La digitalización es uno de los principales retos a los que se enfrenta el sector productivo y, muy especialmente, el regadío. En España, este sector ha evolucionado en los últimos años gracias a la modernización de infraestructuras y la incorporación de TIC. Sin embargo, todavía queda mucho por hacer para aprovechar todas las oportunidades que ofrece.
La digitalización en las Comunidades de Regantes puede aportar numerosas ventajas, como una mayor eficiencia en la gestión del agua, una mejor planificación de los recursos y una mayor transparencia en la toma de decisiones. También puede mejorar la productividad y la rentabilidad de las explotaciones agrarias, fomentar la innovación y la colaboración entre los agentes.
Para conseguir estos objetivos es necesario superar una serie de retos y obstáculos que dificultan la adopción de nuevas tecnologías en las Comunidades de Regantes. Uno de los principales problemas es la falta de recursos económicos y humanos para invertir en infraestructuras y formación especializada. La puesta en marcha del PERTE de Digitalización de Comunidades de Usuarios del Agua de regadío, atiende a las necesidades tecnológicas y fija un modelo muy pautado para la digitalización del sector. Sin embargo, y como ocurre muchas veces ante novedades tecnológicas, no debe fiarse el correcto uso y gestión del agua únicamente a la tecnología, ya que debe ir acompañada de una mejora de la capacitación tanto de los técnicos como de los usuarios del ámbito del regadío. Esto implica la necesidad de fomentar el acceso a la formación y la capacitación en TIC, así como de promover la cultura digital entre usuarios y responsables de la gestión del agua.
Del mismo modo, la digitalización del sector del regadío precisa la utilización de tecnologías suficientemente maduras y que cuenten con redes de comunicación de calidad. La adopción masiva y precipitada de tecnologías propias del ámbito de la investigación puede influir de forma negativa en el proceso de digitalización. Cuestión a la que se suma, como ya se ha experimentado en el pasado con el telecontrol, la necesidad de intercomunicación entre plataformas y seguridad para la gestión de los datos generados.
La digitalización del sector del regadío precisa la utilización de tecnologías maduras y que cuenten con redes de comunicación de calidad
Otra cuestión, son las deficientes comunicaciones de alta velocidad en zonas rurales. La digitalización en su sentido amplio, es decir, el despliegue de agricultura 4.0 y la digitalización del riego, precisan que se desarrolle plenamente la medida número 15 del PRTR de España, “Conectividad Digital, impulso de la ciberseguridad y despliegue de 5G”. Muchos de nuestros pueblos, carecen de los servicios básicos de comunicación digital, lo que impide su proceso de digitalización.
Los usuarios regantes necesitan, un proceso de simplificación y concreción, de coordinación entre las diferentes administraciones y agentes implicados, que permitan una comunicación fluida y eficiente entre aplicaciones. Es fundamental desarrollar plataformas y herramientas que fomenten la participación y el intercambio de información y conocimiento. De otra forma, la efectividad de la digitalización puede perderse entre un abanico de aplicaciones o una gran cantidad de datos que necesitan ser procesados para obtener todo su rendimiento.
También es importante garantizar la seguridad y la privacidad de los datos que se manejan en el ámbito de la gestión del agua, que no deja de ser un recurso estratégico y un bien básico para la supervivencia. En este sentido, es fundamental establecer medidas de protección y prevención de posibles ciberataques y vulnerabilidades en los sistemas y redes de información.
En conclusión, el reto de la digitalización en las Comunidades de Regantes es una oportunidad única para mejorar la eficiencia y la sostenibilidad del sector agrícola, para avanzar en la gestión inteligente y responsable del agua. Sin embargo, es necesario superar una serie de retos y obstáculos, que implican desarrollar estrategias y políticas específicas diseñadas a la medida del regadío.