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Agua y capacitación

Sobre el blog

Jorge Chamorro
Ingeniero especialista en tratamiento y depuración de aguas y en desalación.
  • Agua y capacitación

Esta semana me han vuelto a dar una de los perores noticias que me podrían dar: la anulación de un máster de aguas por falta de alumnos.

Esto, unido al descenso de matrículas en las carreras universitarias de ingeniería, supone la constatación del deterioro en el que se encuentran las plantillas de profesionales que se dedican al Ciclo Integral del Agua (CIA): profesionales expertos camino de la jubilación o desplazados a puestos improductivos, plazas cubiertas por becarios o en prácticas que rotan de forma continuada impidiendo la transmisión del conocimiento, etc.

¿Quién se va a querer formar en una profesión que recurre a contratos precarios, mal pagados y, en algunos casos, con riesgos de ser encausado por delito ecológico?

¿Quién se va a querer formar en una profesión donde el diseño de los procesos que componen una estación depuradora de aguas residuales (EDAR) son evaluados en base a criterios económicos y no técnicos? Donde la verdadera función de una EDAR (fábrica de lodos) se ve enterrada por los costes del hormigón o de la excavación. Además, según muchas personas, todo esta inventado ya: basta con copiar los diseños del siglo XX. Así nos va.

¿Quién se va a querer formar en una profesión que requiere conocimientos de biología, química, mecánica, electricidad, instrumentación, control, seguridad y salud, medio ambiente, etc., para posteriormente estar al frente de un proceso productivo con un apoyo testimonial de tu empresa y con un presupuesto tan exiguo que te obliga a esta con el c… al aire, delante de tu empresa, de la propiedad de la planta y de la sociedad?

En este desierto, solo el Curso del Cedex supone un oasis digno de mención. Las causas son evidentes. Además de ser un excelente curso, los alumnos son, mayoritariamente, esos profesionales con contratos precarios que necesitan un bautismo por inmersión en aguas, nunca mejor dicho, poco profundas. Cuando terminan, las empresas que han pagado el curso (por eso también tiene éxito) pretenden que naveguen por aguas profundas e incluso por abismos peligrosos: Jefes de Planta.

Dentro de este panorama tan negro, he de decir que en los cursos en los que participo me encuentro con profesionales con unas ganas de trabajar impresionantes que, pese a las dificultades mencionadas, no cejan en formarse, en aprender y, como no, en transmitir sus experiencias a través de sus preguntas, sus aportaciones y sus experiencias, cortas pero intensas.

Hay motivo para la esperanza.