco más el por qué en este artículo: ¿Por qué se evapora el agua del mar si no está a 100 grados?
Hasta la fecha se han desarrollado múltiples métodos para intentar reducir en la medida de lo posible la evaporación con mayor o menor éxito y con mejor o peor relación coste-beneficio. Estos esfuerzos se han centrado sobre todo en pequeños embalses o balsas de riego, ya que los grandes pantanos tienen unas superficies que son inabordables. Además estos sistemas podrían afectar al desarrollo de la flora y la fauna de dichos embalses.
Medios químicos, el alcohol estearílico
Como método para reducir la evaporación existen numerosos estudios sobre los llamados alcoholes grasos, como el alcohol estearílico. Habitualmente viene en forma de polvo y puede ser fácilmente repartido por medio de una embarcación por toda la superficie de agua. Cuando el compuesto toca el agua forma una película monomolecular sobre la superficie formando una barrera que dificulta la evaporación.
Se han ensayado sus efectos tanto en condiciones de laboratorio como en condiciones reales con resultados muy dispares. El principal problema es la falta de continuidad de la película, principalmente por causa del viento, formándose grandes agujeros con relativa facilidad.
Aunque en condiciones controladas los resultados son muy buenos, pudiéndose alcanzar reducciones del 50%, cuando se simulan las condiciones reales, la reducción de la evaporación no suele superar el 10-15%.
Sistemas modulares flotantes
Otra opción que se adapta a cualquier forma o extensión del lámina de agua son los sistemas modulares flotantes de diferentes materiales. Los fabricantes dan unos datos de reducción de la evaporación de entre un 80-85%. Además, al evitar el paso de la luz solar, reducen el crecimiento de algas.
- Shade balls
Como ejemplo muy conocido por su repercusión mediática conocimos en 2015 las shade balls (bolas de sombreo) que luchaban contra la sequía en California.
Pero este sistema en realidad no era lo que parecía. “Las Shade balls son una manera realmente estúpida de ahorrar agua”, así titulaba un artículo la revista LA Weekly y no les faltaba razón.
En el año 2015 se hizo mucho eco en los medios de estas “bolas de sombreo” con las que el Ayuntamiento de Los Ángeles y el departamento de Agua y Energía pretendían combatir la sequía que llevaba azotando California durante cuatro años. Pudimos leer esta noticia en muchos posts, periódicos, revistas y televisiones:
Lanzan millones de pelotas para conservar el agua en los pantanos de Los Ángeles (Antena3.com), Pelotas 'antisequía' en California (Muy interesante).
El problema es que estas “shade balls” no están pensadas para evitar la evaporación, aunque también tengan ese efecto, sino para reducir la radiación del sol que incide sobre el agua. Cuando se usa cloro para mantener la calidad del agua, la radiación solar puede producir moléculas de ozono (O3) que al combinarse con el bromo presente en el agua, pueden dar lugar a bromatos, que se tienen por cancerígenos.
Estas bolas de sombreo ya empezaron a usarse en 2008, antes de la gran sequía que azotara a California durante 4 años. Pero las noticias de esa sequía sacaron a la luz este curioso método que en su momento pasó desaparecido y por supuesto se relacionó más con la reducción de la evaporación que con la calidad del agua.
En total se gastaron alrededor de 34.5 millones de dólares en las “shade balls” y el agua ahorrada no superaba a precio de mercado los 2 millones, económicamente no hubiera tenido ningún sentido.
- Circulares, cuadrados o reciclados
Como ejemplos más sencillos tenemos sistemas de diferentes geometrías, como AquaCap® que es redondo, o Raftex® que es cuadrado. Ambos diseñados en Australia expresamente para reducir la evaporación. Estos productos proliferan en Australia dada la acuciante falta de recursos hídricos que tienen en la mayor parte del país.
También existen variantes que usan materiales reciclados, como es el caso de AgFloat ®, construido a partir de ruedas usadas y rellenas de poliestireno para su flotabilidad.
- Sistemas flotantes fotovoltaicos
Estos sistemas merecen una mención especial, ya que además de reducir la evaporación, producen energía fotovoltaica para los usos que se le quieran dar.
Es el caso de la empresa Kyocera TCL que han inaugurado en la ciudad de Kato (Japón) dos megaplantas que generan 3.300 MWh por año a la vez que reducen la evaporación de las reservas donde se encuentran instaladas.
Lonas continuas
Estas lonas tapan por completo la superficie del agua, evitando prácticamente por completo la evaporación y crecimiento de algas al bloquear la luz solar. Además evitan la entrada de sólidos lo que mejora su calidad. Al ser continuas, su peso es grande y son necesarias estructuras flotantes (normalmente incorporadas en la lona) o estructuras fijas que las soporten. Son más caras que las modulares convencionales, tanto en el material como en su instalación.
Coberturas de sombreo
Se trata de una cobertura de polietileno suspendida sobre una red reticular de cables de acero que reducen la evaporación hasta un 80%. Es la técnica más extendida, usada especialmente en balsas de riego. Aúna los beneficios de la reducción en la evaporación, la reducción del crecimiento de las algas y la eliminación de entrada de sólidos, con una estructura ligera, resistente y no excesivamente cara.