Son innumerables los usos del agua pero siempre es interesante y sorprendente conocer alguno nuevo. En mi caso he descubierto uno del que hasta el momento no era consciente de su existencia: el de material para la pintura efímera, en el Museo Nacional de Bellas Artes de Taiwán, ubicado en la ciudad de Taichung.
Dicho museo, dedicado sobre todo al arte taiwanés de vanguardia, tiene no sólo exposiciones de gran calidad, sino que incluye además una imaginativa y variada oferta de actividades para que los niños y niñas se inicien en la creación artística. La más notable para mi gusto es la pared de material pizarroso en la cual nuestros queridos locos bajitos pueden experimentar a su gusto con el agua y con pinceles, brochas o las propias manos, y con ellas concebir sus primeras y efímeras obras.
Dado que no hay con qué mancharse, los padres adoptan una actitud relajada y dejan a los niños hacer a sus anchas. Ello crea un entorno de libertad de acción que les entusiasma y ante el cual reaccionan de manera espontánea. Obviamente la cosa no pasa de unos cuantos trazos sin sentido en el caso de los más pequeños, o de algún dibujo simple en el caso de los más mayores, pero lo verdaderamente notable de esta actividad es la sencillez, naturalidad y autenticidad con que se desarrolla.
Así lo hemos vivido con nuestro hijo, tanto en una primera visita a finales de junio de 2016, con 21 meses, como en ésta de finales de febrero con dos años y cinco meses. Y para ilustrarlo, unas cuantas imágenes de ambas visitas. Espero que os guste y sorprenda tanto como a nosotros.