El sector del agua, entendido como todos los que nos dedicamos a asegurar que el ser humano pueda usarla en cantidad y calidad adecuada, tiene muy interiorizado el concepto de sostenibilidad. Tenemos la sensibilidad, la información y la formación necesaria. Ese nuestro día a día, pero no el de todo el mundo. Es por eso que se hacen campañas de concienciación.
Pero si os fijáis, estas campañas no muestran lo terrible que sería un mundo sin agua. No hace falta concienciar a la población sobre este problema; la población está concienciada. Las campañas se centran en el desconocimiento que tiene la población sobre este problema. En hacerles saber que este hipotético mal escenario lo tienen más cerca de lo que creen. Y más importante, que la solución está al alcance de su mano, y que es, en una parte, tanto su culpa como su responsabilidad.
Identificar los problemas, ponerles números, ejemplificarlos con comportamientos cotidianos en los que se sienta reflejada, son la clave para que cada persona sienta el problema cercano. Poner en un anuncio que hay que ahorrar agua, así, en general, es menos efectivo que decirles que si se lavan los dientes con el grifo abierto pueden derrochar el 10% del consumo medio de una persona (sí, hay gente que lo sigue haciendo y que no es consciente de que es un problema. En serio).
Como con cualquier problema, el primer paso es admitirlo. Pero antes de admitirlo, tienes que saber que existe. Y para saberlo, alguien te lo tiene que contar. En una palabra: información.
Un ejemplo muy sencillo y paradigmático es el consumo de agua en comunidades de vecinos, especialmente en aquellas que tienen zonas verdes. Los consumos tienden a ser muy altos; es decir, mucho más altos de lo que deberían. Pero ni los administradores de fincas, ni los inquilinos, y lo que es más grave, los mantenedores, lo saben. Pero lo intuyen.
La calculadora online permite simular el consumo de agua medio de tu comunidad de vecinos para que lo puedas comparar con el actual
Parte de mi trabajo es realizar auditorías hídricas, en las que se analizan los consumos optimizados de una comunidad de vecinos en función de todas sus características, se comparan con los actuales, y se identifican los fallos y puntos de mejora. Esto, como herramienta de información, es potente, pero de corto alcance. Requiere un estudio personalizado, que tiene su coste.
Para eso creé la primera calculadora online que permite simular fácilmente el consumo de agua medio de tu comunidad de vecinos. Para que lo puedas comparar con el actual y saber si tienes un problema. Esta calculadora te permite introducir las suficientes variables para que se adapte bien a las características de tu comunidad, pero no demasiadas para que no sea difícil y engorroso de usar. Para conseguir esto, se han desarrollado una serie de algoritmos, tras hacer más de 500 simulaciones en 40 localidades repartidas por toda España, obteniendo más de 7.500 años de resultados.
Acotar el problema, saber su gravedad exacta y buscar soluciones, podrá venir luego con una auditoría, pero esa información ya la tienes. Y eso es lo que buscaba, que esa información personalizada, fundada y razonada, pudiera llegar fácilmente a quien la necesita.
El mundo de la sostenibilidad en el uso del agua tiene dos caras: la de la concienciación y la de la rentabilidad. Y cuando vas a hablar con un posible cliente o colaborador, debes llevarlas en una balanza. En pocos minutos vas viendo cuál de los dos platos de la balanza se llena más.
Es por eso que, en todos mis proyectos, en las simulaciones de consumo que se hacen, se dan tres resultados numéricos a modo de resumen: el ahorro en metros cúbicos, el ahorro en euros y la reducción de las emisiones de CO2 asociadas al ahorro. A cada cual le llama más la atención uno u otro, pero por lo que conciencio y divulgo todos los días es porque en un futuro: lo importante sea la suma.
Aunque como en casi todo, pero especialmente en la construcción, los cambios empiezan por la concienciación; le sigue el ahorro; pero hasta que no hay legislación, difícilmente llega la democratización.
